Unidos por un 'nuevo' Albaicín

distritos las dificultades de vivir en un barrio patrimonial

Los colectivos que luchan por el barrio exigen mejoras para evitar la despoblación

La mesa de la movilidad es clave

D La Placeta Carvajales es uno  de los focos de microbotellón del distrito Albaicín. La presencia de jóvenes se intensifica durante la primavera aunque en general hay personas todos los días del año. De hecho, en la papelera había litronas.
D La Placeta Carvajales es uno de los focos de microbotellón del distrito Albaicín. La presencia de jóvenes se intensifica durante la primavera aunque en general hay personas todos los días del año. De hecho, en la papelera había litronas. / Reportaje Gráfico: María De La Cruz
Lourdes Mingorance

06 de febrero 2017 - 02:35

Granada/El alcalde de Granada, Paco Cuenca, ha anunciado en varias ocasiones que en breve firmará un acuerdo con el Patronato de la Alhambra y el Generalife que beneficiará al barrio. Del contenido de este documento por el momento poco se sabe. La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, anunció en una comisión que, por ejemplo, permitirá la restauración del Maristán. Una intervención que sin duda muchos vecinos esperan. Y aunque nadie discute que este proyecto sería muy aplaudido, existen otras acciones de menor envergadura que se llevan una y otra vez a las juntas municipales de distrito y que , sin embargo, se aplazan para más adelante. Un hecho que hace a los vecinos preguntarse una y otra vez ante la impaciente espera... ¿para cuando?

Un corto recorrido por el Albaicín habla por sí solo de las necesidades del distrito. En el barrio hay focos de suciedad de vecinos que no sacan la basura a su hora. En esto, empieza a haber "brotes verdes". El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández Madrid, anunció la intensificación del plan de limpieza que ha dado como resultado la mejora del distrito. Sin embargo, es difícil frenar el incivismo de quienes orinan en la calle, pasean a sus perros sueltos o no recogen los excrementos que estos depositan en el adoquinado. "Hay vecinos que sacan sus enseres o los materiales de obra a la calle y no avisan a la empresa de limpieza para que los recoja", explica el vocal de la asociación de vecinos Albaicín, Vincent Morales, que repasa todos los aspectos a corregir en un barrio declarado Patrimonio Mundial. El tema de la basura es uno de ellos, pero también los focos ocupas como el existente en la calle Alpargateros en la urbanización Cármenes del Trinfo o el solar abandonado de la Agencia Andaluza de Vivienda AVRA en Calle Elvira. "Hay ocupas viviendo en ambos espacios a pesar de que están en un estado completamente insalubre", explica Morales.

Los vecinos acogieron con entusiasmo la recuperación de las líneas C1 y C2

Otro de los problemas que arrastra el barrio desde hace años está relacionado con los grafitis y las pintadas. Existen multitud de Bienes de Interés Cultural (BIC) donde los vándalos pintan a sus anchas con sus sprays. Eso sí, parece que en las paredes de las viviendas el 'tageo' sistemático de paredes se ha visto reducido. Las cámaras que se van a instalar en cinco BIC el próximo mes de marzo pretenden poner coto, precisamente, a estos grafiteros en el Arco de las Pesas, el entorno del Palacio de Dar Al-Horra, Puerta de Elvira y el Aljibe del Zenete.

Otro de los asuntos pendientes en el distrito es el estudio para mejorar la movilidad. El vocal de la asociación del Bajo Albaicín detalla que la mesa técnica para debatir este aspecto no se ha vuelto a convocar desde el pasado mes de noviembre. La Carrera del Darro se ha convertido en un carril donde todos tienen -para bien y para mal- cabida. El caos se produce, especialmente, durante los fines de semana. La suma de tren turístico, microbuses, turistas, vecinos, taxis, vehículos privados que van a hoteles y viajeros perdidos con un GPS que da direcciones incorrectas provoca el colapso.

Los vecinos acogieron el regreso de las líneas C1 y C2 con entusiasmo. No así la vuelta de los taxis, que empezaron a entrar de forma restringida tras la peatonalización fallida promovida por el PP y ahora tienen vía libre. El tren turístico y los segway terminan de poner la guinda a una calle en ocasiones intransitable.

"Nos gustaría que se retomara la mesa de trabajo para mejorar la movilidad en el barrio", explica Morales, quien también insta a tomar medidas para regular la entrada de autobuses a las zambras del Sacromonte. Una reinvidicación histórica que no se resuelve y que se agrava todavía más con la llegada de la estación primaveral. Por último, desde la asociación de vecinos del Bajo Albaicín se pide a la Policía Local un mayor control de los focos de botellón sobre todo en calles "ocultas" como el Mirador de Zenete y en la Placeta de la Calle Serrano. Un conflicto que puede agravarse conforme se acerque la primavera y el buen tiempo.

Sus demandas son muy similares a las solicitadas por la asociación de vecinos del Albaicín. Este colectivo inició la pasada semana una intensa campaña contra las personas incívicas que ensucian el barrio. Así, por las calles del barrio todavía se pueden ver las decenas de carteles que colgaron exigiendo un mínimo de decencia:"Por respeto e higiene no orine en la vía pública"; "Vecino recoge las cacas de tu perro", se puede leer en los carteles que complementaron con una campaña de concienciación vecinal.

La artífice es Belén López, una de las integrantes de la asociación. "Hemos notado algo de mejora en la limpieza desde que lanzamos la campaña", explica López, que residen en el corazón del barrio. Al igual que Morales, López cuenta con una larga lista de aspectos a mejorar en el barrio que son llevadas cada mes por la asociación a la junta municipal de distrito. Uno de los asuntos que más preocupa es la despoblación. Cada vez crecen más los alojamientos turísticos frente a las viviendas con familias. La difícil movilidad es uno de los principales factores que provocan la pérdida de vecinos del barrio. "No nos importa el turismo pero no queremos que sea masificado", detalla López para quien las administraciones deben actuar para hacer más atractivo el distrito para los vecinos. La falta de vida en un barrio puede provocar su muerte.

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