La acequia de Barjas vuelve a fluir tras 30 años de abandono
Más de 400 regantes se beneficiarán de esta infraestructura, que ha sido recuperada por más de dos centenares de voluntarios
Durante los meses de febrero y marzo, más de 180 voluntarios procedentes de distintos puntos de la geografía nacional e internacional, con la colaboración de la Comunidad de Regantes de Cáñar y el Espacio Natural de Sierra Nevada, estuvieron trabajando en la recuperación de una acequia medieval situada en el término municipal de Cáñar, concretamente la de Barjas, así como el ramal de la Hijuela. Un total de 5 kilómetros de acequias que se encontraban en desuso desde hacía más de 30 años y que fueron adecentadas, consiguiendo poner en valor con los usos tradicionales una infraestructura vital para el ecosistema de Sierra Nevada.
Un trabajo al que sólo le hacía falta que corriera el agua. Pues ayer sábado se llevó a cabo la inauguración de la acequia, que ya ha quedado abierta y por la que ya discurre el líquido elemento. Todos los voluntarios y miembros de la Comunidad de Regantes, además de los vecinos, organizaron en torno a ella una jornada festiva en la Plaza de Santa Ana de Cáñar. Primero subieron a las diez de la mañana hasta la toma de la acequia para "echar el agua" y posteriormente bajaron hasta el pueblo para degustar, en torno a la una de la tarde, un aperitivo y disfrutar de algunas actuaciones musicales.
El presidente de la Comunidad de Regantes de Cáñar y Barjas, Alejandro Esteban, mostró su satisfacción por el resultado de los trabajos y agradeció a los voluntario el esfuerzo realizado, "que ha supuesto la restauración de la acequia manualmente ya que estaba prácticamente enterrada".
Los trabajos de recuperación se realizaron con técnicas tradicionales. Se trata de una acequia medieval de la antigua alquería de Barjas, que fue un pueblo habitado hasta mediados del siglo XIX. En total se han restaurado cinco kilómetros de acequia de tierra que discurre entre el espacio de vega y el importante robledal de Cáñar. Un trabajo realizado gracias a la iniciativa del proyecto europeo Mediterranean Mountainous Landscapes (MEMOLA) coordinado por la Universidad de Granada.
Y es que se ha conseguido el reto que se propusieron, el de arreglar la acequia usando las técnicas tradicionales, es decir, con la azada, el pico y la pala en mano, y recuperar así una infraestructura que llevaba más de treinta años abandonada. Un trabajo del que se beneficiarán en torno a 400 propietarios y regantes de la zona, así como los castaños y robles ubicados en este entorno, que aprovecharán la circulación del agua que desde ayer discurre por la acequia.
Entre los voluntarios participantes en la restauración de la infraestructura, había alumnos, profesores e investigadores de las Universidades de Granada, Málaga y Córdoba, de la Universidad Internacional de Andalucía, del Instituto de Órgiva, e incluso llegados de la Universidad de Méjico, así como efectivos de la Plataforma Acción Sierra Nevada y de la Red de Voluntarios de Sierra Nevada. Gracias a ellos, este entorno natural ha recuperado una de las acequias con más historia de la comarca de la Alpujarra.
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