
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Pensar en Europa
El Observatorio
VAYA por delante que mis conocimientos de economía me sitúan en esa vasta categoría de ignorantes que, sin embargo, sufren lo que los grandes conocedores, los grandes gurús, los insignes políticos tienen a bien. Vaya por delante que lo que aquí planteo no es fruto de un sesudo estudio académico y que, por tanto, me someto audazmente a la crítica de esos talentosos intelectuales que controlan la economía mundial. Sin embargo, mi afeitado e higiene diarios se ven invariablemente alterados por las noticias hasta el punto de llegar al riesgo del corte facial o de la conjuntivitis causada por el champú. Me asaltan preguntas que les transmito, amigos lectores, por si alguno tiene a bien respondérmelas y, con ello, alfabetizar económicamente a este pobre diablo que les escribe.
¿Por qué el PIB de los países debe crecer sin pausa? ¿Qué desastres son previsibles si el crecimiento es nulo o, por un tiempo, levemente negativo? ¿Por qué la escala de medida es el año y no el lustro, por ejemplo? A lo mejor las cifras dejaban de ser tan alarmantes si se las promediara en periodos más largos. ¿Por qué se consideran derroches las inversiones en pensiones, educación y sanidad públicas -y por tanto carne de recortes- y no los dispendios en la proliferación cancerosa de políticos que, con desfachatez, se suben los sueldos? ¿Por qué las mismas evaluaciones numéricas que inducen a nuestros talentos preclaros a la tijera indiscriminada, tras la evidencia del fracaso de sus políticas, no los inclinan a un poco menos de corte y un poco más de confección?¿Por qué les permitimos que nos vendan como ciencia unas predicciones que más bien parecen resultados de estudiantes que desconocen -o menosprecian deliberadamente- variables tan importantes como las usadas? ¿Por qué se atienden a unas interpretaciones de los datos y no a otras en un ejercicio de mínima honradez científica y política? ¿Por qué se permiten los paraísos fiscales, incluso en el seno de supuestos estados de derecho, y no se los prohíbe, aborrece o asfixia diplomáticamente según el caso? ¿Por qué hay libertad de movimiento de capitales cuando se cercena el mero asentamiento de las personas?¿Por qué el error de cálculo o exceso de confianza de un particular ha de pagarse con el desahucio y la continuidad de la deuda mientras que al banquero le permite retirarse con una pensión millonaria? Mucho me temo que preguntas como estas van a seguir amargando mi higiene matinal y con ella el día entero mientras que el objetivo supremo sea el dinero y este se consiga con más facilidad en los parqués bursátiles que mediante la producción de bienes que tiendan a aumentar el bienestar de las personas.
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