Dimite un académico de Medicina por la entrada de Cañizares en la institución
El catedrático de la UGR considera que el sacerdote no tiene "méritos científicos"
La ciencia no está reñida con la fe pero ni hay que mezclarlas ni el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, tiene méritos científicos para ingresar como miembro de honor en la Academia de Medicina de Granada. Al menos así lo ha considerado Guillermo Olagüe, académico electo de esta institución científica hasta el mismo día del ingreso del que es actual arzobispo de Toledo y antes lo fue de Granada. El pasado jueves 22 de noviembre, antes de que el sacerdote entrase a la Facultad de Medicina a pronunciar su discurso de investidura, el catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad de Granada bajaba de su despacho de la primera planta para dirigirse a su clase pero antes depositaba en el buzón de la Academia un sobre en el que se recogía su renuncia y unas breves explicaciones sobre el motivo.
Los argumentos van en el sentido contrario de los que se adujeron para proponer su nombramiento pero no por el fondo, sino por la forma. Los que lo propusieron destacaron "su pasión por la vida", pero Olagüe destaca que "la defiende desde una postura religiosa no por el método científico". "Una academia de este tipo se caracteriza porque sus miembros cultivan las ciencias y porque en su trabajo recurren al método científico, que es propio y distinto a una actividad intelectual como la creencia".
"Puedo creer en Dios pero en mis investigaciones las realizo por el método científico. El señor Cañizares lo hace con opiniones que deben quedar en el ámbito de los personal pero que no tienen cabida en un foro como la Academia", recalca el médico, quien aclara que no tiene "nada personal" contra el arzobispo. "Yo no estoy en contra de que en la academia haya personas religiosas o religiosos, pero cuando en su trabajos separen esta faceta", dice el catedrático de la UGR, quien pone como ejemplo la labor desarrollada por los jesuitas del Observatorio de Cartuja, "que en sus investigaciones de astronomía eran científicos".
En su opinión, cuando el arzobispo ingresó en esta institución "se rompió la barrera" que separa el campo de la ciencia del de la creencia. Cañizares, simplemente, "carece de méritos científicos" pero "la Academia se financia con los fondos públicos de un estado que es laico", cuenta Olagüe, que ha visto cómo su gesto, que saltó a los medios de comunicación por terceras personas, ha recibido felicitaciones de personas de toda España que apoyan su decisión.
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