El nuevo Instituto de Salud de Andalucía diluye definitivamente la Escuela de Salud Pública
La Cámara aprueba la creación de un ente que pone fin a la colaboración del centro con la OMS
El centro granadino no desaparece pero pierde presencia institucional
Diego Vargas, nuevo director de la Escuela Andaluza de Salud Pública
El Parlamento aprobó ayer la creación del Instituto de Salud de Andalucía, un organismo público de investigación que integra la Fundación Progreso y Salud, con sede en Sevilla, y la Escuela Andaluza de Salud Pública, sita en Granada. La polémica ha sido protagonista de este proceso de fusión. Asociaciones científicas, sindicatos, partidos políticos y el personal de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) se han opuesto durante años a lo que han considerado su desmantelamiento y su traslado después de casi 40 años y la pérdida de la reputación internacional. La Consejería de Salud ha rechazado las críticas y ha insistido que la sede de la EASP permanecerá en Granada.
El Proyecto de Ley por el que se crea el Instituto de Salud de Andalucía (ISA) salió ayer adelante en el Parlamento, una norma que comenzó su tramitación en 2021. Salud justificó entonces la fusión de los centros científicos en evitar promover “la racionalización del sector público”, tal como señaló en el expediente del anteproyecto de ley la Secretaría General de Investigación, Desarrollo e Innovación en Salud.
La polémica con la EASP se ha desatado dentro del debate político, que ha acabado polarizando las posiciones de quienes han defendido la creación del ISA y quienes lo han rechazado. Lo único cierto es que la institución creada en Granada en 1985 pierde peso y relevancia en favor de un nuevo ente, de rango superior, y gestionado desde Sevilla. Aunque realmente el primer caballo de batalla al que se subió el PSOE cuando la Junta empezó a diseñar el nuevo ISA fue la desaparición de la EASP.
No es tan así, pero de facto la creación del ISA supone que, aunque se mantenga como organismo, la EASP quede diluido en la nueva organización. No desaparece pero pierde presencia institucional y sobre todo un prestigio ganado durante años por su labor divulgativa e investigadora, que le ha valido ser un referente en políticas y medidas de salud pública en el ámbito nacional e internacional.
Este prestigio le llevó a obtener el sello de centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sistemas de atención primaria. Pero ha sido la propia OMS la que ha avisado de que la creación del ISA supondría perder esa consideración. Y así lo confirmó la semana pasada la consejera de Salud, Catalina García, aludiendo a una contestación de la OMS en la que afirma que la relación se mantendrá con el nuevo ISA. Aunque los planes de trabajo de la OMS seguirán intactos al menos hasta 2025, la nueva relación ya no pasará por Granada, sino por Sevilla, lo cual es una pérdida de relieve de la provincia granadina, según los críticos.
El cambio de la personalidad jurídica de la EASP, pues pasa de sociedad mercantil a agencia administrativa, ha sido también objeto de suspicacias por parte de sus críticos. Es una objeción que en el plazo de alegaciones del proyecto de ley presentaron la asociación Granada Futuro, Saspas Hipatia, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitarias (Sespas), el comité de empresa de la EASP, Comisiones Obreras y el Sindicato Médico Andaluz. "Con la pérdida de la personalidad jurídica de la EASP se pierde el reconocimiento como colaborador de la OMS, la experiencia internacional, la posibilidad de presentarse a licitaciones internacionales, las alianzas, convenios, contratos y títulos universitarios alcanzados", argumentaron estos organismos. La Secretaría General de Investigación, Desarrollo e Innovación en Salud aseguró en sus respuestas de no aceptación de las alegaciones "que el cambio de personalidad jurídica de sociedad mercantil a agencia administrativa no impide la participación, vía representante legal de IAS, en la convocatoria de subvenciones, licitaciones, alianzas, convenios y contratos".
Los temores por el posible cambio de la sede
Los investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública fueron los primeros en encender la alarma por la desaparición del centro en Granada y su traslado a Sevilla. Después de protestas informales y alegaciones formales, el anteproyecto de ley que pasó por el Consejo de Gobierno recogía expresamente en el artículo 15 que el Instituto de Salud de Andalucía (ISA) mantendría un “centro en Granada denominado Escuela Andaluza de Salud Pública”, un centro que “tendrá su sede en la actual sede”. Este artículo 15, sin embargo, no figura en el Proyecto de Ley publicado en Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía el pasado octubre. La Consejería de Salud ha reiterado no obstante el mantenimiento de la sede en Granada, del personal investigador, técnico y de gestión y que el ISA seguirá prestando los mismos servicios que realizaban como entidades instrumentales.
La ISA, según las previsiones de la Consejería, contará con un presupuesto anual de 45 millones de euros, unos fondos que provienen de la Junta de Andalucía (73,1%), de los ingresos por tasas, precios públicos y otros ingresos (21,1%) y de la aportación de otras administraciones (5,8%).
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