Entre la salud y el dinero

La legislación antitabaco sigue generando polémica. Y lo que queda hasta que entre en vigor. Ahora, por la decisión del Gobierno de endurecer la ley tras casi cinco años de aplicación. Entre otros cambios, el borrador aprobado recientemente por la Comisión de Sanidad del Congreso prohíbe fumar en los establecimientos de restauración. Empresarios del sector rechazan la modificación porque vaticinan que será su ruina y auguran que su crisis se agudizará con esta nueva normativa. Los sindicatos, por contra, la comparten porque dicen que ya es hora de que también los empleados de la hostelería puedan disfrutar de aire limpio en su puesto de trabajo.

La discrepancia está servida. La ley actual está en vigor desde el 1 de enero de 2006. Uno de los principales cambios que introdujo fue que no se podía fumar en el trabajo para que los empleados disfrutaran de aire limpio. Pero como la ley no prohibió el tabaco en la hostelería, los trabajadores de bares y restaurantes siguen expuestos al humo. "Estamos de acuerdo con el endurecimiento de la ley porque ahora tanto los trabajadores como los clientes están condenados a respirar humo. Además, porque hay una discriminación ya que unos trabajadores desarrollan su actividad en espacios libres de humo y otros no. Al contrario, ahora en los bares hay más humo porque ya no se puede fumar en las oficinas", argumenta el responsable de Turismo y Hostelería de CCOO-Andalucía, Gonzalo Fuentes.

El responsable de Hostelería de UGT, José Antonio Sedano, también aplaude el endurecimiento de la normativa para acabar con la discriminación entre unos trabajadores que gozan de espacios libres de humos y otros que están condenados a ser fumadores pasivos. "Es hora de prohibir fumar en todos los sitios. No es normal la discriminación. La ley debe ser igual para todos". Sedano no cree que una prohibición total del tabaco en la hostelería vaya a suponer la ruina del negocio como vaticinan los empresarios del sector hostelero. "Si se prohíbe en todos los sitios, al final la gente va a tener que ir igual a los bares y cafeterías", opina el sindicalista de UGT.

No es lo que sostienen los hosteleros. La Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada estima que cuando entre en vigor la prohibición de fumar en sus establecimientos, la demanda caerá en torno a un 10%. Desde el sector se argumenta que si al gasto para adaptar los locales a la actual ley y los efectos de la crisis se añade un futuro descenso en las ventas como consecuencia de un endurecimiento de la legislación, más los efectos de la crisis económica, será la ruina.

"Me parece que la suerte está echada", argumenta el secretario provincial de la Federación, Antonio García. Antes de llegar a este estado de resignación, desde esta asociación se demanda que la ley se quede como está o, en su defecto, se acepten cubículos con extractores de humo donde no entren ni menores ni camareros, una especie de "peceras". "Nos consta que se ha hecho lo imposible", resume García, que defiende la importancia de un "sector estratégico" para poder solicitar al menos una moratoria en la aplicación de la norma. Pero la máquina legislativa ya ha dado el primer paso para que la ley sea más restrictiva.

La modificación aprobada prohíbe fumar en todos los locales cerrados de uso público, lo que incluye bares, cafeterías, restaurantes y lugares de ocio. Los únicos espacios cerrados en los que sí estará permitido fumar serán los centros penitenciarios, los psiquiátricos, las residencias de mayores y discapacitados, aunque sólo en salas habilitadas al efecto. Los hoteles podrán reservar hasta un 30% de las habitaciones para fumadores, pero éstas deberán ser siempre las mismas y estar separadas del resto. Los medios de comunicación no podrán emitir imágenes de presentadores o invitados fumando. El texto entrará en vigor el 2 de enero de 2011.