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La Junta de Andalucía ha reconocido por fin a la Asociación Interprofesional del Algodón como Organización Interprofesional Agroalimentaria Andaluza para el Algodón, como venía reclamando los productores, que esperan sea un revulsivo para el sector, preocupado por los precios y las cada vez mayores limitaciones al uso de materias activas.
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha publicado ya en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la orden por la que se pretende “impulsar la vertebración y ordenación del sector, así como la competitividad y el aumento del valor añadido”. En esta organización se integran el sector productor, transformador y comercializador, a través de Asaja, COAG, UPA, Aeda (Asociación Española de Desmotadoras de Algodón) y Adesur (Asociación de Desmotadores del Sur).
La producción de algodón en Andalucía para 2018-2019 será de 201.495 toneladas, un 1,5% más que el año anterior y un 12,8% superior a la media de las últimas tres campañas, según los datos oficiales facilitados por la Consejería.
En líneas generales, la Organización Interprofesional Agroalimentaria tiene como misión la promoción y difusión del conocimiento de la producción de algodón, así como llevar a cabo actuaciones que permitan una mayor eficacia y transparencia de los mercados del algodón, mejorar la calidad de los productos y de todos los procesos que intervienen en la cadena de producción, “efectuando el seguimiento desde los agricultores hasta los consumidores finales y promover programas de investigación y desarrollo que impulsen los procesos de innovación del sector algodonero y mejoren la incorporación de la tecnología, tanto a los procesos productivos como a la competitividad de los sectores implicados”, señala la Consejería de Agricultura.
Si esta interprofesional llega a cuajar como esperan todos los agentes implicados, debe proponer estrategias de comercialización para fomentar el uso del algodón a través de programas de certificación de calidad. También estará en su mano el impulso a actuaciones que faciliten una información adecuada del algodón a los consumidores y el desarrollo de acciones que permitan una permanente adaptación de la producción de este cultivo a las demandas del mercado.
Para Asaja-Andalucía, que preside Ricardo Serra, el paso que se ha dado “es el reconocimiento oficial para que, desde el sector algodonero andaluz, se pueda actuar dentro del ámbito de funcionamiento de las Organizaciones Interprofesionales agrarias, al igual que ya ocurre en otros sectores agrícolas, atendiéndose así a la petición realizada conjuntamente por las distintas asociaciones del sector”. “Esperamos -señalan- que suponga un valor añadido de cara a la defensa conjunta de los intereses del sector algodonero, tanto en el ámbito de la producción como en el de la transformación y comercialización.
Asaja-Andalucía espera que “este nuevo lugar de encuentro para el sector facilite el análisis conjunto de las necesidades del sector” y que se traduzca en “una mejora de la competitividad del sector, facilitando el trabajo entre las distintas partes que conforman el ciclo integral de este cultivo, desde la producción hasta la comercialización”.
Entre las prioridades a atender, Asaja-Andalucía explica que la superficie del algodón está estabilizada en 60.000-65.000 hectáreas “ y lo que marca el aumento o disminución de superficie es el precio del mercado internacional del algodón, por tanto, un marco estable en los precios sin duda pasa por ser el punto clave para el sector”.
“Siendo además un cultivo con una importante demanda de inputs, la disponibilidad y coste de éstos es también una pieza fundamental en la rentabilidad y futuro del cultivo”, agrega la organización agraria, que destaca “la necesidad de disponer de materias activas para completar adecuadamente el ciclo productivo, materias activas que desgraciadamente cada vez se ven más reducidas en su uso”.
Especialmente satisfechos se muestran en COAG-Andalucía, que preside Miguel López Sierra. Estiman que el reconocimiento de la Junta a la Interprofesional del algodón “supone un espaldarazo a nuestro objetivo, que no es otro que defender los intereses del sector algodonero, tanto en su vertiente de producción, como en su transformación y comercialización”. “La interprofesional -añaden- es una herramienta que nos va a permitir promocionar el cultivo y la calidad de la fibra andaluza, con el objetivo de que se reconozca y se valore económicamente”.
COAG-Andalucía afirma que la primera medida concreta será trabajar para poder autorizar nuevamente la materia activa del tidiazurón, “que es el único defoliante de eficiencia demostrada para el cultivo”. Explican que el uso de este defoliante incrementa notablemente las posibilidades de obtener una cosecha de algodón de buena calidad, ya que agiliza la maduración de la fibra sin mancharla, frente a lo que hacen otros productos.
COAG asegura que en las últimas campañas en las que se ha autorizado el uso de esta materia activa, la calidad ha mejorado en diversos parámetros, como el grado de color, el nivel de impurezas o la longitud de la fibra.
Agregan que además, queremos seguir avanzando en la mejora de la calidad del algodón con trabajos de I+D+i en las distintas etapas, para ir adaptando las producciones a la demanda del mercado en cuanto a calidad de la fibra, protección del consumidor y respeto al medio ambiente. Igual que los otros productores, está a favor de fijar una estrategia de promoción para el algodón de calidad diferenciada producido en Andalucía.
En COAG -Andalucía persiguen “que se pague la calidad del algodón que se produce en Andalucía, un algodón que se diferencia del que se produce en el resto del mundo porque se cultiva de manera respetuosa con el medio ambiente, con técnicas de producción integrada, reduciendo insumos y plásticos”.
Y también muestran su preocupación por el sector en el nuevo marco de la PAC, “pues con el recorte de presupuesto esperamos que el sector no se vea muy afectado, ya que la rentabilidad del cultivo depende en gran medida de los apoyos públicos, por lo que una rebaja importante en ellos puede ponerlo en riesgo. De esa rentabilidad depende también el futuro, en tanto que pueda ser una opción atractiva para los jóvenes y se garantice así el relevo generacional”.
Por último agregan que “el cultivo de algodón va ligado a la industria desmotadora y ambos tienen un papel esencial en la generación de empleo en zonas rurales con pocas alternativas productivas y laborales”.
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