La Rayuela
Lola Quero
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Público y privado
LA reciente decisión municipal de archivar la imprescindible revisión del Plan Especial de Protección del Albaicín es una muy mala noticia, no sólo porque se haya usado por enésima vez como arma arrojadiza contra la Junta por parte del Ayuntamiento, mostrando la incapacidad de alcanzar un acuerdo institucional muy necesario, si no, sobre todo, porque evidencia la desidia con que la Sra. Nieto, con la autorización del Alcalde, aborda la realidad del Albaicín.
Desde el Grupo Municipal Socialista hemos hecho, en los últimos tres años al menos, numerosas propuestas que han tenido la negativa más rotunda por parte del equipo de gobierno del PP. La derecha municipal usa en su defensa el ataque a la oposición descalificando cualquier medida que no provenga de sus propias filas. De hecho es muy propio de la Sra. Nieto faltar a las normas de cortesía y hasta de educación, cuando se dirige a los concejales que no son de su bancada.
Les hemos pedido, en diferentes iniciativas en distintos momentos, que actualicen la revisión del planeamiento de protección del barrio histórico, que además redacten un Plan Director para disponer de un instrumento para la gestión, y que presenten su informe ante la UNESCO (siempre en colaboración con la Alhambra, por lo de la declaración conjunta) para seguir teniendo el privilegio de encontrarnos entre los lugares 'Patrimonio Mundial'. Ante estas propuestas hemos tenido que escuchar, que es que pedimos muchas cosas, que es un lío. Me temo que son ellos los que están hechos un lío con el Albaicín. No es tan difícil saber que hay que hacer, aunque lo sea, y mucho, llevarlo a cabo. Pero claro, hace falta planificar sobre un modelo que combine la habitabilidad y la conservación, que priorice a los residentes sobre los visitantes, que tenga en cuenta la singularidad paisajística y patrimonial con las exigencias de sus vecinos y de quienes lo visitan, un modelo en definitiva que sea sostenible y que no deje al albur del turismo el desarrollo de su futuro, porque esa será la muerte del Albaicín.
Hay que saber que hacer, pero además hay que hacerlo con diligencia, no se puede dejar en un limbo jurídico las licencias que cuando llegan lo hacen tras años de tramitación. Es necesaria la colaboración con la Junta pero también con otras administraciones nacionales y europeas, públicas y privadas, además hay que identificar y priorizar los elementos patrimoniales en los que hay que intervenir y buscar y planificar las inversiones necesarias.
Hay sobre todo que entender el papel del Albaicín en la Ciudad, por eso además hemos solicitado la revisión del Plan Centro, también obsoleto, y la redacción de un plan director del conjunto histórico de Granada, formado por la Alhambra-Generalife, el Albaicín-Sacromonte y el Centro, que tiene cobertura jurídica en la ampliación de la delimitación del conjunto histórico de Granada desde el año 2003 por parte de la Junta de Andalucía, que es la administración competente.
La mayoría absoluta del PP no justifica la imposición de un modelo basado en la arbitrariedad, la improvisación y la sobreexplotación turística, que, a la vista está, no nos sirve, ni al Albaicín ni a Granada.
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