El Covirán Granada es más líder. Sí, como suena. Después de auparse hasta lo más alto de la clasificación tras apalizar al Viten Getafe, los hombres de Pablo Pin superaron ayer por 91-89 a uno de los candidatos a todo: el Xuven Cambados. Los gallegos venían de batir un registro histórico de la LEB Plata: el del encuentro saldado con mayor anotación de la historia. Los 118 puntos conseguidos por los chicos de Miguel Ángel Hoyo, más los otros 105 que hizo Valladolid, desde luego que facilitaron la empresa.

Los de Arousa registraron en su debut una estadística demoledora: 17 de 32 en tiros de tres. Por eso, el triunfo pasaba por defender bien y llegar frescos al último cuarto. Los rojiverdes no sólo lo consiguieron, sino que además lo hicieron con el hándicap de no poder contar con Iván Martínez ni Berni Castillo, que se cayó a última hora a consecuencia de un golpe.

Faltaban dos piezas clave, pero en este equipo sigue sobrando talento. El de Jorge Fernández, letal en las incursiones y las transiciones. O el de Jesús Fernández, que apareció cuando más hacía falta. Pero sobre todo, el de Duane James; al que no le gusta que lo relacionen profesionalmente con su primo Lebron aunque comparta con él la genética de la palabra espectáculo. El norteamericano fue el mejor del partido con diferencia. 23 puntos y 30 de valoración así lo avalan.

Los rojiverdes salieron enchufadísimos. Fernández inauguró el marcador y los de la capital se dispararon hacia arriba. Sin embargo un parcial de 0-6 ponía el 10-10. Pin reaccionó y pidió más concentración a sus chicos, que contestaron con un 11-0 que obligaba a Hoyo a pedir tiempo muerto a falta de tres minutos para el final del primer cuarto, al que se llegó con un marcador de 21-15.

Las buenas sensaciones no se ratificaron en el segundo periodo. Sergi Quintela se echó el equipo a la espalda y los gallegos comenzaron a anotar a un ritmo preocupante. Los fallos defensivos, unidos al buen hacer de los visitantes dentro de la zona, dejaron un resultado parcial de 16-27 para un resultado total de 37-42 al descanso.

Había que ponerse las pilas en el vestuario y Pin lo sabía. Tras la reanudación, los granadinos salieron voluntariosos, pero pronto aparecería el talento del Xuven Cambados en el tiro exterior. En apenas tres minutos, los de Miguel Ángel Hoyo se pusieron siete arriba (41-48). El Covirán intentó reaccionar, aunque lo que se encontró fue un nuevo triple de Hopfgartn en el contragolpe que obligó a pedir tiempo muerto a Pablo Pin.

Los granadinos reaccionaron tras la pausa, y consiguieron reducir la ventaja. Un mate de Stone made in NBA levantaba al Palacio, que presionaba cada posesión de los gallegos. Pero el cuadro amarillo respondió nuevamente con una gran jugada de dos. Una canasta bajo el aro de Stone, y dos triples de Luis López y Jorge Fernández, estrechaban el cerco hasta el 54-57 a falta de 3:20. Había motivos para creer.

El Xuven tiró de oficio, que fue insuficiente ante un Covirán que aguantaba mejor la fatiga por el paso de los minutos. Duane James conseguía un rebote providencial para sacar un dos más uno que no pudo convertir en jugada de tres. Ningún problema: él ya había dicho "aquí estoy yo" y eso terminaría resultando decisivo. Y es que el alero comenzó a hacer daño bajo el aro y en las entradas a canasta. ¿Consecuencia? Cinco puntos en apenas dos minutos para llegar al arreón final con un más que e esperanzador 65-69.

Si bien acabó el tercer cuarto, mejor empezaba el último. Otra vez Duane levantaba de sus asientos a los 2.279 enfervorecidos hinchas que acudieron al Palacio con un triple que, unido a otro de Jorge Fernández y una canasta de Didi, empataba el partido a 73 con todo un mundo por delante. El Xuven enseñó los dientes con una nueva acción de tres de Sergi, lo que no desmoralizó para nada a los rojiverdes.

Ni siquiera cuando los árbitros le señalaron una técnica a Pablo Pin. El Xuven aprovechó su tiro pero no la posesión, que terminó en robo y canasta de Didi. Los nervios se acrecentaban conforme se acercaba el final y el marcador (83-85) no podía estar más ajustado a falta de tres minutos para que sonara la bocina. Todo estaba en un puño. El Palacio presionaba y el Covirán se contagió con la enésima entrada al aro de Jorge Sánchez para empatar el encuentro a 85 y obligar a los gallegos a solicitar un nuevo tiempo muerto.

Tras el parón, Jesús Fernández se revolvió de espaldas para sacarle un dos más uno a Chufi que ponía por delante a los nazaríes a menos de un minuto (88-86).

La victoria estaba en la mano, y más cuando Jorge Fernández conseguía anotar otros dos tiros libres. Sergi falló uno, lo que unido a una buena defensa y la continuidad en el ataque, terminó otorgando la victoria a los de Pin, que reafirman su liderato.