"Sería muy peligroso acostumbrarse a la tragedia de los naufragios"

El periodista canario Nicolás Castellano abrió esta semana las XI Jornadas de Derechos Humanos e Inmigración celebradas en Motril. El locutor especializado en cooperación e inmigración, que ha recibido varios reconocimientos por el tratamiento que da a esos temas, hizo un hueco en su apretada agenda para compartir sus conocimientos en estas materias en una ciudad en la que el drama de la inmigración le ha tocado de cerca en varias ocasiones.

En su conferencia Planeta Migrante demostró con cifras que los inmigrantes que cruzan el mar en patera no son tan distintos a nosotros, máximo cuando ahora tantos españoles tienen que irse fuera de las fronteras patrias en busca de una vida mejor: "Ahora mismo existe un récord en la historia de la humanidad" en este fenómeno, pues "1.000 millones de personas migran en el mundo, uno de cada 7 seres humanos; de ellos el 80% son migrantes internos" que, por ejemplo, se desplazan del campo a la ciudad, como en el caso de países como China.

Castellanos también hizo reflexionar al público sobre que la 'tierra prometida' no tiene por qué ser Motril, ni España, ni Europa o USA. "Todo el planeta migrante se mueve", dijo.

Sin embargo, "el fallo", en su opinión, está en "la violencia de esa política de fronteras que hace que esas personas pierdan la vida en busca de una oportunidad". "Es el fracaso político de la UE, de unas leyes que criminalizan a un inmigrante que tan sólo persigue su futuro. En pleno siglo XXI no hemos aprendido a regular los movimientos migratorios. Deberíamos reflexionar sobre cuántos españoles están sin permiso de trabajo en otros lugares del planeta y empatizar con los inmigrantes que llegan hasta Motril. El pecado está en que se politiza y muchas veces los inmigrantes son un arma arrojadiza entre partidos".

En el caso de Motril, en todo lo que va de año tan sólo ha llegado una patera. Castellanos comentó que es difícil de prever estos fenómenos, sin embargo está claro que las mafias han ampliado y diversificado las rutas, lo cual aumenta los peligros. "Y ha habido casos en los que se han encontrado cuerpos momificados de aquí en Barbados (Caribe)".

El interés de este locutor canario por estos temas nació el mismo día en el que debutó en su carrera periodística como becario en la radio. "La primera noticia que tuve que redactar fue sobre un naufragio en 1999 en Fuerteventura, en el que murieron 11 personas a dos metros de la costa porque no sabían nadar. Aquello me marcó", confiesa el periodista.

Y advierte de que "sería muy peligroso que nos acostumbráramos a la tragedia; los naufragios se producen con demasiada frecuencia y corremos el peligro de acabar narcotizados". "Cada muerte en el Estrecho es un escándalo", añadió.

Pese a ello, admite que estas informaciones se sometieron a unos clichés y que -en su opinión- "hay que ir más allá porque estas personas tienen unas historias detrás y habría que buscar cuáles son los resortes". De ahí que él comenzara a ir a los países de origen a ponerles nombres y apellidos a los inmigrantes. Así, ha viajado a muchos países en busca del origen de esos dramas.

"Porque el inmigrante al final se convierte en una no persona, al que se le pueden vulnerar todos sus derechos humanos con impunidad".