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La conquista del bronce por Regino Hernández en los Juegos de invierno es una magnífica noticia para el deporte español y en lo que a Granada concierne nos toca de pleno pues este malagueño de adopción, nacido en Ceuta, ha entrenado en nuestra Sierra Nevada, y tiene vínculos con nuestra ciudad. Enhorabuena. Alegría verle con la enseña nacional y oír sus palabras pidiendo más atención para especialidades poco conocidas. No todo es fútbol. Y Javier Fernández conquista otra medalla que culmina una increíble trayectoria en un deporte, el patinaje artístico, con poca tradición en este país. Estas medallas son la cara de unas disciplinas deportivas que tienen en nuestro país un carácter anecdótico. Ni por tradición ni por geografía puede España competir con otros países por mucho que nuestras cadenas de televisión informen de los magníficos estados de las pistas del Pirineo o de nuestra Sierra. Aunque algunas federaciones autonómicas pretendan la independencia de sus esquiadores, las anteriores medallas blancas eran de unos madrileños y la última gran esquiadora alpina era granadina.
Resulta muy extraño el enorme interés que todos los medios de comunicación tenían para que España rompiera la sequía de medallas en los Juegos de invierno. Era como si Nepal tuviera que ganar el mundial de fútbol. Dudo que se sepa de forma general que Javier Fernández ha sido varias veces campeón de Europa y dos del Mundial en patinaje artístico, aunque todos sabemos que tal jugador "tiene una microrrotura en el dedo meñique o que su mujer va a tener trillizos".
Y aún más extraño me resulta el enorme olvido de casi todos los medios de comunicación al informar que desde 1992 no teníamos medallas en los Juegos de invierno. ¿Hemos querido olvidar, o ni mencionar, lo que ocurrió en 2002 en los juegos de Salt Lake City? Allí hubo un alemán, 'Juanito' Mühlegg, nacionalizado español, probablemente por el ansía de conseguir medallas y sus desavenencias con su federación de origen, que ganó tres medallas de oro en esquí de fondo. Durante días fue portada de todos los medios, recordándose de nuevo las medallas de los Fernández-Ochoa, hasta que se dio a conocer su positivo por dopaje. Se le retiró la tercera medalla pero las dos primeras siguieron vigentes hasta 2003 en que se demostró por completo su conducta antideportiva.
Es probable que muchos jóvenes no conozcan esta historia, en particular si los medios solo hablan de fútbol, y sólo si hay medallas de otros deportes que exigen tanto esfuerzo como el que ha llevado a las medallas de Hernández y Fernández. Felicidades de nuevo. Vale.
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