Los centros de salud comienzan la vacunación contra la gripe

Una enfermera vacuna a un paciente contra la gripe en una imagen de una campaña anterior.

Empiezan a bajar las temperaturas y, como todos los años, los centros de salud de la provincia comienzan a vacunar contra la gripe. La campaña comenzó ayer y se prolongará hasta finales de noviembre. Las dosis llevan unas tres semanas repartidas en los centros sanitarios y las agendas ya están preparadas para empezar a dar citas. Las solicitudes pueden hacerse a través de Salud Responde, en el mismo número en el que se pide hora con el médico (902 50 50 60) o bien en el mostrador de los centros de salud.

Aunque otros años el ritual del pinchazo se iniciaba a principios de octubre, ya el año pasado se retrasó unos días. La misma opción se ha tomado en esta ocasión. La razón es estrictamente de salud pública. Dado que en Granada aún no ha apretado el frío, el virus casi no ha empezado a circular. Así que si se retrasa la administración de las dosis, la población granadina queda mejor inmunizada hacia el final del invierno, cuando aún el virus tiene tasas altas de contagio.

Dado que el virus muta de un año a otro, la vacuna que se administra de forma gratuita en los centros de salud incluye las cepas que más han circulado en el invierno austral. La misma dosis incluye la inmunización contra la gripe A. Los mayores de 65 años, las personas con patologías crónicas que pudieran agravarse con la gripe -tales como cáncer, dolencias cardiacas o trastornos del sistema inmunológico-, así como trabajadores sanitarios, policías, bomberos, personal de servicios comunitarios y embarazadas están considerados como colectivos de riesgo.

A fin de evitar la transmisión de la enfermedad, hay que taparse la boca al estornudar o al toser, utilizar pañuelos desechables y lavarse las manos con frecuencia. Debido a que la gripe está provocada por un virus, para combatirla los antibióticos no son eficaces. La gripe normalmente es una patología banal que remite tras una semana. No obstante, puede llegar a ser hasta mortal en casos de pacientes inmunodeprimidos o con patologías crónicas.