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Luis Chacón
Propósitos de Año Nuevo
Ernesto Páramo ha sido durante 25 años el capitán incuestionable del Parque de las Ciencias. Es el único proyecto que ha conseguido salirse de la larga sombra de la Alhambra y ha crecido mientras otros vecinos mastodónticos han ido menguando y otros proyectos que iban a ser el emblema de la ciudad como el Centro Lorca no han terminado de arrancar. Páramo, con su imagen de profesor despistado y entregado a la divulgación, ha sido una de las pocas personas con un consenso absoluto en torno a su figura, pero ahora toca gestionar su salida. Y su sucesión saldrá de un concurso público, el santo grial de la transparencia para los políticos, pero que muchas veces no es sino el camino más largo para una designación a dedo. Ahora aparece la dirección del Parque de las Ciencias como otra oportunidad para comprobar si la injerencia política o el ‘centralismo sevillano’ no dejan que la continuidad natural emane de dentro, con la meritocracia como único argumento.
La salida de Ernesto Páramo se oficializó el pasado mes de noviembre en el Consejo Rector de la institución tras un larguísimo adiós que duró muchos meses en los que en principio estaba de baja aunque aparecía y desaparecía sin acabar de delegar sus funciones pero sin asumirlas tampoco, un sí pero no que tuvo a la jefa de comunicación, Cristina González afrontando en funciones la que probablemente ha sido la etapa más difícil con pandemia incluida. Un adiós que el saliente ató bien para convertirlo en un hola porque a continuación se le nombró asesor de exposiciones y de relaciones internacionales. Y en vez de con una placa o un reloj, se le premiará también poniendo su nombre a un espacio del museo.
Toca esperar la convocatoria que abra el concurso público y permita elegir nuevo director- gerente, aunque sobrevuela el temor de que este proceso sea teledirigido para que el sustituto se nombre desde Sevilla en un ejercicio de paracaidismo político. Tal vez si aprovecharan los últimos días de vacaciones navideñas para darse una vuelta por el museo de ciencia encontrarían el perfil idóneo, el Vicente del Bosque de la divulgación (O la Vicenta).
Si el pliego se publicase en las primeras semanas de enero y si no surge ningún problema, podría haber nuevo director-gerente con fecha tope para marzo o abril. Más de un año sin dirección llevarían entonces si se cuenta con la larga baja laboral de Páramo y la incomprensible demora burocrática para elegir sustituto, o sustituta.
Lo lógico es que los aspirantes tengan perfil de gestión, experiencia y formación demostrable en museología, en ciencia y en divulgación. Aún así, cabe esperar que competirán en curriculum, en entrevista personal y quizás con el diseño de un plan actividades anual. Lo que si es seguro, porque así lo recoge los estatutos del Consorcio Parque de las Ciencias, es que será una comisión nombrada por el presidente del Consorcio, es decir por el consejero de Educación, quién evalúe las candidaturas.
Pero, ¿a qué le dará más peso el “tribunal”? Ahí está la clave que acotará mucho a los posibles candidatos un puesto que, en todo caso, ejerce desde hace más de un año Cristina González, que en la sombra ha tenido que asumir toda la gestión de la pandemia y, además, la transición y puesta en marcha del sistema GIRO para la gestión financiera de cuentas, gastos y pagos, lo que fue considerado por Podemos-IU y el propio PSOE como que Sevilla se quedaba con la gestión del centro, pese a que es un cambio que se tramitó con los socialistas en el Gobierno de la Junta.
De esta manera, Cristina González, jefa de Comunicación desde los primeros pasos del parque, ha compatibilizado este puesto con la dirección y gerencia en el año más complicado de la historia del museo interactivo que, curiosamente, ha salvado el año gracias precisamente al cambio normativo ya que anteriormente cuadraba su presupuesto con una subvención pública que se renovaba año a año, mientras que ahora recibe una partida directamente de los presupuestos de la Junta, lo que ha blindado al museo económicamente en estos diez meses de pandemia.
Este sería el relevo natural de Ernesto Páramo pese al runrún de que se buscará un perfil de gerente para un puesto que implica también una dirección museográfica y científica, pese a que Páramo seguiría como coordinador de exposiciones hasta su jubilación, un puesto de nueva creación y que presumiblemente se extinguirá cuando el exdirector se desvincule del Parque de las Ciencias.
La Junta de Andalucía ampliará el número de delegados provinciales en Granada y se pasará de los siete actuales a once, tres más que con el anterior Gobierno socialista. La justificación oficial es que serán funcionarios, por lo que tendrá un coste cero, aunque el cargo suele conllevar secretario, asesor e incluso conductor. Lo cierto es que había extraños maridajes, como el de Cultura y Fomento que ha asumido hasta ahora Antonio Granados, que podrá centrarse ahora en las infraestructuras y en la ampliación del Metro de Granada. Para asumir Cultura se han barajado nombres como el de José Torrente, Santiago Pérez o Telesfora Ruiz, aunque pude saltar la ‘sorpresa en la Condomina’. Además, la actual Delegación territorial de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación se desgaja en Educación y Deporte, por un lado, e Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, por otro. La Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local tendrá una Delegación territorial solo de Turismo y otra para el resto de sus competencias. Mientras, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, se dividirá en Agricultura, Ganadería y Pesca, por un lado, y las políticas medioambientales por otro.
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