"El flamenco no es un funcionariado"

La granadina Lucía Guarnido regresa a Granada para quedarse. Mañana presenta en el Teatro Isabel la Católica su espectáculo Suma y sigue (20 horas), acaba de comenzar a bailar en el tablao La Casa del Arte Flamenco de la Cuesta Gomérez y en septiembre abrirá su academia de danza. Después de muchos años en Madrid y Barcelona, su proyecto vital se reencuentra con sus proyectos artísticos.

-'Suma y sigue', en los tiempos que corren no restar ya es algo...

-Busqué muchos títulos y me decidí por este porque era seguir adelante en mi carrera y porque me sirve para reflexionar sobre los muchos papeles que aglutina una mujer en la sociedad actual, el de trabajadora, madre, amante, esposa... Desarrolla muchos roles y Suma y sigue habla de una mujer que suma cualidades o facetas y que sigue adelante.

-¿Es usted empresa en los espectáculos que protagoniza?

-Sí, antes se trabajaba a caché pero en los tiempos que corren lo hacemos a taquilla, por eso es importante que los aficionados al flamenco y la cultura nos apoyen. En estos tiempos en los que hay que arriesgarse para presentar un espectáculo la mejor manera de apoyar la cultura es consumirla.

-Trabajó en diferentes ballets hasta que se independizó en 2008, justo en el inicio de la crisis. ¿Se ha arrepentido de esta decisión?

-Estuve en la compañía de Eva Yerbabuena y después en el Ballet Flamenco de Andalucía con Cristina Hoyos. En 2008 comencé mi carrera en solitario y dejé Sevilla para instalarme en Madrid. Las necesidades vitales hay que respetarlas y hay que hacerle caso al instinto cuando decides cambiar. Pero ahora estoy también en la compañía Proyecto GR que dirigen en Madrid dos artistas granadinos, Manuel Liñán y Daniel Doña, lo que me aporta muchísimo. En 2008 sentí la necesidad de forjarme como bailaora en los tablaos. Ahora trabajo en La Casa del Arte Flamenco, un tablao nuevo con un formato diferente. Es muy serio, cuida mucho los detalles, es como un teatro. En este tablao no se come, no se bebe y no se hacen fotos. Es como un teatro, pero manteniendo la magia y la espontaneidad de un t ablao. Cuando un artista está en el escenario necesita respeto y que el público tenga los cinco sentidos puestos en ti porque setamos haciendo arte flamenco. ¿En un concierto de música clásica se puede tomar un vino? Pues con el flamenco igual.

-¿Se ha mudado entonces a Granada?

-Le voy a dar una primicia, regreso a mi tierra porque voy a abrir una escuela de flamenco y danza, voy a seguir en activo como bailaora pero tengo ya ganas de regresar a Granada y para septiembre estará abierta la academia. Yo necesito bailar a diario y estar en el tablao me va ayudar.

-¿No se va a cansar de vivir 24 horas dedicada al flamenco?

-No, el flamenco es mi vida, soy feliz en un estudio. La pena es que muchas veces tengamos que estar con el teléfono o los e-mails para cerrar contratos, que es la parte más fea de esta profesión, pero bailar es un gustazo.

-Parece que está capeando bien la crisis...

-A todos nos cuesta más trabajo tener actuaciones, para ir a un teatro tienes que arriesgarte con la taquilla, el circuito es más reducido, pero como soy muy cabezona consigo salir adelante, acabo de regresar de dar clases de flamenco en Praga y Dublín. El flamenco no es un funcionariado.

-¿Los artistas no suelen hacer el camino contrario a usted y comienzan en el tablao para continuar en un ballet?

-No siempre, yo llevaba mucho tiempo en un cuerpo de baile en compañías muy prestigiosas, pero hay que pasar por todos los palos, que no te quede nada por experimentar. En Suma y sigue tengo la suerte de tener a Luis Mariano, que ha hecho la música del espectáculo, exquisita, nos entendemos muy bien porque su música es conmovedora. Somos un equipo consolidado y eso se nota en el escenario.

-¿Madrid le está comiendo el terreno a Sevilla como 'capital administrativa' del flamenco?

-No, Madrid es capital y hay mucho movimiento, son ambientes diferentes aunque Sevilla creo que todavía está por delante, pero no hay que olvidarse de Granada, Málaga, Cádiz o Jerez.