Granada

Taberna El Cartujano, sabor andaluz a pie de pista

Primero son romeros, y luego rocieros. Romeros por la Virgen de las Nieves, cita a la que nunca faltan en el mes de agosto. Una imagen de la Virgen de las Nieves preside el local, pero también muchas medallas de la Virgen del Rocío. Y es que dos romerías marcan la vida de esta familia. La montañera de las Nieves, que acaba con té calentito en las cumbres a muy pocos grados de temperatura y otra más cálida, la onubense del Rocío.

Un caballo nos da la bienvenida desde la puerta. La taberna El Cartujano podría estar en cualquier rincón con solera de Andalucía pero la encontramos en plena plaza de Pradollano, en Sierra Nevada, y conquista por su trato simpático, su comida hogareña muy granadina y cientos de detalles que te hacen sentir como en casa.

Un diez para los hosteleros que no pierden la personalidad y mantienen su estilo año tras año, sin caer en la "globalización" y la tentación de cambiarlo todo para seguir modas pasajeras.

Empezando por el nombre, El Cartujano, en recuerdo a un caballo y a una persona muy querida. Continuando con decenas de cencerros que hay colgados, en honor a la tradición ganadera de esta familia y que suenan cada vez que se les deja propina. Son muchos los objetos que este bar encierra, todos tienen su historia.

El Cartujano es de los primeros bares que abrieron en la estación de esquí. Lo fundaron Juan Morales Valor y su mujer Encarnita Lara Galera en el año 1985.

Ante sus ojos, durante tres décadas, la estación de esquí ha evolucionado, crecido, se han construido la mayoría de los bloques de apartamentos. Cuando empezaron sólo estaba el Hotel Sol y Nieve, el Albergue Universitario y el de Iñate. Desde entonces siguen fieles a su simpatía, a las comidas tradicionales, al jamón granadino, al buen aceite y al famoso vino "del abuelo".

Se esquíe o se venga de paseo, un plato de cuchara siempre es de agradecer cuando es nieve lo que nos rodea. A diario, Encarni prepara migas, patatas a lo pobre, arroz, puchero, lentejas, croquetas caseras.... Con razón tienen una clientela fija, de años, que comenzó con los padres y continúa con los hijos, porque en este negocio familiar los tres hijos de la pareja, Nani, Juani y Rocío, trabajan. Rodrigo y Desi también forman parte del equipo. Por cierto, felicidades desde aquí, porque acaba de llegar un niño a la familia.

Los clientes no sólo dejan muchos recuerdos, sino que son capaces de esfuerzos tan descomunales como traer una garrocha, en coche, desde Valverde del Camino, cogida entre todos, porque no cabía en el vehículo.

Amantes del mundo taurino, otro de los protagonistas del bar es El Fandi. Amigo de la familia, sus fotos cuelgan de las paredes, imágenes casi desconocidas, como un Fandi muy niño que ya se atrevía a lidiar con un buen toro.

El Cartujano abre a las siete de la mañana para servir desayunos. Lo mejor son las tostadas con jamón. Los aceites son caseros, hechos por Juan, y los hay de ajo y de dos clases de guindilla, los tres son muy ricos y uno de ellos, perfecto para los amantes del picante de verdad.

El jamón es otra de las tapas más habituales de este bar tan personal. No falta la carne en salsa, la morcilla de la tierra, la tortilla de patatas, el chorizo y los quesos, el lomo al ajillo...

En definitiva, la taberna El Cartujano es un lugar pequeñito donde cabe mucha gente y cuyo simpático lema es "El Cartujano, donde no existe el temprano".

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