La estrella de los senderos
La Vereda de la Estrella ha pasado en poco más de un siglo de camino para la salida del mineral extraído desde las minas recónditas de la Sierra a ser uno de los recorridos más atractivos y famosos del Parque Nacional
La Vereda de la Estrella fue construida a finales del siglo XIX para servir de vía de comunicación con las minas de galena y pirita de la cabecera alta del Valle del Genil. Hoy en día es un cómodo sendero por uno de los lugares más atractivos del Parque Nacional de Sierra Nevada y sirve de penetración, por la ladera norte, hasta el ascenso a las cumbres más elevadas.
Su fama nacional e internacional, viene de lejos pues ya fue paisaje cautivador para los escritores y pintores románticos. Gustavo Doré tiene un espectacular y famoso grabado que reproduce una escena desde algún rincón de esta vereda con las cumbres occidentales de fondo. Más recientemente, en la primavera de 2011, el primer ministro británico David Cameron hizo un hueco en un viaje privado a nuestra ciudad para adentrarse en un largo paseo por este sendero nevadense.
Comenzaremos nuestro recorrido en la Vegueta del Caracol, en la confluencia del río San Juan con el Genil, al final de la estrecha carretera por donde transcurría el tranvía de la Sierra a unos seis kilómetros del pueblo de Güéjar Sierra. Cruzamos un puente de madera y nos encontraremos varios carteles informativos que nos indican el comienzo de nuestro sendero. Este primer tramo es una dura pero corta subida que luego se convierte en una senda que asciende de manera muy suave entre robles, castaños y arces, una explosión de vida en primavera y un espectáculo de colores al inicio del otoño.
En este itinerario recomendado dejaremos por el momento esta Vereda de la Estrella para ir por el sendero de gran recorrido GR-240 conocido como Sulayr hasta el Cortijo de la Hortichuela. Al salir de esta finca, que forma parte de la Dehesa de San Juan, propiedad patrimonial del Estado, dejaremos este sendero a la altura del dique del Arroyo del San Juan para tomar la vereda que nos lleva hasta unas canteras abandonadas de serpentina que estuvieron activas hasta finales de los años sesenta.
La serpentina es una especie de mármol verde que aparece en bandas que serpentean incrustadas en otros materiales. Se utiliza en la construcción, fundamentalmente como piedra ornamental tras su pulido.
Esta vereda nos conducirá por un robledal, al que acompañan pinos y cipreses producto de experiencias forestales del siglo pasado, hasta alcanzar el Cortijo del Hoyo, del que sólo quedan unas ruinas y restos de corraletas.
Es el momento de una parada para disfrutar de una bella panorámica del valle del Genil con Güéjar Sierra al fondo y la Loma de los Cuartos o del Maitena en frente. Observaremos cómo el robledal va recuperando sus dominios tras el abandono de la actividad agrícola.
A la derecha un camino nos llevaría hacia Haza Mesa y el Puntal de las Cazoletas pero nosotros seguimos por nuestro sendero por el robledal hasta otra cortijada que se conoce como Cabañas Viejas. Desde aquí ascendemos en dirección sur hasta el Cortijo del Hornillo, el punto más elevado de nuestro itinerario, uno de los mejores miradores naturales de las cumbres de Sierra Nevada.
Ante nosotros tenemos las imponentes figuras de los colosos: El Mulhacén, con sus 3.479 metros de altitud, y la Alcazaba, apenas 100 metros menor. En esta zona se cultivaba centeno y la papa copo de nieve, una variedad que fue muy apreciada y utilizada y que ahora se está intentando recuperar. Una de las construcciones ha sido rehabilitada con la tipología y materiales tradicionales por el Parque Nacional y sirve de refugio a senderistas y montañeros.
Bajamos el robledal un tramo, a veces con unas pendientes un poco más fuertes en dirección al Barranco del Guarnón. En algún momento debemos tomarnos un respiro para disfrutar ahora de la vista del Picacho del Veleta y su circo glaciar. Descenderemos por nuestra senda hasta enlazar con la Vereda de la Estrella justo en el lugar donde estaban las minas que dan nombre a esta afamada ruta.
Observaremos en nuestro camino el Puente del Guarnón en dirección al Real y a Cueva Secreta, (un refugio natural formado por la caída de una gran roca en donde dicen que se refugiaban los maquis), el lugar en donde se inician las ascensiones montañeras míticas como la subida al Mulhacén por la Laguna de la Mosca.
Nosotros continuaremos nuestro itinerario descendente por la Vereda de la Estrella con su recorrido sinuoso, escoltados siempre a nuestra derecha por el río Genil. Más adelante llegaremos a un punto en el que desaparecerán de nuestras espaldas las vistas de las altas cumbres que nos han acompañado durante buena parte de nuestro itinerario. Llegamos al Paraje del Vadillo donde entroncamos de nuevo con el sendero Sulayr que viene de la Cuesta de los Presidiarios (dice una leyenda que por aquí conducían a los presos que llevaban a galeras hasta el puerto de Almería) y el barracón de El Calvario, popularmente conocido como La Cucaracha.
A partir de la confluencia del Vadillo con el río Genil el protagonismo de nuestra excursión lo retoma de nuevo la diversidad de la vegetación que nos acompaña por esta umbría: sauces, fresnos, robles, arces, castaños, cerezos, quejigos o mostajos, que contrasta con la aridez de la solana de enfrente con chaparros, retamas, lastones y algún que otro almendro colgado en un risco.
Siempre por nuestra senda y con precaución bajaremos hasta encontrarnos con nuestro punto de inicio con una parada obligada junto a un castaño centenario conocido como El Abuelo, catalogado como árbol singular de Andalucía, que nos toparemos en la misma vereda. Apenas quince minutos después habremos completado nuestro círculo al regresar a la Vegueta del Caracol.
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