el poliedro
Tacho Rufino
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El consejero de Economía y Hacienda, Antonio Ramírez de Arellano, tendrá mañana la oportunidad de abordar con su antecesora, María Jesús Montero, asuntos capitales para el Gobierno andaluz. En la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que se celebra mañana en Madrid se retomarán los trabajos para activar la reforma de la financiación autonómica, pero también se hablará de armonización fiscal y de la relajación del control presupuestario de las regiones.
La ministra de Hacienda ha convocado para mañana la reunión que ella tanto reclamó en su etapa como consejera. El presidente fue quien anunció ayer el encuentro entre las regiones y la Administración, pero también fue él quien descafeinó la reforma de la financiación autonómica que la propia Montero exigía cuando el PP detentaba el poder.
Pedro Sánchez dijo que, a cambio, habría compensaciones para las comunidades peor financiadas, entre las que se encuentra Andalucía. Sin embargo, la titular de Hacienda informará sobre “los trabajos preparatorios para avanzar” en la renovación del modelo de reparto de los fondos públicos entre las regiones del régimen común, es decir, aquellas que no tienen un sistema foral propio. En esa reunión, Ramírez de Arellano pedirá también que se aborde cuanto antes la reforma de la financiación local, según anunció ayer Susana Díaz.
“Andalucía va a seguir reclamando la reforma del modelo de financiación, pero hay avances y los valoramos”, dijo ayer el portavoz del Gobierno andaluz, Juan Carlos Blanco, que recordó que, según el acuerdo alcanzado en el Parlamento, la región necesita 4.000 millones de euros para tener los medios suficientes para ejercer sus competencias de forma adecuada.
El portavoz del Ejecutivo quiso separar el debate de la reforma de la financiación del nuevo objetivo de déficit que tendrán las regiones en 2019 y que para Andalucía supone una disposición de gasto de 350 millones de euros. Es el resultado de aumentar la posibilidad de endeudarse hasta alcanzar el 0,3% del PIB regional y no el 0,1%, como estaba previsto antes del cambio de Gobierno.
“Se estaba viviendo el día de la marmota con apenas dos meses, Sánchez ha reducido el objetivo de déficit”, reconoció Blanco en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. Esta nueva senda de control presupuestario será el objeto de otro de los puntos del orden del día del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), aunque se aprobará finalmente el viernes en el Consejo de Ministros, junto con la propuesta para el techo de gasto, paso previo a la elaboración del proyecto de Presupuestos Generales del Estado.
Tras el acuerdo con las autoridades de la UE, el objetivo de déficit para 2018 será del 2,7% del PIB y del 1,8% en 2019. Es medio punto más del previsto inicialmente en cada ejercicio. Eso se traduce en que las regiones podrán contar con más dinero para armar sus presupuestos, aún a la espera de una segunda reunión entre Hacienda y los territorios para darles a conocer las entregas a cuenta. También se celebrará antes de que llegue agosto.
Hay otro punto más en el orden del día del Consejo de Política Fiscal y Financiera con interés para Andalucía. Se trata de la propuesta de creación de un grupo de trabajo para “la coordinación de la tributación propia de las comunidades autónomas”. El objetivo de este órgano no es otro que buscar la armonización fiscal entre las regiones para que desaparezcan las situaciones de dumping fiscal que se producen entre los territorios más ricos, que pueden permitirse bajar los impuestos, al contrario que aquellos que tienen peor situación económica.
Es muy ilustrativa la situación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, muy criticado por la presión que ejerce en Andalucía. Durante su etapa como consejera de Hacienda, María Jesús Montero siempre apostó por la armonización de este tributo para acabar con las desigualdades entre comunidades.
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