"Con el bloqueo de Rusia hemos perdido a nuestro cliente VIP"
El Grupo SCA, en Castell de Ferro, es una de las empresas más castigadas por las medidas de Putin
La cooperativa El Grupo, de Castell de Ferro, es una de las empresas de Andalucía más afectadas por el veto de Rusia a los productos europeos. La firma, en la que participan 340 cooperativistas, comercializa productos de una superficie cultivada de 450 hectáreas y mantiene 310 puestos de trabajo. Unas 44.000 toneladas de productos, entre los que se encuentran pepino holandés, tomate cherry, pimiento italiano, judía verde, sandía, espárrago y fresa, se venden en diversos mercados, no sólo el nacional, sino que también se exportan a otros países, como Alemania, Inglaterra, Francia o Polonia. Desde hace unos doce años, después de mucho esfuerzo, consiguieron abrir el mercado ruso.
El presidente de la cooperativa granadina integrada desde 2011 en el gigante Única Group (que mueve 160 millones de kilos de productos comercializados, con un total de 1.450 hectáreas y unos 1.200 agricultores asociados), Fulgencio Torres, reconoció que la decisión de Putin de prohibir durante un año la importación de productos perecederos procedentes de Occidente les la "afectado mucho".
Torres considera que es muy difícil en estos momentos cifrar el impacto. No obstante, se calcula a priori que la importancia que tenía para la empresa el mercado ruso alcanzaba el 25%, por lo que para una facturación de 45 millones de euros, podemos estar hablando de 11,25 millones, aunque es "complicado" extraer de los balances, puesto que la venta se solía hacer de forma indirecta. Sin embargo, no dan por perdida esta parte de producción, sino que intentarán "colocarla" en Europa como puedan.
"Esta sobreproducción traería como consecuencia la caída de los precios", apuntó el presidente de la cooperativa granadina. Con la "marcha" de Rusia, se pierde el comprador que más alto pagaba por un producto de calidad, incluso más que los nórdicos o alemanes. "Se trataría del cliente VIP".
De hecho, los efectos del anuncio de la medida, aunque todavía no se sabe si está en vigor, han creado ya "una psicosis en el mercado, de manera que ahora mismo las fronteras están cerradas", reconoció. "En este momento la incertidumbre es tal que los agentes no se atreven a hacernos pedidos, no quieren arriesgarse, porque no saben qué pasará cuando los camiones lleguen a la frontera, si los pararán y tendrán que volverse con la mercancía", explicó Torres.
El presidente de El Grupo reconoce que este nuevo escenario supone un nuevo "palo" para la agricultura granadina, ya suficientemente castigada por la crisis y otros muchos factores. "La situación es muy complicada", lamenta. "De momento es difícil de evaluar", pero en los próximos meses se verá cómo afecta no sólo a la rentabilidad de las empresas del sector, sino también de los agricultores, el empleo que genera tanto en el campo como en la comercialización, así como en las firmas auxiliares y exportadoras, tanto de transportes como de elaboración de cartón o complementos.
A las cooperativas granadinas les consta que países como Marruecos, Turquía o Egipto se están frotando las manos y quieren hacerse con este nicho de mercado que deja España, Francia u Holanda. Pero es que, además, tienen conocimiento de que el Ministerio ruso está ya manteniendo contactos con países del continente americano, como Chile, Argentina, Perú o Brasil para atender su demanda.
El que fuera durante algunos años también presidente de Hortyfruta declaró que su sector (que ya se ha reunido para poner en común este problema a nivel comercial) confía en que "la Unión Europea intervendrá para que finalmente no se haga efectiva la medida anunciada por Putin". Y añadió: "Ahora es el momento de la diplomacia, nosotros no podemos hacer nada".
Atrás quedaron los múltiples esfuerzos, visitas comerciales o presentaciones en aquel país por abrir un mercado que sabían que tenía un gran potencial, aparte de por la cantidad de habitantes, por la alta capacidad adquisitiva de muchos de ellos en los últimos años, que estaban dispuestos a pagar un alto precio por un producto de calidad como el que les ofrecía la empresa granadina. "Rusia ha sido difícil de abrir, así que pensamos en hacerlo de dos formas: por un lado, directamente y, por otro, a través de intermediarios alemanes, polacos, belgas u holandeses", señaló Torres. Esta última fue la fórmula que mejor les funcionó.
En principio, hace unos doce años, comenzaron con una venta discreta, pero cada año crecían las exportaciones a Rusia de forma paulatina. Se vendía muy bien a esa parte del mundo el tomate cherry sabor o el negro, pero también el pepino de tipo Almería, berenjena, el tomate pera, el tradicional, o el pimiento de California. De ahora en adelante, los granadinos tendrá que adaptarse a la nueva situación.
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