"Mi obsesión era arreglarles la boca para que pudieran empezar a sonreír"

El futuro del proyecto

Joan Carles March.
Joan Carles March.
A. González Vera

21 de julio 2013 - 01:00

El tratamiento de las drogas necesita más investigación. Así de rotundo se muestra el investigador del proyecto, quien reclama más alternativas para estos pacientes. "En estos momentos no hay más alternativa que irte a una comunidad terapéutica, que es un sitio donde te quitan del mundo y cuando vuelves tienes que volver a reinventarte", explica March, de ahí que se volcara para sacar adelante el proyecto. No todos mejoraron, pero sí lo hicieron dos de cada tres, según los informes del proyecto. A Joan le gusta decir que el proyecto de heroína mejoró la salud de la ciudad de Granada, al bajar la delincuencia en más de un 1.700%.

March siempre tuvo tres obsesiones. La primera de ellas era que el proyecto se desarrollara en un hospital, dado el carácter clínico del ensayo. La segunda que se le arreglara la boca a todos los pacientes. Muchos llegaron sin dientes, otros con la boca en muy mal estado después de tantos años sin comer y con las defensas por los suelos tan solo ingiriendo heroína. Así que lo primero que hicieron desde el Pepsa fue firmar un convenio con la Delegación de Salud para que un dentista les arreglara la boca y "volvieran a sonreír".

La tercera pata del proyecto es el empleo. Cuando el Pepsa se puso en marcha en 2003 la situación laboral no tenía nada que ver con la actual. Ahora se han encontrado con que es harto complicado encontrar un futuro laboral para estas personas, de ahí que estén pensando en organizar charlas en centros educativos donde los pacientes compartan sus duras experiencias con los jóvenes como medida preventiva contra la drogadicción.

Hay otro proyecto más. "El Pepsa fue un hito en tratamientos alternativos ahora esperamos poner en marcha pronto un proyecto con heroína en pastillas. Canadá y Suiza ya lo están intentando", apunta Joan, quien apuesta por probar todo lo posible en el tratamiento con las drogas. De momento la diacetil morfina es medicamento en el Reino Unido, en Suiza, en Holanda y en Alemania. "¿Por qué no aquí?", se pregunta Joan Carles March. El plan se ha intentado poner en marcha en las cárceles del País Vasco, en Barcelona, Baleares y Extremadura, aunque por ahora el ensayo sólo ha situado a Granada en la diana de la innovación en drogodependencias.

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