La banda sonora de la Generación del 27
Granada/En este año se cumple el centenario de la publicación de uno de los textos juveniles más importantes de Lorca: Divagación. Las reglas de la música, que apareció en el Diario de Burgos en agosto de 1917. Este escrito lo redactó durante su larga estancia burgalesa junto a su profesor Domínguez Berrueta, un viaje bisagra que marcaría la transición entre la vocación musical del primer Federico y el comienzo de su carrera literaria. Coincidiendo con este aniversario, la Diputación de Granada organizó ayer un homenaje previo a la celebración del 5 a las 5 dedicado a la faceta más musical del poeta.
El acto de la pasada tarde en el Museo-Casa Natal estará enfocado a la relación de amistad y musical de Federico García Lorca con el Regino Sainz de la Maza. Recuperando el formato concierto-conferencia, habitual entre los miembros de la Generación del 27, el musicólogo Leopoldo Neri y el guitarrista Samuel Diz acercan al museo la identidad literaria de la guitarra en la obra de Federico García Lorca, así como el repertorio original para el instrumento escrito por Manuel de Falla, Adolfo Salazar, Rosita García Ascot, Robert Gerhard y el propio Regino Sainz de la Maza, entre otros.
En este concierto-conferencia se recogieron las investigaciones de Diz y Neri que han quedado plasmadas en el disco Impresiones y paisajes, como el primer libro de Lorca: un conjunto de composiciones que toman a Lorca como punto de encuentro de lo popular y erudito, de un legado intelectual y artístico que renovó la música española. Además, todos los compositores están vinculados en mayor o menor medida al propio Lorca.
Y es que el poeta contó con numerosas amistades musicales entre las que destaca su estrecha relación con Regino Sainz de la Maza, como queda plasmado a través de su epistolario. El vínculo entre los dos también queda plasmado en el desarrollo de Seis caprichos del Poema del Cante Jondo o en Ruina de Poeta en Nueva York, poemas dedicados al guitarrista burgalés. Igualmente, Sainz de la Maza acompañó a Lorca en el viaje a Cadaqués de 1927 tras haber sido uno de los "padrinos" en su debut pictórico en las Galeries Dalmau de Barcelona.
Diz explica que una decena de trabajos de los que aparecen en el disco son de compositores amigos de Lorca. Además todas, fueron interpretadas, cuando no directamente encargos, del propio Sainz de la Maza.
Son los conocidos como el Grupo de los Ocho: un grupo de jóvenes compositores, que tras su presentación en 1930 en la Residencia de Estudiantes, defendió la búsqueda de una corriente de aire fresco tanto en sus composiciones como en sus actividades periodísticas y editoriales, y que encontró en Regino Sainz de la Maza el alma creativa del renacimiento de la guitarra.
El Grupo de los Ocho era considerado el equivalente musical de la Generación del 27 e integrado por Ernesto Halffter y su hermano Rodolfo, Juan José Mantecón, Julián Bautista, Fernando Remacha, Rosa García Ascot, Salvador Bacarisse y Gustavo Pittaluga. Asociados a este grupo aparecen las figuras de Jesús Bal y Gay y Adolfo Salazar.
Pues bien, el disco, aparecen los temas de La Española, de Rosita García Ascot; Lía (Heraldos) Pavana, de Bacarisse; Giga, de Rodolfo Halffter; Atardecer, de Juan José Mantecón; Scherzo, del propio Regino Sainz de la Maza. También dos temas de Manuel de Falla, que fue el artífice del cambio del panorama musical de la época y que influyó en todos ellos: la Danza del Molinero y Homenaje a Claude Debussy. Así como cinco composiciones que Lorca grabó al piano junto a la Argentinita: El café de chinitas, los cuatro muleros, Anda jaleo, La tarara y Las tres hojas.
El disco incluye un tema de Robert Gerhard Por quién doblan las campanas y otro de Ángel Barrios, La maja de Goya.
Además, el contexto histórico aparece recogido en los textos del libreto interior firmados por los musicólogos Marco Antonio de la Ossa y Leopoldo Neri.
A su vez, el hispanista Christopher Maurer añade a este libreto una reflexión estética sobre la universalidad de la obra de Lorca, influenciada en todo momento por la música -un lenguaje artístico con el que el joven poeta escribió su primer libro dedicado a su profesor de música Antonio Segura-.
El compositor Fernando Buide del Real y la artista Yolanda Dorda proponen respectivamente su visión contemporánea al disco: el primero con la partitura Invernal y la segunda con el retrato en color de Lorca que sirve de portada al álbum.
Se da la casualidad, para terminar de cerrar el círculo, que el trabajo ha sido publicado por la editorial Poliédrica con el apoyo de Ayudas a la Creación INJUVE y fue presentado el 27 de noviembre de 2015 en el Centro Generación del 27 de Málaga (España), institución que conserva y mantiene en funcionamiento la histórica Imprenta Sur de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, germen de esta generación de creadores.
Y en cuanto al germen de este trabajo, la relación de Samuel Diz con la Generación del 27 comienza en 2011 con el estreno absoluto de la desconocida Pastoral para guitarra de Jesús Bal y Gay (1905-1993), músico del Grupo de los Ocho que conoció a Lorca en la mítica Residencia de Estudiantes. A esta obra se suma el inédito Scherzo de Regino Sainz de la Maza o como las recuperaciones históricas de Atardecer de Juan José Mantecón.
En su esfuerzo por comprender el simbolismo de la guitarra dentro de esta época establece relaciones con otras disciplinas artísticas y de pensamiento. Así, ha creado el programa La guitarra cubista en torno a Picasso para el Museo de Bellas Artes de A Coruña.
"Y en medio de toda esa inmersión bibliográfica, un libro absorbió mi energía durante un viaje: Impresiones y paisajes", explica el músico en el disco sobre como enlazó ese conocimiento musicográfico con Lorca.
Tras el Premio de la Crítica El Primer Palau y la gira de once conciertos organizada por AIE, Samuel Diz es seleccionado por Ayudas Creación Injuve para materializar, en una grabación discográfica, cuatro años dedicados al estudio de la guitarra en la Generación del 27.
Diz ha actuado en diferentes países de los continentes europeo, americano y africano, destacando su presentación en The Council on Latin American and Iberian Studies de la Universidad de Yale, en el Harare International Festival of the Arts de Zimbabwe, así como en el Palau de la Música Catalana, donde recibe el Premio de la Crítica El Primer Palau por el "estudio y coherencia del programa, demostrando una alta seguridad escénica y un sonido muy diáfano con la guitarra".
Diz resume su objetivo con este trabajo como un intento de plasmar esa relación multidisciplinar que unía a todos los artistas del 27 y que convergía en la guitarra como símbolo de progreso. Como recuerda el músico, puede verse retratada en un cuadro de Juan Gris o evocada en los versos de Lorca: "Los sueños de ayer las buscan/ pero las tiene abrazadas, /un Polifemo de oro. /¡La guitarra!".
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