La capital da el 'sí quiero' a las despedidas de soltero
La ciudad acoge cada año un millar de fiestas preboda, posicionándose como uno de los destinos preferentes en este mercado
Granada se subió al altar de los destinos para decir adiós a la soltería en 2007 y desde entonces ha mostrado su fidelidad como destino turístico preboda acogiendo alrededor de un millar de despedidas al año con ofertas que incluyen desde un paseo en burrotaxi a la limusina, fiestas flamencas o baños árabes. Cada fin de semana el centro de Granada se convierte en el escenario de la fiesta previa a pasar por el altar, un destino turístico consolidado para acoger la última parranda del futuro marido y mujer y de su panda de amigos.
El auge de Granada como ciudad predilecta para despedirse de la soltería comenzó en 2007, según las estadística de los servidores de búsqueda por internet, pero ha cosechado un público fiel que elige la ciudad alhambreña por su buen ambiente, los precios económicos y la tradición de la tapa con cada consumición.
La rentabilidad de este mercado, del que se benefician bares, pub, servicios auxiliares, hosteleros y empresas de ocio, ha multiplicado las empresas especializadas que se promocionan como expertas en combinar diversión, fiesta y precios razonables, lo que ha incrementado hasta el millar el número de despedidas al año.
José María Ponce, gerente de la empresa 'Despedidas sábado loco', empezó a inspeccionar las oportunidades de estas fiestas en 2003 y desde 2007 se ha especializado en despedidas para ellos o para ellas con ofertas diferenciadas en varias filiales de su empresa matriz. "Este fin de semana tenemos 35 despedidas en la ciudad, muy diferenciadas porque nos adaptamos al bolsillo y los gustos de los clientes", detalla este empresario que organiza una media de 600 al año y que reconoce que "ahora las empresas dedicadas a esto salen hasta de debajo de las piedras".
El camino por Granada previo al altar puede recorrerse en burrotaxi, "muy divertido y original", o hacerse con el glamour de una limusina, que el cliente manda. La oferta añade rutas por los bares, palcos en salas de fiesta y discotecas, actuaciones eróticas, monólogos picantes, tartas, 'tupersex' y juegos de disfraces y casi cualquier sorpresa que ideen los organizadores, incluidos camareros de incógnito o encerronas.
También triunfan las actividades de aventura, los masajes y baños árabes para ponerse a punto para la boda y "las visitas culturales a la Catedral o la Alhambra, que la gente no piensa sólo en borracheras", defiende este empresario frente a las críticas de hosteleros que consideran que este turismo molesta.
El amoroso calor del sector ha fomentado la creación de otras empresas como Despedidas Granada, una central de reservas con paquetes personalizados para ambientar una ciudad dispuesta a casarse con esta oportunidad turística en lo bueno y en lo malo y hasta que la muerte los separe.
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