Lluvia de meteoritos
El Parque de las Ciencias inicia un proyecto pionero de colaboración con nueve universidades andaluzas para que ofrezcan al público sus trabajos de investigación más interesantes y acerquen el conocimiento a los visitantes
El Parque de las Ciencias de Granada acoge desde ayer una de las muestras más curiosas que han pasado por el museo, Meteoritos: fragmentos de otros mundos, en la que, a través de más de 200 piezas, los visitantes pueden contemplar algunas de las rocas más fascinantes encontradas tanto en la Tierra como en la Luna. La exposición, que estará abierta hasta el próximo 4 de octubre, inaugura un ciclo del que el Parque de las Ciencias es pionero: la colaboración con nueve Universidades andaluzas para que cada una de éstas, mensualmente, ofrezca al público algunas de sus investigaciones más interesantes.
La muestra puede contemplarse en el espacio denominado Ventana a la ciencia, situada en el vestíbulo principal de la ampliación del Parque y a la que el público tiene libre acceso. Allí permanecerán a lo largo de los próximos nueve meses diferentes equipos de trabajo de las distintas Universidades andaluzas para que los visitantes puedan ver cómo realizan sus investigaciones.
La exposición inicial es un trabajo realizado por la Universidad de Huelva, una de las más especializadas en el desarrollo de la tecnología que es capaz de detectar la entrada de partículas a las atmósfera terrestre y el impacto de las rocas contra la superficie de la Luna. Las investigaciones, dirigidas por el doctor José María Madiedo, se hacen eco del descubrimiento de meteoritos en cuyo interior se han encontrado hasta ochenta aminoácidos distintos, cuando el número máximo de aminoácidos que pueden contener minerales terrestres sólo llega hasta 20.
Los aminoácidos son moléculas orgánicas y, por tanto, agentes activos en la formación de la vida. Si no los únicos, si fueron parte de la cadena de circunstancias que propició la aparición de la vida en la Tierra. Todas las hipótesis apuntan a que la vida puso surgir en el planeta gracias a la llegada de meteoritos con aminoácidos.
Los visitantes que acudan a Meteoritos: fragmentos de otros mundos no sólo tendrán la posibilidad de ver a los expertos trabajando sino también verificar si cualquier piedra que alguien pudiese encontrar con forma o peso extraño es un meteorito o no, según explicó Madiedo. "Por lo general", dijo, "la densidad de una roca estelar es mucho mayor que la de una roca terrestre. Eso podría ser un primer indicio".
A través de más de 200 rocas, entre meteoritos y restos de rocas de los cráteres que los meteoritos provocaron al estrellarse contra la Tierra, el público puede conocer las características de cada uno de ellos, su transformación al impactar contra la atmósfera terrestre y sus curiosas formas. Algunas de las piezas presentadas han sido seccionadas para que los asistentes puedan ver cómo es el interior de un meteorito.
La exposición ofrece también la posibilidad de contemplar réplicas de los meteoritos que la misión Apollo 15 trajo de la Luna en los años setenta. A través de pantallas interactivas los visitantes pueden, asimismo, contemplar cuál es el viaje de un meteorito hasta su choque contra la Luna o la Tierra.
"Los visitantes podrán conocer los impactos de los meteoritos, cómo se analizan, la influencia que éstos tuvieron tanto en la aparición de la vida en la Tierra como en la desaparición de un importante número de especies", señaló Madiedo.
Pero no será esta la única muestra que pase por el Parque. A partir del 9 de octubre, un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz montará un espacio denominado De la enología a la enocosmética, dedicado al análisis del proceso de elaboración de los vinos de Jerez y de cómo algunos de sus productos residuales son empleados en la cosmética por sus propiedades hidratantes, exfoliantes o antioxidantes.
Entre noviembre y diciembre, la Universidad de Córdoba expondrá la muestra La apicultura: una ganadería peculiar y necesaria, en la que el grupo de investigación del Centro de Referencia Apícola de Andalucía trabaja sobre el desarrollo sostenible de las colonias de abejas y atiende a las necesidades de investigación y desarrollo de los apicultores andaluces.
La siguiente muestra es fruto de un trabajo de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla denominadaq La historia bajo tus pies. En ella, un grupo de paleobiología reproducirá un 'paleobasurero' que permite la recogida de restos y un laboratorio con instrumental de medición y restauración para analizar los restos encontrados y analizar la alimentación que se utilizaba en la prehistoria.
La Universidad de Sevilla, por su parte, mostrará entre enero y febrero la exposición Las constantes universales, en el que analizará parámetros como la velocidad de la luz con un láser pulsado, la carga del electrón en un circuito con válvulas de vacío, la permitividad eléctrica del vacío o las constantes de Planck y Boltzman.
En febrero, será el turno de la Universidad de Jaén, que ofrecerá su exposición Aceite de oliva virgen extra, zumo natural de salud. En ella, un grupo de trabajo mostrará sus avances en el conocimiento de los diferentes productos basados en el aceite de oliva que reducen el riesgo de padecer enfermedades y mejoran la calidad de vida. El grupo dará a conocer las propiedades del aceite de oliva virgen extra y posibilitará la realización de experiencias interactivas como la valoración organoléptica de los aceites y mostrará experimentos que aborden los distintos aspectos de su elaboración.
La Universidad de Málaga mostrará, por su lado, la experiencia Los nuevos esclavos cibernéticos, en la que analizará el nuevo papel de los 'robots'. Su grupo de investigación mostrará cómo la vida cotidiana está llena de robots automatizados que facilitan las cosas al ser humano.
Algo nuevo bajo el sol es la propuesta que lanza la Universidad de Almería con sus investigaciones sobre el aprovechamiento de la energía solar, y ya no sólo para el abastecimiento, sino también para procesos como el tratamiento del agua.
Finalmente, la Universidad de Granada ofrecerá, entre junio y julio, su propuesta Una Tierra inerte, en la que desarrollará sus trabajo sobre los movimientos sísmicos y los terremotos. El grupo determinará la geometría del subsuelo.
"Éste es un proyecto pionero que no se había hecho antes", manifestó ayer Ernesto Páramo, el director del Parque de las Ciencias, que resaltó la relación entre Universidad y sociedad.
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