Sólo seis de cada 100 víctimas de maltrato denuncian a su agresor
Las familias de las agredidas siguen sin atreverse a recurrir a la Justicia, ya que únicamente presentaron 5 de las 944 denuncias registradas en la provincia
Si el desaparecido Ministerio de Igualdad levantase la cabeza, seguramente pediría que se la cortasen. Uno de los motivos por el que se creó esa defenestrada cartera ministerial era la lucha contra la violencia de género, animar a que las víctimas denunciasen, que no tuviera que intervenir la policía para que tomase cartas en el asunto y que se atreviese a llegar al juzgado con su caso de malos tratos. Pero, según los datos que maneja el Consejo General del Poder Judicial correspondientes al segundo trimestre de este año, ese loable fin no se ha conseguido. Al menos, es lo que parece, porque del millar de casos de violencia de género que llegaron a los juzgados de Granada, únicamente en 63 la denuncia fue interpuesta por la víctima sin que mediase un atestado de algún cuerpo o fuerza de seguridad del Estado.
Así que, en proporción, únicamente seis de cada diez mujeres que denunciaron un caso de violencia de género acudió por su propio pie al juzgado. De las 944 denuncias recibidas, es una cantidad ínfima, que hace pensar que, precisamente, esa labor de concienciación no ha calado aún lo suficiente, que el miedo puede más que las palizas o las broncas en el hogar.
Aún así, cabe una noticia esperanzadora dentro de ese cúmulo de estadística judicial. El hecho en sí, el que hace pensar que igual las palabras y las campañas no son sólo palabras y campañas, sino que algo está calando entre las víctimas de malos tratos es que el número de denuncias que se presentaron durante el segundo trimestre de este año superó ligeramente a la cifra que se alcanzó durante los tres primeros meses de 2010. En concreto, de 908 casos que llegaron a los juzgados se han pasado a los 944 ya citados, lo que supone prácticamente un aumento del 4%. En ambos casos, la proporción correspondiente a las denuncias presentadas por las víctimas sin que mediase algún cuerpo de seguridad o un parte de lesiones médico es bastante baja, pero también han crecido de un trimestre a otro, prácticamente el doble. Si en enero, febrero y marzo 42 víctimas denunciaron a sus presuntos maltratadores, en abril, mayo y junio, la cifra alcanzó los 63 casos previamente citados.
Los que parecen que no tienen la intención de enmendarse son las familias de las personas maltratadas. Algunas veces, porque desconocen lo que pesa debido a que las bofetadas se dan de puertas para dentro. O escudándose en ese dicho de que "más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena". Pero esa frase no siempre es correcta y, en muchas ocasiones, la familia debería implicarse más ante un caso de maltrato. Porque el hecho, contundente y terco, es que únicamente cinco del millar de denuncias -el 0,5% del total, por dar el dato- fue presentada por los familiares de la persona maltratada.
Y, cuando los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se presentan en el lugar de los hechos, cuando ya se ha producido una agresión y un testigo, o un vecino, da aviso de que algo malo está pasando, las víctimas sí se atreven a denunciar. Eso pasó en 667 casos durante el segundo trimestre de este año, con la denuncia mediante atestado policial. E, incluso en esos casos, los familiares de la persona agredida únicamente denunciaron en dos ocasiones. En una treintena de agresiones, fue la propia policía la que tuvo que intervenir para denunciar al agresor.
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