Clases de árabe en Secundaria, una oportunidad más que un obstáculo
Dos institutos de Granada ofertan desde hace dos años el Árabe como segunda lengua extranjera · El profesorado alerta de los prejuicios que tiene la sociedad sobre esta asignatura
En la última semana de 2009 la agencia Europa Press difundió una noticia que provocó un gran revuelo mediático: "El Gobierno andaluz impulsará el árabe como segundo idioma en Secundaria". Esta medida, que en principio debía favorecer el pluralismo lingüístico en los institutos, no se enmarcaba en un proyecto educativo, sino en un plan integral de inmigración promovido por la Consejería de Empleo cuya finalidad era reforzar la integración de los escolares extranjeros.
Las críticas arreciaron rápidamente y apenas 24 horas después la Junta modificó la propuesta excluyendo este objetivo de su horizonte más inmediato. Sin embargo, ofertar el árabe como segunda lengua extranjera en ESO no es una entelequia en Granada. Hay dos institutos públicos en la capital, el IES Albayzín y el IES Mariana Pineda, donde el árabe se enseña tres horas a la semana para aquellos alumnos que, en vez de optar por el francés o el alemán, han decidido aprender esta lengua además del inglés.
Los andaluces tienen buenas razones para estudiar el árabe, no sólo porque viven en un territorio que es la puerta de entrada a Europa de todo los emigrantes que proceden del norte de África, donde el árabe domina como lengua madre. El árabe es un idioma que hablan más de 300 millones de personas en el mundo, muchos de ellos en países considerados emergentes. Y no hay que olvidar la historia y cultura que han compartido árabes y andaluces durante más de ocho siglos.
De la quincena de alumnos que integran los dos cursos de árabe en ambos institutos granadinos, catorce no tienen vinculación alguna con el mundo árabe, ni sus familiares son inmigrantes ni tampoco han vivido en países donde se hable esta lengua. "La mayoría ha escogido estudiar árabe por curiosidad", explica la profesora Amparo Muñoz, quien reparte sus horas de clase entre ambos centros.
Apenas unos segundos después de tocar la sirena cuatro alumnas de primero de ESO entran en el aula y saludan: "asalam walaykum". Y Muñoz les recibe con un "walaykum asalam". A partir de ahí inicia una pequeña conversación en árabe para ver hasta dónde son capaces de llegar en un diálogo espontáneo.
Llevan apenas tres meses inmersas en la nueva lengua, pero su entrega ya es plena. Cuando Olivia, María Eugenia, Ana e Irene cruzan el umbral de la puerta del aula se convierten en Laila (noche), Nur (luz), Yamila (bonita) y Salam (paz). Son los seudónimos árabes que ellas mismas han escogido para la clase.
"Son muy buenas alumnas -comenta con orgullo su mentora-, quizás lo que más les cuesta es acostumbrarse a leer y escribir de derecha a izquierda".
De los 28 fonemas que tiene el árabe, sólo 14 coinciden con el español, de ahí que sea un idioma bastante complejo de aprender. Muñoz ha dedicado el primer trimestre a enseñarles cómo reconocer los fonemas ("aprendemos cuatro por semana", dice) y le intercala todo tipo de actividades para que el proceso de asimilación no sea tan árido.
La Consejería de Educación puso en marcha el pasado curso este proyecto, llamado Lengua árabe y su cultura en ESO, pionero en toda España, en colaboración con la Universidad de Granada. El árabe como segundo idioma se oferta también en otros dos centros de Almería: en el instituto La Mojonera y en el de Las Norias. En su primer año de implantación, en 2008 recibió el premio la Granada Abierta de Carlos Cano, que entrega anualmente la Fundación Árabe, por su contribución al diálogo intercultural y al pluralismo lingüístico.
La programación de este grupo bilingüe está siendo elaborado por la propia profesora, Amparo Muñoz, en colaboración con el Departamento de Semítica de la UGR, porque no existe un método específico de enseñanza del árabe para esta edad.
En su segundo año de implantación el número de alumnos es reducido, casi como unas clases particulares. Esto es debido al enorme desconocimiento que la sociedad tiene de la materia.
En opinión de la profesora, existe una creencia generalizada de que el árabe se imparte para reforzar el idioma nativo de los inmigrantes magrebíes. Y, por tanto, se piensa que la asignatura tiene una gran carga de contenido religioso, político y cultural. Nada más lejos de la realidad. La primera clase del curso la dedica a diferenciar entre el islam y el árabe y dejar claro qué es lengua, qué es cultura y qué religión.
"Esto no es una asignatura de apoyo lingüístico para los alumnos de origen árabe", insiste Amparo Muñoz, quien recuerda que los inmigrantes de origen árabe dedican muchas horas al programa ATAL (Aulas Temporales de Adaptación Lingüística), con el que aprenden español. Aunque cabe pensar que a este sector de la población le podría interesar también reforzar su idioma autóctono en clase, pues el único aprendizaje que tienen proviene de la familia. Sin embargo, la programación del segundo idioma no está bien coordinado, pues coincide con el refuerzo lingüístico y se ven obligados a quedarse únicamente con el español.
Los alumnos del instituto Albayzín y del Mariana Pineda aprenden el árabe moderno estándar, que es el que se utiliza en los medios de comunicación internacionales y el común a todos los países árabes. "Es un intermedio entre el dialectal y el clásico", aclara la profesora.
Fichas, libros de texto, películas, internet y manualidades. Muñoz utiliza una gran variedad de materiales para hacer atractiva la asignatura. "Algunos padres aseguran que sus hijas están entusiasmadas con el idioma -explica-. Es tan diferente de todo lo que han aprendido hasta ahora que demuestran más interés que con el resto de materias".
En portales educativos especializados encuentran un buen método para practicar lo aprendido. Esta semana repasan los nombres de la familia y cada una prepara su árbol genealógico con la transcripción personalizada. En la pizarra escriben de corrido casi como si fueran nativas, pero surgen dudas en la pronunciación y Muñoz se mete en Youtube para que escuchen un vídeo de Barrio Sésamo en árabe.
"El árabe no una lengua muerta", reitera la enseñante. Y lo demuestra con ejercicios en la red, que es el campo que mejor dominan los adolescentes. Teclear en Google la palabra 'árabe' ofrece más de veintiséis millones de posibilidades, aunque Muñoz les orienta entre los portales educativos de mayor prestigio.
Para afianzar conocimientos básicos de la cultura, visitaron el año pasado la Mezquita de Córdoba y la Judería. La experiencia fue tan buena que este año han decidido contar también con las familias y están programando un viaje de cuatro días a Marruecos. Algunas alumnas, como Nerea, del Mariana Pineda, ya tienen claro que desean estudiar Filología Árabe.
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