Antonio Ramos Espejo, un periodista "por cuenta propia"
Un libro reúne las intervenciones de alumnos y compañeros de aulas y periódicos en un homenaje que le brindaron en Sevilla tras recibir la Medalla de Andalucía
La suya -así lo considera él mismo- es la historia de "un reportero que se niega a tirar la cuchara, que diría un currante"; la hazaña de un periodista de raza que "se niega a no seguir disparando su cámara como Capa en una trinchera al captar la imagen de un miliciano al que sólo la muerte pudo arrebatar su fusil". Su hazaña, además, es la parábola de un andaluz de Alhama de Granada que en los años setenta se acordó de los ausentes -el pueblo- y los llevó a la primera plana del periodismo español, del que estaba ausente.
El periodista y profesor de la Universidad de Sevilla Antonio Ramos Espejo es el eje central de un libro homónimo que vio la luz el pasado mes, en el que 55 periodistas, intelectuales y personalidades reflejan su visión acerca del granadino, a quien muchos consideran el inventor del periodismo andaluz. No en vano, la obra editada y coordinada por Antonio Checa Godoy se titula Antonio Ramos Espejo: Un periodista para un pueblo.
El volumen, que se presentó ayer en la Asociación de la Prensa de Granada, reúne el conjunto de intervenciones que se sucedieron durante el homenaje que se le tributó en el Paraninfo universitario con motivo de la concesión de la Medalla de Andalucía en 2006.
Los encargados de hacerlo fueron sus alumnos y compañeros en las mesas de redacción. Además de las reflexiones que allí se leyeron sobre la profesión periodística, esta obra contiene un exhaustivo análisis del periodista y su trayectoria profesional, aportándose entrevistas y diversos comentarios publicados en medios de Andalucía.
Juan de Loxa, Alejandro Víctor García, Eduardo Castro o Ricardo Martín, entre otros, aportan con sus artículos un crisol insólito que aglutina todas las facetas de Ramos. Y es que, tras más de cuarenta años en los que ha trabajado como director de publicaciones y profesor de Universidad, ha escrito obras como Pasaporte Andaluz, Después de Casas Viejas o El Caso Almería y ha destacado en su tarea de dinamizador cultural.
Pero, para reflexiones, las vertidas por el propio homenajeado en la parcela que le ha tocado escribir en la obra y que ayer recordó en voz alta. Ramos Espejo se refirió al periodismo como "primer eslabón en la cadena de la historia" y la "inquietud sobre la pérdida de identidad de los periodistas actuales" con el objetivo, según dijo, de que "sientan el lugar que ocupan" así como la necesidad que tiene la profesión de un revulsivo para que reclamen "el corazón de la redacción, que les ha sido arrebatados".
En este sentido, valoró que "los ejecutivos le han robado el corazón a los reporteros". O, en otras palabras, "los ejecutivos son brazos ejecutores de determinadas empresas" y "han dejado sin alma las redacciones". Los síntomas de esta enfermedad, bajo su punto de vista, son muy diversos. Así, señaló que uno de ellos es la "clonación de los periódicos por parte de los grupos".
"Donde había memoria histórica suele hacerse tabla rasa, donde había compañerismo se ha introducido la rivalidad, donde había rebeldía, han exigido sumisión, y donde había pasión, se han arrojado sobre las mesas de redacción el hielo de las cifras y los balances", aseguró el periodista. Pero, ¿cabe alguna salida ante este panorama? Ser "periodistas por cuenta propia".
"Los reporteros no somos los dueños de las cabeceras, aunque en ellas nos dejemos la piel, la sangre y las entrañas y de sus páginas no se podrán borrar nuestros nombres. Nuestros barcos cambian de banderas y ¿qué hacemos nosotros? Nosotros somos del camino. Somos como los lobos de mar, preparados para sobrevivir en las más adversas circunstancias", concluyó.
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