Un pellizquito en la capital

Una administración de Recogidas reparte 200.000 euros al vender diez décimos del cuarto premio · En Zújar se llevan 600.000 por veinte del tercero, comprados en Madrid · La suerte salpica a Órgiva y Calahonda

Dos afortunados de Calahorra celebran en la calle que ahora son un poco más ricos que ayer
Dos afortunados de Calahorra celebran en la calle que ahora son un poco más ricos que ayer
Guillermo Ortega / Granada

23 de diciembre 2010 - 01:00

Veinte mil euros. No es una cifra que le quite a uno de trabajar, pero no cabe duda de que es más de lo que se han llevado la mayoría de las personas que están leyendo ahora estas líneas. Esa cantidad es lo que les ha tocado a cada una de las diez personas -es posible, pero no probable, que alguno se llevara dos o más décimos- que adquirieron el único billete -diez décimos- del número 57.896 que se puso a la venta en la administración número 12 de Granada, un pequeño establecimiento justo al lado de la sede del Granada Club de Fútbol.

El cuarto premio del sorteo de la Navidad debió llegar allí en julio o agosto, cuando empiezan a venderse décimos del Gordo. "Los billetes sueltos son los que llegan antes", explica Joaquín Ramos, responsable de la administración, que ayer se llevó una alegría bastante gorda aunque desde luego incomparable con la que hubiera sentido si en vez de un billete le hubieran correspondido los 195 que integran el número en su totalidad, porque en ese caso estaríamos hablando de una auténtica lluvia de millones.

Ayer, a las doce, allí no había ni champán ni caras sonrientes, pero sí un continuo goteo de clientes que entraban bien para cerciorarse de que la suerte había pasado por allí, bien para comprar un décimo para el sorteo del Niño. Una mujer con acento extranjero pidió un número que acabara en seis y no ocultó su decepción porque "compré aquí para el sorteo de la Navidad, me llevé casi todas las terminaciones pero ninguna del seis".

Poco antes, otra mujer ha entrado sólo para hacer una pregunta: "¿Esos décimos premiados los tenía usted ayer?". El lotero le dice que no y por lo menos se queda más tranquila. "Porque ayer vine buscando un número acabado en seis y no lo encontré", se sincera.

Joaquín Ramos lleva en el negocio desde 1983, cuando empezó ayudando a su madre en esa misma administración. Ha dado desde entonces algún que otro premio, pero ninguno de tanta envergadura. Sabe que ese tipo de cosas suele repercutir en un aumento de negocio, pero tal y como le han ido las cosas en los últimos años, se muestra algo escéptico al respecto.

"Se dice por ahí que con esto de la crisis se vende más, pero no es verdad. El año pasado hubo un descenso de un 3% y este año posiblemente sea del 5%. Lo que pasa es que cuando hablan de que Granada es el sitio de Andalucía donde más se ha vendido, lo que se quiere decir que es donde más se ha consignado. Pero hasta que no se sepa la devolución, no se pueden conocer con exactitud las ventas. En mi caso ha ido la cosa más floja", alega.

No tiene ni idea de quiénes han sido los afortunados salvo en un caso, un hombre, comprador habitual, que vive cerca de la plaza de Bib Rambla. "El resto pueden haber sido turistas que hayan venido por aquí en verano", aventura.

Los que no han tenido suerte han sido los empleados del Granada Club de Fútbol que suelen tentar a la suerte en ese establecimiento. Siempre compran allí, pero siempre lo hacen por el mismo número, que no fue el agraciado.

Mientras sigue vendiendo billetes, Joaquín Ramos dice que en realidad la mañana de ayer habría sido normal de no ser por el revuelo periodístico que ha provocado la noticia. "Llevo horas atendiendo a la prensa", cuenta, sin asomo de enfado, dando a entender que lo hace a gusto. "Tan concentrado he estado en eso que hasta hace un ratito no me he enterado de que el gordo ha terminado en cero", concluye.

No fue el único pellizco que se llevó la provincia. En Zújar, una localidad más o menos equidistante entre Baza y Cuevas del Campo, el número 75.913, tercer premio en el sorteo extraordinario de Navidad, dejó unos 600.000 euros, repartidos en una veintena de décimos.

Se vendieron en el estanco, que en realidad no es una administración pero que distribuye lotería que previamente ha sido comprada en otros sitios, como Madrid.

De hecho, la dueña del establecimiento, llamada Susana, acostumbra a comprar tres números en Madrid para vender en su local. Son números fijos cuyas terminaciones son 5, 7 y 9. Pero este año, y a petición de sus clientes, añadió a estos números otro acabado en 13.

Se ve que la fortuna estaba llamando a este despacho de tabacalera. Susana, junto a su empleada María Dolores, aprovecharon un viaje a Madrid, en el mes de septiembre, con motivo de una visita a la Feria de Muestras, para comprar los 20 décimos del citado número 75.913 en la administración de la estación de Chamartín. La suerte para las dos vendedoras de Zújar ha sido dispar, puesto que la propietaria, Susana, se quedó con dos décimos, mientras que la empleada, María Dolores, no compró de este número. Le queda al menos el consuelo de que "le ha tocado a un familiar directo".

Susana, que como dice el alcalde de Zújar, Juan José Pérez, "tiene muy buena mano para la lotería", ya vendió otro premio. Fue en el sorteo del Niño del año 2001. "En aquel momento el precio al que se pagó fue de 230.000 pesetas al décimo". Ahora el premio ha aumentado, pagandose el décimo a 50.000 euros. Las encargadas de traer la suerte a Zújar están casi seguras de que nadie se llevó más décimo. "Todos los compradores son clientes del estanco, y algunos lo comparten, por lo que son por lo menos veinte las personas agraciadas."

El dato curioso es que la noticia de que la suerte había pasado por Zújar la llevó de inmediato María Dolores Rodríguez, más conocida en el pueblo como La Chaparra, que regenta un establecimiento de ropa junto al estanco, también compró un número y se da la circunstancia que todavía lo debe. Para que luego digan que si la lotería no se paga antes del sorteo luego no toca...

Como un premio de rebote se podría calificar lo de Órgiva. La lluvia de millones que cayó sobre la cercana población de Vélez de Benaudalla también llegó ayer a la comarca de la Alpujarra.

En Órgiva, fueron muchos los afortunados que se hicieron con el segundo premio del sorteo de la lotería de navidad. Eva Márquez, de 30 años y auxiliar de enfermería en el centro de mayores de la localidad, compró tres décimos, uno de ellos compartido entre dos amigas, y en consecuencia recibirá más de 230.000 euros.

Por supuesto, ayer estaba muy emocionada y anunciaba que ese dinero le supondrá "quitarme la hipoteca, además de un gran desahogo ya que mi marido tiene asegurado su empleo hasta mayo".

Vélez de Benaudalla también queda cerca de la costa y la fortuna parase también allí. En Calahonda, más de una docena de personas se vieron beneficiadas con 100.000 euros. Y todo gracias a la propietaria del Bar Media luna, Conchi Díaz Puertas, quien afirma que le gustan mucho los ceros, por lo que se quedó con varios números que le ofrecieron desde Vélez.

Conchi se enteró en su bar, donde sólo había tres personas. "Estaba haciendo café y de repente veo en la tele un 147. Después de una confusión por no saber si era la serie o el número, vi los ceros por delante y, ¡pues que sí!". La vendedora del décimo afirmó que no se esperaba repartir semejante premio en su pueblo, pero pese a ello se le ha quedado un sabor agridulce: "Por una parte tengo mucha alegría, pero por otra he devuelto diez números que se podían haber quedado aquí, entre mis vecinos y mi familia".

Díaz Puertas reconoce que "el número no es muy atractivo", pero pese a ello "unas catorce o quince personas" decidieron comprarlo. Entre ellas María José, una joven vecina que al enterarse de la noticia se dirigió directamente al bar, donde poco después se reunieron varios de los ganadores, que no dejaron de descorchar champán. "Una alegría enorme, me he enterado en el trabajo y le he dicho a mi jefa que me voy", señaló, aunque aclarando que seguirá en su puesto laboral, ya que "no ha sido primer premio, ha sido el segundo".

Otra vecina, llorando, explicó que "era un número muy raro, pero cuando lo vi en un bar que hay cerca del mío, he dicho dámelo". Respecto al destino que le dará al dinero ganado, dijo que lo guardará "para vivir un poquito mejor".

Por otro lado, el orgiveño Francisco Tovar, de 53 años, casado, con dos hijos y trabajador del servicio de limpieza en el Ayuntamiento de Órgiva, se llevará 100.000 euros por un décimo que adquirió en la planta de residuos de Vélez.

Confesaba ayer que aún no tenía claro en qué se lo iba a gastar, pero daba alguna que otra pista. "Me hace falta un coche y también tapar algún agujero que otro", confesó.

La suerte también se cruzó en la vida de Jordi, vecino de Órgiva que con 30 años, en paro y con dos hijos enfermos, recibirá 100.000 euros tras adquirir un décimo. Además, las localidades alpujarreñas de Ugíjar y Albondón fueron afortunadas, ya que varios de sus vecinos se hicieron con décimos de lotería del segundo premio. Mejor suerte aún tuvo una familia de Albondón, que se ha hecho con cuatro décimos del primer premio, vendido en Palleja en Barcelona, que supondrá 1.200.000 euros a esta familia. José Daniel Fernández, uno de los hijos, en paro y a punto de finalizar el cobro por desempleo, comentaba ayer que todavía no tenía muy claro el destino del dinero, pero lo que daba por descontado es que por lo pronto lo iba a celebrar a lo grande, en familia y en una bodega de la localidad.

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