Federico no vive... lo fusilaron

Juan Carlos Montoya / Poeta Y Fotógrafo

19 de agosto 2011 - 01:00

AÚN recuerdo la profunda emoción que me embargaba aquella tarde de un ya lejano -junio creo que fue- 1989, cuando después de leer la magna Biografía que de Federico García Lorca escribiera el hispanista Ian Gibson y con su Guía a la Granada de Federico García Lorca, bajo el brazo, viajé desde Madrid y entré en el Parque de García Lorca en Alfacar para dejar un par de claveles rojos en el monolito que recuerda que allí mismo, o en algún lugar cercano, están los restos de un gran Poeta y una gran persona que murió a manos de los golpistas en agosto de 1936 -ahora hace exactamente 75 años-, junto a otros miles de ciudadanos y ciudadanas libres y anónimos pero con nombres, apellidos y familias que los amaban y que también fueron masacrados por la intolerancia.

Quién me iba a decir a mí que 22 años después de aquella primera visita -a la que siguieron muchas más en sucesivos años- (me enamoré de esta maravillosa tierra desde el primer instante en el que puse mis pies en ella) iba a estar, no solo viviendo en ella, sino trabajando además en Alfacar. ¡Las vueltas que da la vida!

Lo triste es ver cómo, 75 años después, aquellas palabras de Federico que le costaron su vida, "en Granada se mueve la peor burguesía de España", siguen estando presentes y siguen siendo reales. Es un pellizco a la razón y a la verdad observar cómo en esta tierra, la derecha sigue sin aceptar que en el año 36 una España golpista y carroñera se levantó en armas contra un gobierno legítimamente salido de las urnas. Es un pellizco a la decencia moral e intelectual ver cómo concejales del PP como Juan García Montero son capaces de decir que Lorca murió "como consecuencia de la guerra", casi parafraseando la vergonzosa acta de defunción de Federico redactada por los facciosos. Es un pellizco a la inteligencia escuchar revisionismos históricos que aseguran que los mismos que lo fusilaron dejaron a los familiares de Lorca llevarse el cuerpo.

Es una bofetada a la decencia ver cómo quienes arrancan cada año la placa del cementerio de Granada en la que se recuerdan a los que allí fueron fusilados (entre ellos Manuel Fernández Montesinos, alcalde de Granada) quieren proclamar ahora a Lorca como Hijo Predilecto de Granada, mientras siguen dando absurdas justificaciones para no quitar del centro de la ciudad el monumento a José Antonio Primo de Rivera.

Y es que el problema que tiene la derecha española y especialmente la granadina es que mientras no sea capaz de aceptar la verdad de la historia, sus homenajes no serán nunca creíbles porque Lorca no vive… lo mataron por "rojo y maricón" la madrugada de un 17 o 18 de agosto de 1936, aunque algunos "investigadores" traten ahora de cambiar la historia intentando hacer ver que murió como consecuencia de ciertas "rencillas familiares". Versión que, lamentablemente, la derecha está abrazando para, como en tantas y tantas ocasiones, darle una nueva vuelta de tuerca a la historia, para terminar culpabilizando a aquellos que terminaron en la fosa común, en el olvido de sus hogares o en el exilio.

75 años después Federico está muerto porque lo fusilaron entre Víznar y Alfacar. Lo que realmente vive es el recuerdo de su obra, de su persona y de la crueldad de su muerte y la de tantos miles de hombres y mujeres que murieron defendiendo el sagrado nombre de la Libertad que unos golpistas arrebataron.

De nosotros depende que la historia siga en pie. La historia real, no la que sigue interesando a una derecha que trata de ocultar la verdad con flores de plástico azul.

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