"Trabajar con un genio te enriquece como profesional y como persona"
Dee Dee Bridgewater. Vocalista
La cantante presenta en Almuñécar su homenaje a Nueva Orleáns, al cumplirse el décimo aniversario de la tragedia que provocó en la ciudad el huracán Katrina.
Dee Dee Bridgewater es una de las grandes voces del jazz que aún le faltaban al Festival de Jazz en la Costa por incluir en su historial. Habiendo pasado en más de una ocasión por el festival de otoño de la capital, con la visita al de Almuñécar salda una deuda pendiente con la cantante norteamericana. De larga y sinuosa carrera, Bridgewater acude pocos meses después de haber afrontado su última aventura, un sentido proyecto en el que ha rendido homenaje a las víctimas del huracán Katrina que asoló Nueva Orleáns en el décimo aniversario de la catástrofe. Grabado junto a Irving Mayfield y la New Orleans Jazz Orchestra, el fruto de la colaboración se ha materializado en un álbum de inminente publicación, Dee Dee's Feathers (OKeh Records, 2015), que verá la luz en EEUU en agosto, coincidiendo con lel aniversario. Aunque en un principio no estuvo previsto que así fuera. "Este disco nació de mis colaboraciones con Irvin Mayfield y no estaba destinado para el consumo comercial. Fue pensado para ser vendido en el nuevo centro de jazz abierto el pasado 3 de abril, El Mercado del Jazz de Nueva Orleans, encabezado por Irvin y su socio Ron Markham", explica la cantante.
Otro de los aspectos destacados del proyecto es que se ha involucrado Irvin Mayfield, al que Bridgewater define como "todo un emprendedor, un empresario, músico, educador en Nueva Orleans que se comprometió a elevar el jazz en la ciudad y llevarlo a su comunidades como una seña de identidad de la ciudad". Mayfield es mucho más que un excelente trompetista; además de arreglista, compositor y profesor, es un activista del jazz, embajador cultural y miembro del Consejo Nacional de las Artes de su país. Irvin Mayfield también acompaña a Dee Dee Bridgewater en su actuación de esta noche.
Lo harán junto a un grupo que han llamado The New Orleans 7, formado por alguno de los miembros de la New Orleans Orchestra que grabó el álbum. Una experiencia, la de trabajar al lado de una gran orquesta sobre la que la cantante norteamericana comenta que "no es la primera vez que trabajo con un acompañamiento tan completo. Comencé mi carrera con las orquestas de Thad Jones y de Mel Lewis, y he repetido periódicamente con grandes bandas, pero sí, siempre que el proyecto y la economía lo permiten es muy agradable volver a ese sonido tan total".
En la primera mitad de los setenta, antes incluso de debutar discográficamente, acompañaba habitualmente como vocalista a maestros como Max Roach, Sonny Rollins, Horace Silver, Dexter Gordon o Dizzy Gillespie, aunque de todos ellos, el que más huella le dejaría sería Ray Charles, como ella misma comenta: "Mi trabajo con ellos ha sido muy confortable. La experiencia más increíble fue el período de dos años que trabajé con Ray Charles. Sin embargo, cada experiencia fue muy enriquecedora. Trabajar con un genio es algo que te enriquece como profesional y como persona, además cuanto más talento tenían, más asequibles eran y con más ganas de compartir". A pesar de tan brillante currículum, el jazz vive tiempos difíciles en los años siguientes y en los ochenta decide instalarse en París y comenzar de nuevo su carrera allí. Y contra todo pronóstico, lo consigue.
En los noventa despega definitivamente su reconquista americana, especialmente con su álbum Love and Peace (Verve, 1995), un delicioso tributo a Horace Silver.
Dee Dee Bridgewater suele dar recitales de larga duración, indicativo de la conexión que establece con el público. "Mis conciertos son la comunión entre el público, los músicos, y yo. Siempre es hermoso quedarse atrapado en la energía creada". Y aunque el jazz vocal últimamente parece haber retomado el camino de la onda cool, de interpretaciones suaves y melosas, Bridgewater se mantiene fiel a su condición de cantante volcánica y se muestra irónica acerca de esta tendencia 'soft'. "Cada época tiene su estilo musical. Es el momento de vocalistas de jazz-pop con ese son tan aseado. Si eso permite que haya más artistas y se gane en visibilidad, entonces es una buena cosa. Las tendencias vienen y van… y lo músicos y cantantes 'reales' sobreviviremos a esas tendencias".
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