Arrecian las quejas sobre Bolonia

Aulas sin adaptar a las exigencias europeas, un sistema de evaluación sin regular y una metodología arcaica son las principales demandas que hace el alumnado de la UGR a la Delegación de Estudiantes

Alumnas de la Universidad de Granada consultan unas listas en la Facultad de Derecho.
Alumnas de la Universidad de Granada consultan unas listas en la Facultad de Derecho.
A. Beauchy / Granada

04 de diciembre 2010 - 01:00

Las redes sociales son el medio más utilizado por los alumnos de la Universidad de Granada para realizar consultas a la Delegación General de Estudiantes, un organismo que se creó hace un año y medio con el objetivo de servir de punto de referencia a los más de 60.000 universitarios que hay actualmente en Granada. A través de Tuenti, la red preferente, llegan todo tipo de quejas, la mayoría vinculadas a la implantación del Plan Bolonia que se está estrenando este curso en la UGR.

La adaptación de las aulas al modelo educativo que se propone desde Bolonia, una metodología continuista del modelo anterior y la ausencia de normativa sobre la evaluación adaptada al nuevo sistema, son algunas de las quejas generales registradas.

Según informó el coordinador en funciones Juan Manuel García Sierra, los estudiantes de la UGR denuncian la masificación de las aulas y la necesidad de que se hagan los ajustes que exige el Espacio Europeo de Estudios Superiores. "No hay disponibilidad de aulas debido a que éstas se encuentran adaptadas a otro modelo educativo", explica el portavoz.

Otra de las quejas más recurrentes es la automatrícula, el nuevo procedimiento informatizado que agiliza el trámite de documentos al inicio de curso, que ha traído de cabeza a un buen número de estudiantes. "Ha habido muchos problemas con el cierre de algunos grupos que se dejaron abiertos y la gente se podía matricular sin límite -informa el portavoz-; de hecho, se ha dado el caso de grupos donde se ha llegado a matricular hasta 300 personas cuando el cupo era de 90".

Aunque no es un aluvión de quejas, a la Delegación de Estudiantes llegan diariamente dos o tres consultas por el ciberespacio y otras tantas de forma presencial. "Salvo cuatro quejas, que debido a su gravedad tuvieron que remitirse a la Inspección de Servicios y al Defensor Universitario, el resto pudimos solventarlas desde aquí", asegura García.

La mayoría de las veces se evidencia una falta de información más que una irregularidad propiamente dicha. Con una llamada de los responsables de los organismos, de los servicios o de los departamentos que protagonizan la queja, se acaba resolviendo la consulta.

Los másteres también son objeto de malestar. Concretamente el de Abogacía, en el que denuncian cierto intrusismo laboral; el de enseñanza secundaria, por sus precios "abusivos" y la "mala gestión"; y el de psicología sanitaria, que ha sido eliminado por la Junta y servía de reconocimiento de la carrera como sanitaria.

Bolonia implica una docencia más práctica , en la que se supone debe involucrarse más al estudiante, y en la mayoría de casos no se está llevando a cabo. "Se está repitiendo la pauta de los planes piloto: con la misma carga de trabajo que se exigía con el modelo tradicional, debido al mantenimiento de los exámenes finales, pero con el añadido de multitud de trabajos y una presencia en clase ineludible".

Las denuncias recibidas en la Delegación de Estudiantes evidencian una falta de preparación del profesorado, porque no han adaptado su metodología y contenidos a las exigencias de Bolonia. "Hace falta una actualización de la metodología docente", reclama García. Y, siguiendo con la estela de Bolonia, para la expedición de los nuevos títulos se exige ahora un nivel mínimo de idiomas cuyas enseñanzas no se imparten en la carrera, lo que ha provocado un gran malestar.

Los parámetros de concesión de becas también son objeto de reclamación, por ser demasiado restrictivos. "El estudiante que se ha independizado se encuentra con que el Ministerio le exige una cantidad mínima de ingresos que acredite que puede vivir de forma autónoma. El problema es que la mayoría de los trabajos que consiguen los estudiantes no alcanzan ese tope y no pueden optar a la beca".

Además, los estudiantes denuncian que las bajas del profesorado no se suplen con la suficiente rapidez por parte de los departamentos. Para consultas: dge@ugr.es.

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