Cultura obliga a cegar el paso por la Muralla de San Miguel y a abrir otro

Un informe de la Comisión de Patrimonio recibido el viernes en la Fundación Albaicín desbloquea la rehabilitación pero exige la apertura de una nueva puerta adaptada a las normas de accesibilidad

Una imagen del interior del pasadizo de la Muralla de San Miguel Alto.
Una imagen del interior del pasadizo de la Muralla de San Miguel Alto.
Belén Rico / Granada

03 de julio 2008 - 01:00

El proyecto de rehabilitación de la Muralla de San Miguel Alto parece que logrará tener su fin en breve. Un informe remitido el pasado 27 de junio a la Fundación Albaicín por la Comisión de Patrimonio es el inicio del punto final a la actuación a la que ella misma dio luz verde en 2003. Tras una nube negra de polémica que enfrentó a la administración local y a la autonómica y que envolvió a los vecinos de la zona y al arquitecto artífice del proyecto, Antonio Jiménez Torrecillas, el escrito de Patrimonio da las directrices para retocar una obra que el Ayuntamiento incluso quiso derribar pero que también recibió numerosos premios de arquitectura.

El escrito fue acordado por la Comisión Provincial de Patrimonio en su reunión del día 29 de mayo, aunque la Fundación Albaicín no lo recibió hasta el pasado viernes, según la información proporcionada por la concejal de Urbanismo, Isabel García Nieto. La edil destaca que las modificaciones básicas recogidas en el texto suponen "el cierre de las entradas actuales con una verja y la apertura de otro acceso".

En concreto, el escrito que pone fin a la parálisis que sufre la rehabilitación de la muralla y su entorno exige tres tipos de modificaciones, que el gerente de la Fundación Albaicín añade que deben realizarse sobre la última propuesta de Jiménez Torrecillas. "El arquitecto y yo nos reunimos después del verano para disponer un nuevo proyecto que planteara una puerta enfrentada y con la anchura prevista en la Norma General de Accesibilidad. A principios de año lo mandamos a la Comisión de Patrimonio, que ha respondido ahora", recuerda.

Y en esa réplica se especifica que, en primer lugar, que se debe "proceder a la clausura del tránsito por el interior del muro", cegándose "totalmente" uno de los huecos y cerrándose el otro.

En segundo lugar, se contempla "realizar un paso directo entre la parte de extramuros e intramuros en el lugar en el que la diferencia de cotas entre ambas sea mínima".

Sobre ese nuevo acceso se precisa que los huecos que se abran en cada paño del muro "tendrán una anchura de 1,20 metros y 2,20 de altura", y que "se realizarán de forma regularizada y acabados adecuadamente". "El espacio entre ambos paños se cegará con una reja metálica para evitar el acceso hacia el interior del muro".

Y el tercer punto exige llevar a cabo de inmediato "las obras de limpieza, consolidación de estructuras y acondicionamiento del entorno inmediato".

La edil de Urbanismo declara que fue informada por el gerente de la Fundación Albaicín "el mismo viernes", y que el lunes se remitió el texto al arquitecto "para que haga las modificaciones oportunas". Ese proyecto se volverá a remitir a Cultura "lo antes posible" para que "confirme que se adecua a las instrucciones dadas", y agilizar así lo máximo posible las obras. "Ya todo depende de lo que tarde Jiménez Torrecillas en presentar el nuevo plan, pero este trámite no debería demorarse mucho", vaticina García Nieto, mientras que Valle se atreve a dar como plazo para el visto a las obras el próximo mes de septiembre.

Y como siempre hay algún 'pero', el gerente de la Fundación Albaicín llama la atención sobre una posible complicación derivada del informe de la Comisión de Patrimonio:"El texto no es demasiado claro, y no lleva ningún plano". "No hay duda de que se debe anular el pasadizo antiguo y dejar sólo una nueva puerta, pero no tengo tan claro el cómo", declara Miguel Valle, quien anuncia que ha solicitado una reunión con el delegado de Cultura o con su equipo técnico para puntualizar algunas cuestiones.

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