"Soy de los románticos que creen que todavía hay verdades"
Jordi Rebellón. Actor
El actor protagoniza en el Teatro Isabel la Católica 'Desclasificados', una historia de políticos y periodistas

Jordi Rebellón, recordado por su papel en Hospital Central como doctor Vilches, se sube ahora al Teatro Isabel la Católica con la obra Desclasificados, que interpreta junto a Alicia Borrachero y Joaquín Clement, donde interpreta al astuto secretario de prensa del Presidente del Gobierno, pero de uno imaginario y que "marcha bien", reconoce el actor de origen catalán.
-Admitirá que el público encasilla a los personajes televisivos con sus intérpretes…
-Evidentemente. Pasa cuando estás haciendo una serie durante muchos años y con un personaje que es muy potente, por eso, los actores intentamos hacer teatro o cine, pero es lógico diez o doce años en una serie es mucho tiempo.
-Y ahora 'Desclasificados' no podría llegar en mejor momento.
-Bueno, no es una obra crítica con la situación actual aunque suceda en un enclave político, pero en ningún momento se refiere a este país, es un caso totalmente ajeno.
-Pere Riera, su director, apunta que pese a hablar de periodismo y política, 'Desclasificados' trata, en realidad, sobre la ética, la integridad profesional y la dignidad del individuo…
-Sí, la filosofía de la obra viene a decir que es muy fácil valorar y criticar la actitud de los demás, cuando en realidad, nosotros mismos no nos preocupamos ni en valorar la nuestra propia. Deberíamos de entender que cada uno es diferente y que ejerce en el terreno que puede.
-¿Su personaje pone en evidencia que los políticos son marionetas en manos de un poder superior, en este caso, los mercados?
-En la obra hablamos de un gobierno que funciona muy bien y que por una periodista puede irse todo al garete. Yo pienso que siempre hay personas a la sombra de los grandes políticos y aunque no los reconozcamos son ellos los que mueven los hilos.
-¿Le ha servido su papel para cuestionarse a sí mismo?
-No. A los actores nos gusta hacer personajes que no se parezcan a nosotros. Este es un jefe de prensa que no tiene nada que ver conmigo, vamos, yo no actuaría nunca como él.
-Al final en 'Desclasificados' la honestidad no triunfa por ningún lado. ¿Se ha convertido la verdad en algo obsoleto?
-Creo que no, pese a que en el mundo de la política o el periodismo haya cosas que no son del todo ciertas y se juegue al equívoco. Yo pienso que la verdad siempre tiene que ir por delante en la vida, si no sería una mentira y una trampa todo. Soy de los románticos que creen que todavía hay verdades.
-¿Diría que esta obra de teatro es desesperanzadora?
-Para nada. Aclara muchas cosas, por ejemplo, como somos capaces de actuar para cubrirnos en nuestro terreno y de marear al de delante para protegernos a nosotros mismos. Si vemos esta obra nos daremos cuenta de muchas cosas que en otros sitios no tendríamos la oportunidad de hacerlo.
-¿Cree que la desintegración de las utopías políticas ha conducido al escepticismo vigente?
-El problema no es el escepticismo, sino la credibilidad. Actualmente están sucediendo una serie de cosas que han hecho que los políticos pierdan toda la credibilidad. Lo ideal sería que hubiese una limpieza y que saliera gente nueva, con nuevas esperanzas y proyectos.
-¿Si el optimismo progresista ya no es admisible, entonces, que lo es ya: la desesperación o la indignación?
-Hay que indignarse pero sin desesperarse. Siempre hay que tener esperanza en que las cosas cambien y vayan a mejor.
-¿Nuestras sociedades han corrompido la idea del progreso continuo?
-Son los estamentos que mandan, los que dirigen los países, los que mueven los hilos y nos llevan a donde nos llevan. Estamos condicionados por una mayoría absoluta, pero yo creo que hay que decir "basta ya".
-¿El carpe diem ha sido sustituido por una incertidumbre constante?
-No. La incertidumbre no es constante, ya se ocupan ellos de darnos esperanzas y luego de quitarlas. Es tan fácil como cuando vienen unas elecciones y prometen hacer cosas, por ejemplo, bajar impuestos, y luego cuando ganan terminan haciendo lo que quieren.
-¿Cómo imagina, sin embargo, el futuro?
-Negro, otra cosa es como me gustaría a mí imaginarlo porque está costando mucho salir de esto y las cosas no están claras. Pero tengo la esperanza de que los políticos pasan y que las elecciones son cada cuatro años, porque la verdad es que todos los ciudadanos estamos ahogados y maniatados.
-¿El periodismo ejercido por determinados medios se ha convertido en otro de los muchos encantamientos virtuosos a los que asiste el espectador?
-Todo sabemos que la televisión y los medios son muy importantes. Todos nos enteramos de las noticias a través de ellos, tanto escritos como hablados, pero ojalá su poder se utilice para ir a donde tenemos que ir, no para que vaya en contra nuestra.
-Como ciudadano que le pediría a la política.
-A la política le pediría lo que tienen que hacer los políticos, que su obligación es defendernos, representarnos, mimarnos y cuidarnos. Tienen que dejar ya de pelearse entre ellos, porque para eso le hemos votado y le estamos pagando un sueldo con nuestros impuestos.
-¿Y al periodismo?
-Franqueza, transparencia, que diera las informaciones contrastadas y que nos informen de todo. El periodismo tiene que ser justo, leal y sincero.
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