Susana Díaz defiende la oposición útil

La presidenta reúne apoyos más allá de Despeñaperros con un discurso desacomplejado sobre la investidura de Mariano Rajoy

Susana Díaz defiende la oposición útil
Susana Díaz defiende la oposición útil
Juan M. Marqués Perales

22 de enero 2017 - 02:37

Javier Fernández, el presidente de la gestora socialista, explicó con claridad qué le ocurrió al PSOE durante su fatídico 2016: "Al día siguiente de las elecciones de junio, la inmensa mayoría de los dirigentes de este partido sabíamos lo que había que hacer, lo que no sabíamos era cómo ganar el congreso después de hacerlo". Lo que debían hacer es lo que, finalmente, hicieron, abstenerse, pero después de un año en el que nadie explicaba lo que pensaba y que concluyó con la dimisión masiva de la Ejecutiva de Pedro Sánchez y la destitución de éste después de un Comité Federal que pasará a la historia más triste de este partido. Ayer, en Palencia, en el hotel Rey Sancho, Susana Díaz pareció dispuesta a no cometer los mismos errores, y defendió, de un modo claro, que "el alto precio pagado ha merecido la pena, los socialistas siempre estamos dispuestos a pagar un precio alto por desbloquear la democracia". De los candidatos en liza en esta campaña adelantada de las elecciones primarias, Susana Díaz es la única que defenderá "la oposición útil" que el PSOE está haciendo en el Congreso después de permitir la investidura de Mariano Rajoy.

Uno de los problemas de opinión pública que Susana Díaz ha ido arrastrando en estos últimos meses es, precisamente, su falta de transparencia, la imagen de quien opina de modo distinto a la mayoría, pero se protege enviando a otros para que den la cara. Los Juan Cornejo, Verónica Pérez y Antonio Pradas. Esta opinión no es de este cronista, sino de algunos de los susanistas más influyentes que hay en el PSOE. Ayer en Palencia, la presidenta andaluza comenzó a explicar lo que opina, que es de lo que está necesitada una militancia que se ha infantilizado con el populismo de los adolescentes de Podemos. "Para los socialistas, la democracia y el Estado de bienestar van de la mano, había que desbloquear la democracia y ahora hacemos una oposición útil para los que no pueden esperar: para los trabajadores a los que se les ha aumentado un 8% el salario mínimo, para los estudiantes a los que se les han parado las reválidas, para los que no cobraban las cláusulas suelo". Y siguió: "En Andalucía hemos mantenido la ley de la dependencia a pulmón, pagando el 80%, y ahora el Gobierno del PP ha aceptado a negociar un aumento, pero lo hace porque es un Gobierno débil". Quizás no gane las primarias, pero la militancia socialista ya cuenta con dos discursos distintos sin vergüenza a proclamarlos: el de Susana Díaz y el de Pedro Sánchez, partidario del "no es no".

Sin contarle la verdad, la militancia se infantilizó con el populismo de Podemos

Patxi López prefiere el discurso de Sánchez, pero sigue sin encontrar su hueco. El ex lehendakari comenzó la campaña también ayer, en Portugalete, en casa, acompañado de Idioia Mendia, una de las suyas: todo muy doméstico. López aconsejó que el PSOE dejase "las luchas fraticidas" en estas primarias y, con Díaz, coincidió en que el 39º Congreso debía de ser un congreso de unidad. Antes y después del Comité Federal del 1 de octubre, una parte de la militancia se ha enfrentado en las redes de un modo nunca visto, pero muy propio del medio, con insultos y descalificaciones personales permanentes: todo muy poco edificante, un ecosistema de trolls, fakes y demás camuflajes.

Los socialistas españoles han comenzado la campaña de las primarias al modo norteamericano: sin el acotamiento de los plazos legales y sin la confirmación de los candidatos. Por eso, no hay que descartar, como ocurre en EEUU, que Patxi López termine retirándose y pactando con alguno de los otros dos si no ve posibilidades. López comenzó en Portugalete, Susana Díaz en Palencia y Pedro Sánchez vendrá el sábado próximo a Sevilla. A lo largo de estos meses, irán recorriendo España. Otro de los problemas que arrastra Susana Díaz es lo que denominan en el PSOE el síndrome de la Cruzcampo, que es muy popular en Andalucía, pero no es querida de Despeñaperros para arriba. En Palencia lo desmintió. "Un andaluz y un castellanoleonés cambiaron la historia de este país, pero no lo hicieron por ser andaluces o castellanos, sino por ser socialistas", dijo en referencia a Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. La sala del Hotel Rey Sancho se llenó, pero además había militantes de Valladolid, de otras provincias castellanas y el alcalde de Soria, Carlos Martínez. Por la tarde, se reunió con militantes en Salamanca, en Fonseca, y esta mañana está en un pueblo de la comarca leonesa del Bierzo. El secretario de Castilla-León, Luis Tudanca, aliado con Pedro Sánchez, le dio plantón, pero en esta visita le acompañan los secretarios de las tres provincias visitadas y el ex secretario de la región, Julio Villarubia. Anoche cenó con ellos en un restaurante palentino en compañía de sus parejas y del secretario de Presidencia, Máximo Díaz Cano, el hombre que hace de enlace con el resto del PSOE español.

La idea de la presidenta es seguir haciendo esta suerte de campaña de tanteo durante los fines de semana, actos separados de su agenda como presidenta de la Junta. El viernes y sábado próximos estará en Alcalá de los Gazules con Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano. Los ex secretarios generales, menos Pedro Sánchez, le apoyan, y casi todos los presidentes autonómicos, pero el ex secretario general presume de que la militancia está con él. Habrá oportunidad para que los militantes decidan, probablemente el 28 de mayo si la gestora sigue con sus planes. Susana Díaz prepara lo que ella llama "un proyecto potente para España", mientras que Pedro Sánchez venderá su rebeldía frente al PP. El eurodiputado Ramón Jáuregui aconsejó el viernes pasado a Patxi López que buscase un acuerdo con Susana Díaz, mientras solicitaba a Pedro Sánchez que no se presentase al representar "el pasado".

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