Nunca te sueltes | Crítica
No te sueltes cuando el mal acecha
María Estuardo, la reina de Escocia, está prisionera en Inglaterra y su prima Isabel Tudor debe decidir si le corta o no la cabeza. En sus cavilaciones se abrirán paso no sólo la política, la religión, la pena de muerte y la demagogia sino también la envidia, el odio y el temor que se profesan estas dos mujeres. La modernidad del texto escrito por Friedrich Schiller en el siglo XVIII sobre un episodio histórico del siglo XVI resurge en toda su desnudez en el siglo XXI gracias a la nueva versión teatral que ha dirigido Pedro Álvarez-Ossorio y que podrá verse en el Teatro Alhambra hoy y mañana.
Adaptación del gran drama romántico alemán, esta María Estuardo es una reflexión sobre cómo la política "corrompe y hace peores a las personas, sobre todo cuando tratan de sostenerse en el poder", según explica Álvarez-Ossorio.
Su montaje es el resultado de la colaboración de dos compañías, La Fundición de Sevilla y Tranvía Teatro de Zaragoza, que han sumado esfuerzos para hacer una obra de gran formato que viste de contemporáneo el drama, "sin tocar el texto", gracias a una escenografía austera que consta tan sólo de un trono, dos taburetes y una pantalla gigante que subraya el espacio controlado en el que se mueven los protagonistas, "ese aire de vigilancia perpetua de las sociedades modernas", continúa su director.
Con una trama ágil y llena de enredos policíacos y de zancadillas al adversario que no desentonarían en los hemiciclos actuales, esta versión convierte en roles femeninos a varios personajes masculinos del texto de Schiller para ahondar en la idea de que "la mujer, en política, puede ocupar un espacio tan indigno como el hombre". Y es que aquí no hay ningún personaje completamente inocente y bueno. Ni tampoco delicado, como reprocha a uno de sus súbditos la reina Isabel: "La mujer no es frágil. Hay en nuestro sexo almas fuertes; no quiero que en mi presencia se hable de la fragilidad de las mujeres", escribió Schiller.
En el rol principal figura la intérprete aragonesa Cristina Yáñez, que ha participado en distintas producciones del Centro Dramático Nacional. Para ella, "hemos trabajado a estos políticos desde el corazón y la verdad. Son personajes tratando de sobrevivir en un nido de víboras. Hombres y mujeres llenos de fisuras". Yáñez subraya también la "maravilla" que es el texto, "un reto con el que todas las actrices sueñan". Y es que el pulso entre Isabel y María Estuardo -encarnada por Pilar Gómez y que representa el conservadurismo frente a su rival- es una de las grandes escenas de la historia del teatro.
Álvarez-Ossorio ha situado la acción en la época actual con la complicidad del vestuario diseñado por Asunción Trallero y la escenografía ideada por Juan Ruesga y Vicente Palacios. Junto a Cristina Yáñez y Pilar Gómez, los roles principales se los reparten María José Moreno (Guillermina Cecil), Yvonne Medina (Guillermina Davidson, la secretaria de la reina Isabel), José Chaves (Robert Dudley, conde de Leicester), Emilio Alonso (Jorge Talbot, conde de Shrewsbury) y José Dault (Sir Mortimer).
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