La estimulación cerebral, un alivio para los síntomas del Parkinson
La unidad de Trastornos del Movimiento del Virgen de las Nieves opera cada año a 20 pacientes de toda Andalucía para mejorar su calidad de vida y tratar la enfermedad
En 1995 se creó la unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Virgen de las Nieves coincidiendo con el inicio de la realización de una intervención quirúrgica destinada a aliviar los síntomas del Parkinson y mejorar la calidad de vida de los pacientes con la enfermedad en fase avanzada. Desde entonces, es unidad de referencia en esta técnica y opera a 20 pacientes al año de toda Andalucía. Ya se han sometido a esta técnica 200 personas.
Se trata de la estimulación cerebral profunda, una intervención indicada para los pacientes con la enfermedad en estado avanzado y justo cuando empiezan a perder autonomía, cuando la evolución de la enfermedad hace que dependa de los medicamentos y se produzcan complicaciones motoras.
"Estadísticamente, el 15% de los enfermos de Parkinson podrían ser candidatos a la operación", explica el neurólogo Francisco Escamilla. De hecho, el 70% de los enfermos a los cinco años de evolución de la enfermedad comienzan a presentar fluctuaciones o complicaciones motoras así como respuestas erráticas al medicamento. "En ese momento se plantea la cirugía, que disminuye las fluctuaciones motoras (bloqueos) y disquinesias (movimientos anormales), alivia el temblor, la rigidez y la lentitud de movimientos y la marcha, mejora el sueño y, en definitiva, la calidad de vida del paciente", confirma Escamilla.
La operación se realiza durante cuatro horas combinando anestesia general y local. En una primera fase de la intervención se utiliza anestesia local, ya que hace falta que el paciente esté despierto y colabore para ver la zona del cerebro donde hay que aplicar la estimulación eléctrica para controlar el movimiento. Así, si el paciente entra con temblor o rigidez, tras aplicar una primera corriente de baja intensidad éstos remiten. En ese momento, se pasa a anestesia general para implantar el generador o marcapasos. Se trata de un neuroestimulador que envía impulsos eléctricos a áreas específicas del cerebro bloqueando las señales nerviosas anormales que causan el temblor y los síntomas de esta patología neurodegenerativa. Una vez incorporado este dispositivo, se envían impulsos desde el neuroestimulador hacia el cable de extensión y el electrodo ubicado dentro del cerebro. Además, se deriva una batería a la zona del abdomen, que suele ser necesario cambiar a los años.
El paciente suele notar mejoría a las pocas horas de la operación, en la que interviene un equipo multidisciplinar de neurólogos, neurocirujanos, anestesistas y personal de quirófano.
La cirugía es la terapia avanzada para esta enfermedad más utilizada en el hospital. Ahora, tienen una lista de espera más o menos de un año ya que hay unas 20 personas pendientes de operación de toda Andalucía.
"Cuanto antes operes más se puede ganar en calidad de vida. Además, si se pasa ya a fases muy avanzadas no son buenos candidatos ya que hay otros síntomas asociados que impiden tanta mejora". Por eso es clave la elección del momento de la implantación, aunque si después se entra en fases muy avanzadas el neuroestimulador sigue actuando sobre los síntomas indicados pero son otros los que afectan más al paciente (como demencia, problemas de deglución o de movilidad).
Otras terapias avanzadas que también se aplican en el hospital son la infusión continua de levodopa intraduodenal y la infusión continua de apomorfina subcutánea (ésta última se puede utilizar como recurso mientras se espera la intervención).
Se calcula que el Parkinson tiene una incidencia de 200 pacientes por 100.000 habitantes, por lo que en la provincia de Granada hay unos 1.600 afectados. La mayoría se controlan únicamente con fármacos pero con la evolución de la enfermedad hay que cambiar tratamientos. La mayoría comienzan a notar los síntomas sobre los 60 o 65 años.
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