"Las mujeres debemos tratarnos bien, somos nuestro verdadero hogar"
PILAR MAÑAS. escritora
En su nuevo libro indaga sobre la necesidad de reflexionar sobre hechos de la vida cotidiana
Lo presenta esta tarde en la librería Picasso acompañada de Carmen Canet
Granada/Un apartamento en la cuarta planta de un edificio que recibe su luz de un patio interior. Un lugar para resguardarse en un bloque avejentado y deslucido por los años, pero por ese motivo cargado de elementos con los que poder identificarnos. En este espacio intimista que permite dar rienda suelta a la reflexión se desarrolla el último libro de Pilar Mañas Cuarto Interior, que presenta esta tarde (19:00 horas) en la librería Picasso de Obispo Hurtado. La acompañará Carmen Canet.
-¿A quién invitaría a cenar a su 'Cuarto Interior'?
-Si hablamos del texto están invitados todos y todas aquellas personas a las que les apetezca indagar en algunas reflexiones y recuerdos. Si hablamos de mi cuarto interior físico ya he invitado a las personas que me quieren y a las que quiero.
-¿Cuánto hay de simbólico y de real en este libro?
-Son elucubraciones, reflexiones y ficciones sobre el vivir. Los aspectos más simbólicos, tal vez, están en las anécdotas de mi forma de sentir la literatura.
-¿Sobrevuela en sus páginas cierta desesperanza?
-No creo que haya desesperanza. Hay abundantes preguntas sobre lo falsario en la educación sentimental que hemos recibido y hay algunas respuestas de autoafirmación. Es muy duro para las mujeres vivir permanentemente defendiéndose de unas estructuras familiares y sociales, machistas y misóginas. A veces es realmente agotador: profesión, maternidad, ser cuidadoras, etc. Pasamos demasiado tiempo haciendo, demostrando y no siendo.
-¿Es necesaria cierta experiencia vital para comprender de verdad su libro?
-No sé. Tal vez se comprenda simplemente desde la mirada literaria.
-¿Por qué el título 'Cuarto interior'?
-Es una referencia metafórica a la habitación propia de Virginia Woolf. Indago en las emociones que se producen y van y vienen en ese espacio de intimidad.
-¿Piensa en su vida al escribir?
-Mi primer impulso es expresarme, cada vez pienso menos en comunicarme.
-¿Es necesario cambiar de ambiente para cambiar de vida?
-Es necesario ser libres para realizar los cambios que una precise en su desarrollo personal. Pero a menudo somos víctimas de esclavitudes tácitas o casi invisibles.
-¿De qué autores bebe?
-Me enriquecen mucho las lecturas de algunas poetas y algunos poetas actuales. Después de leer poemas de Ángeles Mora o Rafael Juárez, cierro los ojos y caigo en una especie de embeleso. En cuanto a prosa, releo a Tony Morrison, Alice Munro, Doris Lessing, Natalia Ginzburg, Wislawa Szymborska y Anna Blandiana. En general me interesa mucho la literatura norteamericana. Ahora se están traduciendo a mujeres norteamericanas muy interesantes: Lucia Berlín, Elizabeth Strout, Grace Paley, Cynthya Ozick.
-¿En qué se parecen su poesía y su prosa?
-Yo no me considero poeta. La publicación de mis poemas reunidos (Arte de temblar) en la colección Mirto de la Academia de Buenas Letras de Granada ha sido mi deseo de hacer un humilde homenaje personal al feminismo.
-¿Qué género prefiere, en cuál se siente más cómoda?
-Me considero escritora y me gustan los retos de la narrativa en todas sus modalidades: novela, relato corto, ensayo...
-¿Nos da las claves para convertir un apartamento desconocido en un hogar?
-Escucharnos más a nosotras mismas y a los objetos que nos rodean. Tratarnos con mimo y consideración. Las mujeres debemos tratarnos bien, somos nuestro verdadero hogar.
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