La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Buscando razones
POR qué hemos de respetarnos unos a otros incondicionalmente? Dejar esta pregunta sin respuesta sería dejar de estar a la altura de nuestra humanidad. La podemos formular bajo otras claves: ¿por qué no permanecer indiferentes al sufrimiento humano? ¿O por qué es motivo de vergüenza mirar para otro lado cuando en nuestras costas se suceden naufragios de cientos de inmigrantes en incesante tragedia? ¿O por qué estamos moralmente obligados a renunciar a intereses propios si ello es necesario para salvar inviolables derechos de otros? ¿Hay razones para el empeño por la justicia en un mundo radicalmente injusto?
Preguntas como éstas, y la búsqueda de respuestas, son indicio de que nos aproximamos al nivel moral que exige la conciencia de dignidad. Para hacernos esas preguntas y atisbar respuestas ha hecho falta mucha historia, mucho recorrido de tradiciones culturales diversas, muchas vías de entendimiento entre individuos y comunidades para converger en valores comunes en torno a la humanidad compartida; así como mucho ejercicio de razón crítica para abrir paso, cuestionando realidades injustas, a una razón moral que se toma en serio el reconocimiento que nos debemos. Para llegar a todo eso, además de conjugar saberes en torno a la realidad humana que somos, ha hecho falta una profunda sabiduría respecto al sentido que desde ella emerge como anhelado. De eso tratan las Humanidades como saberes acerca de nosotros mismos, desarrollados en ámbitos académicos -no exclusivamente- por los caminos de las ciencias de lo humano. Si se perdieran, no sólo perderíamos una preciosa herencia, sino que quedaríamos huérfanos de referencias de sentido para afrontar el futuro.
No sólo de mercado vive el hombre, no sólo de economía la sociedad, no sólo de tecnología la civilización. Para resistir a la tecnocracia que amenaza a la democracia, al economicismo que asfixia a la política, a la barbarie que liquida lo humano, no podemos dejar de reivindicar el valor de las Humanidades. Más allá de la denuncia de la irracional política de recortes que en las universidades públicas afectan gravemente al estudio, a la docencia y a la investigación, poner en primer plano el valor de las humanidades, también para la salud de la democracia, es compromiso de la XXII Conferencia de Decanatos de Letras que mañana, 16 de mayo, celebramos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada.
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