Nunca te sueltes | Crítica
No te sueltes cuando el mal acecha
Cuando Diego Martínez, el director del Festival de Música y Danza, programó para el 26 de junio el recital de Amancio Prada junto a la Orquesta y Coro de RTVE, no podía ni imaginar que iba a coincidir con unas elecciones generales. Así que quizás fue de los que más deseó que los partidos llegaran a un acuerdo que evitara la repetición de los comicios para que el público no se quedase en casa siguiendo la noche electoral y se dejara llevar por las Canciones del alma. Al final hubo alguna butaca vacía, pero en cuanto se apagaron las luces en el Carlos V se olvidaron los pactos y los escaños para adentrarse en la mística de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, a sólo unos pasos del Carmen de los Mártires, donde el religioso redactó su Llama de amor viva. "Nunca he dejado de cantar el Cántico, es la obra que más alegrías me ha dado y, en concierto ahora junto a la voz descalza de Teresa de Jesús, la alegría se convierte en un don", escribe el propio Amancio Prada en el programa de mano.
Las Canciones entre el alma y el esposo abrieron la velada para dar forma a toda la carnalidad que habita en los versos de San Juan de la Cruz, el erotismo que cantautores como Luis Eduardo Aute llevan años reivindicando como su gran manantial de inspiración. "Entrado se ha la esposa, en el ameno huerto deseado, y a su sabor reposa, el cuello reclinado, sobre los dulces brazos del amado", entonó el cantante del Bierzo acompañado de la Orquesta de la RTVE, dirigida por Fernando Velázquez.
El diálogo místico continuó con Santa Teresa de Jesús y la Esposa de la canción, donde el Dios abstracto de las grandes religiones se transforma en un ser de carne y hueso. Como escribió Cioran, la religiosa "era una esposa de la canción, un corazón traspasado, el misterio del solitario, de una pasión divina imparcial, la misma fuerza, lo mismo...". Y como dos esposos que se buscan y se necesitan, la Orquesta de la RTVE y Amancio Prada se fundieron la noche granadina formando una 'trinidad' con el Coro.
El cantante, que lleva casi 45 años con el Cántico espiritual por bandera, consiguió de nuevo trascender con su voz inconfundible, con una sensibilidad a la que sólo se han acercado artistas como Enrique Morente. En noches como las de ayer, Dios existió al menos un par de horas...
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