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La columna
NO sé si conocen ustedes la historia de la araña lógica, una suerte de chiste que estuvo de moda en los departamentos de filosofía allá por los noventa. Un investigador positivista coloca una araña sobre una mesa, le arranca la pata izquierda y le dice: araña anda. Seguidamente escribe: la araña avanza a tres kilómetros por hora, aunque desviándose ligeramente a la izquierda quince grados. Continúa el experimento arrancando patas a la araña y desviándose esta alternativamente en una u otra dirección, hasta que, al arrancarle la última pata, le dice: araña anda y, tras observarla detenidamente, escribe en su cuaderno: al arrancarle la última pata, la araña sorprendentemente se ha vuelto sorda.
Y me he acordado yo de la araña pensando que el funcionario de emigración que se ha encargado de iniciar los trámites para otorgar el estatuto de refugiado a los saharauis que llegaron hace una semana en una patera, debe ser el mismo investigador que abandonó la ciencia y se dedicó a tramitar expedientes con la misma lógica que hacía experimentos con la araña.
Según parece, en la embarcación llegaron 22 huidos de Marruecos y, para dar comienzo a la ceremonia de la confusión, el Frente Polisario, una organización que no tiene por qué mentir, va y dice que saharauis sólo son 13 y que el resto son marroquíes con que, de refugiados políticos, nada y ya esto empieza a ser como lo de la pata izquierda de la araña, con lógica pero desviada. Seguidamente, el gobierno anuncia que de los 22, sólo inicia la tramitación de 5, con lo que la araña empieza a irse para el otro lado o a perder algo de oído y ya, ni ella ni nadie, sabe por qué esos cinco, si es que son saharauis o perseguidos, porque también se sabe que, más o menos cerca, existe una República Árabe Saharaui Democrática en la que gobierna, si no estoy equivocado, el propio Frente Polisario, con lo que no estaría falto de lógica que el gobierno español, con toda la amabilidad del mundo, trasladara a los 13 saharauis a su país, la RASD.
Por otro lado, el Frente Polisario, una organización que no tiene por qué mentir, testimonia una y otra vez, que el gobierno de Marruecos es autoritario y dictador y que persigue a sus súbditos por razones políticas, con lo que, si esto es verdad, concluimos la araña sorda y yo que, realmente, los que andan en peligro son efectivamente los marroquíes a los que, en buena lógica, habría que dar el estatuto de refugiado. Total que no sé si la araña y yo nos hemos explicado.
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