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Granada/Quien le hubiera dicho hace un siglo a Lorca, amante de la poesía japonesa, en concreto de los haikus, que la biblioteca del Instituto Cervantes de Tokio llevaría su nombre y le dedicaría un espacio permanente en sus estanterías. David Carrión, el jefe del archivo, cuenta que buscaban "a un autor reconocido y de prestigio en Japón". "Prácticamente toda la obra del poeta granadino está editada en el idioma nipón. Su caso es casi único en la literatura en español. Probablemente solo Cervantes, Borges, Márquez y Vargas Llosa han sido tan traducidos al japonés como él", destaca.
Juan Carlos I y Sofía de Grecia inauguraron este centro, el más grande de la red Cervantes, hace una década -a falta de unos meses- con la exposición Poeta en Tokio. La muestra reunía primeras ediciones de la obra del autor de Yerma, una docena de sus dibujos, fotografías originales del poeta y manuscritos suyos cedidos por la Fundación Lorca. A la apertura del espacio se sumaron la sobrina del escritor fallecido, Laura García Lorca; el director de gabinete de los Institutos Cervantes, Manuel Rico; el catedrático de la UGR Andrés Soria Olmedo; y el académico japonés Norio Shimizu.
Un dibujo de Lorca -El beso (1927)- pintado sobre la puerta de cristal de la entrada da la bienvenida a los lectores. Una vez dentro, el visitante puede acceder a un sección dedicada al granadino de forma permanente en la biblioteca, que atesora "un valioso fondo especial relacionado con el escritor desde su apertura en 2008", señala Carrión. Ahí se puede encontrar una selección de obras del poeta realizada por Emilio Prados y un ejemplar de la revista SUR, de Buenos Aires, dirigida por Victoria Ocampo, que recoge en su número 34, de julio de 1937, unos poemas ya, inevitablemente, póstumos de Federico. De ese mismo año es también el ejemplar de Homenaje al poeta García Lorca contra su muerte, editado en Valencia y Barcelona en 1937, con colaboraciones de Antonio Machado, Pablo Neruda, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Miguel Hernández.
La biblioteca del Instituto Cervantes en Tokio también posee toda la obra de Lorca en japonés. "Tenemos una edición de su obra dramática completa en tres volúmenes, editada en Tokio en 1992 y otra de su poesía completa editada en dos volúmenes en 1979", señala el jefe de la biblioteca. El teatro de Lorca, explica, es "más accesible" para el público nipón que sus versos, pero también tiene mucho éxito las versiones de poesía acompañadas de audio.
En cuanto a primeras ediciones, Carrión reconocen que no se han dedicado a coleccionarlas. "Somos una biblioteca joven, con apenas 10 años de existencia, y nuestra prioridad es que nuestros libros se presten y se lean. Pero sería bonito también desarrollar esa faceta de nuestra colección. La primera edición de Bodas de Sangre en japonés, por ejemplo, es de 1954, y se puede consultar en la Biblioteca de la Dieta de Japón, el equivalente a nuestra Biblioteca Nacional", explica.
Además, el autor de El público ha sido protagonista del club de lectura mensual del espacio y de un curso monográfico sobre su obra que finalizó hace ahora poco más de un año. "Pero lo que más nos interesa es que sus obras se lean y se representen también fuera de nuestro centro, en universidades y teatros de Japón. Intentamos contribuir de la mejor manera posible a que eso sea así", cuenta Carrión entusiasmado.
Para el día 23 de abril, Día Internacional del Libro, la biblioteca tiene programada una maratón de edición en Wikipedia en japonés. "Uno de nuestros objetivos es que los autores españoles estén presentes en la Wikipedia en este idioma. Lorca ya lo está, pero queremos que su página esté aún más desarrollada", señala.
La unión entre Lorca y el país nipón se remonta a 1920, año en que el diplomático japonés Koichi Nakayama conoce en Granada al poeta y a Manuel de Falla, que más tarde se harían sus compadres. Norio Shimizu, profesor de literatura española en Tokio y académico nombrado por la RAE, señaló en una charla que el granadino "tiene poemas de sabor oriental, que creo se deben a la influencia de su amigo". Lorca también habla en japonés, y la biblioteca nipona es tan sólo una de las pequeñas muestras que lo corroboran.
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