Puerta de entrada al Albaicín más monumental
La entrada al histórico edificio del siglo XIV será gratuita durante todo el verano En unos meses se sumará un rincón inédito de la ciudad, el Cuarto Real
Combinar el pasado con la vanguardia es posible. Al menos así ocurre en la Casa de Zafra. En este caso la tecnología queda al servicio del conocimiento. Desde hace décadas el Albaicín demandaba un proyecto como éste con el objetivo de reunir en un Centro de Interpretación todas las excelencias que componen un barrio único. Después de muchos años de trabajo el sueño se ha hecho realidad con el respaldo del Plan de Excelencia Turística de Granada en el que cooperan conjuntamente la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la capital.
Entrar en este inmueble fechado entre los siglos XIV y XV es adentrarse en la historia. Nada más cruzar el zaguán se palpa la sensación de que el Albaicín no tiene parangón alguno. 'Patrimonio Mundial' es la leyenda que corona un gran cartel vertical con una panorámica del viejo arrabal musulmán de la ciudad. En este punto nos recibe Ángela González. Ella es técnico en Patrimonio de la Agencia Albaicín, organismo municipal que tiene por sede la Casa de Zafra y, por ende, la gestión de la misma.
El visitante encuentra en el recibidor la "importancia" que supone la consecución del marchamo que el Albaicín recibió en 1994 y los motivos por lo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. De ahí, a través de la zona de control, pasamos a la joya de la corona del edificio. Se trata del patio de origen nazarí alrededor del cual se distribuyen las diferentes estancias.
A partir de aquí la vanguardia se convierte en el mejor compañero de viaje. Dos Ipad ubicados en los extremos de la alberca posibilitan la recreación virtual de una casa tipo de la época basada en la de Zafra. A través de esta pantalla móvil se puede adivinar cómo era hace setecientos años la estética de los hogares musulmanes. Esa misma aplicación se puede descargar en los dispositivos móviles.
De este modo la interacción está garantizada. El monumento nos habla. Al pasar a corta distancia por las balizas de posicionamiento instaladas en el patio saltan mensajes en el teléfono alertando al usuario para que no se pierda algunos elementos arquitectónicos de notable singularidad. Una herramienta útil para apreciar detalles que a priori pueden pasar por alto.
A continuación, en el ala norte del inmueble, nos introducimos en la sala dedicada al origen de la ciudad. Unos paneles informativos, con contenidos ampliables a través de códigos QR y sistema NFC, apuntan las claves del desarrollo urbano de Granada desde la etapa íbera a la moderna.
En el extremo contrario del patio se abre una habitación multifuncional preparada para acoger diversas actividades como talleres infantiles, presentaciones de libros o conferencias. En el día a día este espacio ofrecerá a los granadinos y turistas proyecciones relacionadas con el Albaicín. Hasta cuatro títulos se condensan en un atractivo audiovisual que invita a patearse el barrio.
Una vez cumplida la visita a la totalidad de la planta rasante es el momento de ascender a la superior por medio de unas escaleras o ascensor. En la balconada norte un majestuoso perfil de la Alhambra nos recibe sobrepasando el tejado de la casa cual navío sobre su colina. Al alcance de la mano un nuevo Ipad para admirar la recreación virtual de la residencia tipo con el monumento más visitado de España como testigo.
A nuestras espaldas queda la sala del Albaicín. Por su contenido visual es la que levanta pasiones. El principal aval es una mesa interactiva que preside el centro de la estancia. Adultos y menores encuentran en este dispositivo más que una pantalla al uso. La reciprocidad está garantizada por los contenidos que ofrece esta moderna inquilina. Un mapa del barrio, un trivial sobre su historia o una aplicación de dibujo sobre plazas y calles, son algunos de los programas que ofrece la mesa.
Esta herramienta está preparada para el gran público y para perfiles más concretos como expertos (historiadores, arqueólogos o arquitectos, por ejemplo) que quieran conocer cuestiones específicas.
En la cartelería de alrededor la imagen toma la batuta. Calles y rincones, iglesias y monasterios, murallas y puertas, baños y aljibes, palacios y casas... todos los ingredientes que conforman la identidad albaicinera se fusionan para transmitir lo mejor. Como nos cuenta Ángela, la idea es "incitar" al visitante a que una vez que salga de Zafra marche a recorrer todas esas localizaciones.
A través de la galería de la 'Línea del tiempo' nos desplazamos hasta la sala opuesta, ubicada en lado meridional del edificio. La denominación al corredor la da un largo panel que arranca en el siglo VII antes de Cristo y llega hasta el siglo XX, coincidiendo con 1994, año en el que el Albaicín consigue la declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.
El eje histórico se divide longitudinalmente en dos partes para mostrar los hitos locales más destacados y, en la parte inferior, hechos de marcado interés internacional.
Ahora sí dejamos atrás la línea para entrar en la citada habitación. Una de las más relevantes de la casa por las pinturas originales del siglo XIV que en sus paredes se conservan. En ellas se puede leer la inscripción 'Alá es único'. Un valor añadido más que completa la oferta para entender en toda su expresión como vivían en la Granada nazarí.
Dentro de un ámbito en el que las nuevas tecnologías 'campan a sus anchas', la Casa de Zafra está también pensada para aquellos que menos familiarizados están con ellas. Por eso, en las esquinas de esta última estancia podemos visualizar y conocer cómo eran estas viviendas. La forma "tradicional" de hacer llegar la información al interesado aquí pervive con cartelería al uso sin los avances que permite la virtualización. Expertos de la Agencia Albaicín han recopilado diversa documentación histórica para adaptar al lenguaje turístico esos contenidos. Toda esta oferta se completa con una aplicación que se puede descargar en el móvil.
En algo más de una semana han sido centenares de visitantes los que ha registrado la Casa de Zafra. Un trampolín para conocer in situ la fisonomía y el día a día del barrio más antiguo de la ciudad que estará abierto de 10:00 a 20:00 horas de lunes a viernes en principio (en invierno hasta las seis de la tarde). La entrada durante el verano será gratuita. A partir del mes de septiembre se cobrará un precio simbólico entre uno y tres euros para contribuir al mantenimiento del edificio.
En unos meses se sumará a este punto de obligado interés otro rincón más de la ciudad que durante décadas ha permanecido en el olvido. Es el Cuarto Real de Santo Domingo, considerado el edificio residencial nazarí más antiguo que se conserva en España. Un anhelo que también verá la luz en el marco del Plan de Excelencia.
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