"De Granada uno nunca termina de saber si la quieres o la odias"

Escritor a tiempo parcial, como los exámenes de Derecho que pone a sus alumnos. Escribe desde que echó los dientes. Ya su primer garabato fue una letra. De vez en cuando sale una novela suya al mercado. Esta última se llama Cine Aliatar, que está editada por Valparaíso y se presenta el próximo sábado en la sala Zaida, en el marco de la Feria del Libro. Se llama José María Pérez Zúñiga.

--Hola, José María. ¿Cómo estás?

-Bien, encantado de saludarte, como siempre. Aunque un poco nervioso también, como si me encontrase a la puerta del cine Aliatar esperando el estreno de una película que me gustase.

-Digamos a los lectores que precisamente la novela que presentas el sábado se llama Cine Aliatar.

-Sí. La historia del cine Aliatar es el hilo conductor de la novela, que corre paralela a la historia de sus personajes y de la propia historia de España. Este cine tiene una vida curiosa.

-¿Y eso?

-Pues porque en el solar hubo primero una fábrica de bombas. Después tuvo una inauguración, cierres temporales, reformas, reaperturas… hasta el cierre definitivo. Parece la vida de una persona. O, como dice uno de los personajes de la novela: "Una fábrica de sueños construida sobre una fábrica de bombas. Ésa es la historia de España".

-¿Otra novela para engordar el currículo de escritor?

-Creo que el currículo del escritor más bien adelgaza con los años. Te vas despojando de todos los kilos de vanidad y cantos de sirena que te pesaban para centrarte en lo esencial, que es escribir.

-¿Estás más satisfecho con esta que con otras?

-Sí. Creo que es la mejor novela que escrito hasta ahora, la más ambiciosa, pero al mismo tiempo la más amena y sencilla para el lector.

-La estoy leyendo y me está gustando.

-Me alegro mucho, y espero que te guste más cuando la termines. E incluso más unos cuantos días después de que la hayas terminado.

-Siempre he creído que tienes una facilidad tremenda para novelar.

-Te agradezco el cumplido, pero creo que el oficio se adquiere como cualquier otro: trabajando. Escribo desde que tengo uso de razón, así que ya debe notárseme algo.

-También creo que es la más granadina de tus novelas.

-Sí, aunque me da la impresión de que, al mismo tiempo, es la más universal. He crecido en Granada, que es mi mundo, por lo que suele estar presente en mis novelas. Aunque es verdad que en Cine Aliatar la ciudad se convierte en un personaje más.

-Sí. Luego están las innumerables referencias a lugares de Granada.

-Sí. De Granada uno nunca termina de saber si la quieres o la odias. O, si aun queriéndola, se trata de un amor correspondido. Lo mismo es porque te estoy escribiendo ahora mismo por WhatsApp, que es como deshojar una margarita.

-Y también pienso que has cambiado de registro en tu manera de novelar.

-Creo que simplemente hay una evolución, una condensación de los registros anteriores en busca de la eficacia. O así me lo he propuesto al menos, pues intento que en cada nuevo libro que escribo haya un salto de calidad respecto a los anteriores.

-De todas las tuyas creo que es la mejor.

-Es lo que yo pienso. Y espero que lo piensen también los lectores. La lectura es una conversación privilegiada, y la escritura y la lectura una especie de revelación. Trabajo para que mis libros devuelvan algo del tiempo y la atención que les dedica el lector.

-Retratas muy bien lo que es una ciudad provinciana como Granada.

-No sé hasta qué punto Granada es una ciudad provinciana. Lo de la provincia, además de ser una mera demarcación geográfica y administrativa, tiene más que ver con sus habitantes.

-Puede ser.

-Sí porque si nos fijamos en nuestros políticos, somos una ciudad de provincias. Pero si nos fijamos en nuestra historia y nuestra cultura, no. Pero es verdad que Granada exporta más talento del que se desarrolla aquí. Es una cuestión de perspectiva. Y esta novela también lo es.

-Y una época que está en nuestra memoria y en nuestro presente.

-Bueno, yo creo que Cine Aliatar es un viaje al futuro realizado desde el pasado y contado desde el presente. Y eso es un poco la vida, ¿no?

-Esa época en la que ir al cine era todo un rito.

-Sí, porque aprendimos a sumergirnos y a imaginar un mundo diferente sin abandonar éste. Es lo que nos permiten el cine y la literatura: descubrir lo que puede esconder (y revelar) la realidad.

-Ahora, con las nuevas tecnologías ese rito se ha ido al traste.

-Bueno, no tendría por qué. Creo que tiene más influencia que la entrada del cine esté gravada con un IVA del 21%. La cultura debería estar exenta de impuestos. La Constitución española habla de un sistema tributario justo, pero actualmente es regresivo. En cuanto a las nuevas tecnologías, son una bendición si se utilizan con inteligencia.

-Por cierto, metes en tu novela publicidad del cine cuando empezó a funcionar…

-Es que el Cine Aliatar se inauguró con una velada que organizó la Asociación de la Prensa de Granada y la película Escuadrilla. Me pareció interesante incluir el cartel con el anuncio de la película. Es el arranque de la historia del cine, y en parte de la novela.

-Y a los personajes los has clavado. Es difícil no sentirse identificado con ellos.

-Creo que lograrlo es el principal reto del escritor. Para mí son camaradas interiores, casi personas de carne y hueso. Mi mujer me dice que me paso todo el día hablando con ellos. Así que quizá tendría que ir al psiquiatra.

-¿Qué has pretendido, al fin, con Cine Aliatar?

-Creo que lo que empezó como una crónica sentimental de los felices ochenta se ha convertido en algo más. Partiendo de la historia de amor de los protagonistas, César y Lucía, que abarca casi toda su vida, la de sus familias y la del propio cine Aliatar, trato de explicar -y de explicarme a mí mismo- lo que ha ocurrido en España en los últimos años.

-También hay una intriga.

-Sí. En ese sentido, Cine Aliatar es también una novela de misterio que trata de desentrañar un secreto.

-Que te vaya bien con ella.

-Muchas gracias.