"Al final habrá que sellar las cuevas con hormigón"
Urbanismo buscará procedimientos más "eficaces" para acabar con los 'okupas' del Cerro de San Miguel
"Nosotros no podemos hacer ahora mismo nada más que dar cuenta a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía de lo que ha ocurrido y proponer nuevas actuaciones, con otros procedimientos distintos, para que nos autoricen a volver allí". La concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Granada, Isabel Nieto, abogó por buscar otra solución diferente a la llevada a cabo hace, aproximadamente, una semana para expulsar definitivamente a los 'okupas' de las casas-cueva de San Miguel. Y es que, a pesar de que el Consistorio optó por 'enterrar' los improvisados domicilios, sus inquilinos están volviendo a abrir sus casas en la ladera, pico y pala en mano.
Nieto declaró que sólo podían seguir los procesos establecidos por la "ley vigente". O lo que es lo mismo, informar a Cultura de las acciones realizadas, de la evolución del problema y de los resultados obtenidos. "Hay que recordar que hace un año y medio ya cerramos otras cuevas con una intervención que no dio resultado porque las volvieron a abrir". Ahora, por segunda vez, tampoco se ha llegado al final previsto.
La razón por la que se decidió taponar dichas casas-cueva con tierra fue la de intentar "recuperar" la ladera "tal y como era antes". Sin embargo, muchas personas ya se afanaron instantes después de su eliminación en cavar de nuevo su techo. "Esto demuestra que el proyecto que presentamos, de forma experimental y que por eso se hizo sólo con las 8 primeras cuevas, tampoco ha sido efectivo y habrá que decidir y proponer otro para que no se puedan volver a abrir", insistió Nieto. Un nuevo procedimiento más "drástico", pero siempre con la "autorización" de la Delegación de Cultura puesto que se trata de una zona protegida desde el punto de vista "paisajístico, patrimonial y arqueológico".
Si el Consistorio de la capital actuase sin permiso, se "arriesgaría" a una sanción o a incurrir en un delito de "prevaricación". "El Ayuntamiento no puede entrar allí como Atila...". Preguntada por si se le venía a la cabeza algún acto que tuviese un mejor final para sus intereses, la respuesta fue tajante: "A mí se me ocurre sellar las cuevas con hormigón para que no se pueda acceder a su interior, pero no sé si eso es posible o no".
Lo que más preocupa a Isabel Nieto es que suceda algo que nadie quiere. "Quietos no nos quedamos porque no queremos que nos pidan responsabilidades si algún día ocurre algo. Anteayer se hundió una cueva en un sitio cercano, no allí mismo pero sí cerca; hace unos meses se había hundido una de las que íbamos a desalojar... Dios quiera que no ocurra nada si entra gente dentro otra vez, pero el riesgo existe", reconoció. "Yo no soy ingeniero ni técnico pero los informes de éstos dicen que hay peligro".
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