La ampliación de Magrudis, el punto oscuro del brote mortal de listeriosis

Sanidad

La infección ya se ha cobrado su tercera víctima

Se desconoce si las obras que acometió la empresa que fabricaba la carne mechada contaminada tenían licencia

Una furgoneta del Ayuntamiento de Sevilla recoge muestras en la fábrica de Magrudis. / José Manuel Vidal / Efe
Diego J. Geniz

28 de agosto 2019 - 06:15

El brote de listeriosis que afecta ya a buena parte de España se ha cobrado su tercera víctima mortal. Se trata de una mujer, de 74 años, que presentaba patologías previas y que se encontraba ingresada en el Hospital Virgen del Rocío a consecuencia de esta infección, localizada en la carne mechada que fabricaba la empresa sevillana Magrudis.

Este tercer fallecimiento se produce cuando el número de hospitalizados por la bacteria se ha reducido un 20% las últimas horas, lo que confirma que el brote ha entrado en un nuevo ciclo. Lo que no parece menguar es la confrontación política que ha suscitado esta alerta sanitaria, que ha llegado al ámbito municipal, donde la oposición critica la falta de transparencia del gobierno de Espadas, que desmiente la acusación. Una polémica que cada día aviva más la organización de consumidores Facua, que alerta de la reducida prima (300.000 euros) del seguro de responsabilidad civil que posee Magrudis para afrontar posibles indemnizaciones.

La última víctima mortal de este brote pertenece a uno de los grupos de riesgo de la listeria monocytogenes. Se trata de una persona de avanzada edad, de 74 años, que según fuentes consultadas por este periódico presentaba, además, diversas patologías que habían debilitado bastante su salud. Una situación que se agravó con el contagio de listeriosis, motivo por el cual tuvo que ser ingresada en el Virgen del Rocío. Su muerte se suma a la de la mujer de 90 años (producida la noche del 19 de agosto) y la del hombre de 72 años (el jueves 22) que padecía un cáncer de páncreas en fase terminal. Éste segundo fallecimiento todavía se investiga, porque aunque estaba afectado de listeriosis, no constaba que comiese carne mechada.

Hospital Virgen del Rocío, donde se encuentra la mayoría de ingresados por el brote de listeriosis. / Juan Carlos Vázquez

El número de pacientes ingresados en los hospitales andaluces –tanto públicos como privados– ha pasado en un solo día de 108 a 86, lo que supone una bajada del 20%. De este grupo, 31 son embarazadas (otro de los colectivos con riesgo más elevado) y cuatro permanecen en la UCI. La mayoría (61) se encuentran en Sevilla.

Respecto al volumen de infectados, sólo se han detectado tres casos nuevos, lo que confirma lo que el pasado lunes estimó el portavoz de la Consejería de Salud para esta crisis, José Miguel Cisneros: el brote ha entrado en una etapa de inflexión, por lo que a partir de ahora y hasta octubre habrá un “goteo”diario, pero lejos de las grandes cifras de la semana pasada, en las que hubo jornadas en las que se contabilizaron hasta 30 casos nuevos.

Lo que no parece que vaya a reducirse, al menos de momento, es la guerra política que se ha desatado a raíz de la alerta sanitaria. A nivel regional es bastante importante, pero a nivel local no lo es menos. El PP, que en el ámbito andaluz pidió el lunes que los partidos no usaran el brote de listeriosis para sacar “rédito político”, acusó al gobierno de Espadas de “falta de información” tras la reunión con los principales responsables del departamento de Salud y Consumo. “Nos sentimos defraudados por la poca transparencia en este asunto”, lamentó el portavoz adjunto del PP, Juan de la Rosa.

Sin noticias sobre los permisos

El grupo municipal de Adelante Sevilla fue a más, y acusó al equipo de Espadas de no realizar las inspecciones en Magrudis en los plazos indicados por la normativa. La portavoz de la formación, Susana Serrano, añadió que “ningún concejal nos ha confirmado que las obras en la empresa contaban con la licencia correspondiente”. “No es la primera vez que nos encontramos con empresas que no tienen las suficientes garantías para las obras que realizan y las actividades que desarrollan”, refirió Serrano.

En este punto conviene recordar que la ampliación carecía del visto bueno de la Junta, que debe otorgar su certificado antes de poner en marcha un sistema de producción de alimentos que ha sido modificado. La notificación de las obras llegó el 31 de julio, cuando ya estaban acabadas y se encontraban en funcionamiento las nuevas instalaciones. En aquel momento los casos de listeriosis habían aumentado por encima de la media habitual.

Un operario del Ayuntamiento de Sevilla lleva neveras para recoger muestras en Magrudis. / José Manuel Vidal / EFE

El Ayuntamiento de Sevilla recordó en la mencionada reunión las inspecciones que ha llevado a cabo en Magrudis desde que se dio de alta en 2015 en el registro sanitario de la Junta. Entonces su nivel de riesgo era B. Un año después se realizó un segundo análisis y se situó la categoría en A. En 2017 llegaría una nueva inspección. En este informe se establece la clasificación C, ya que la fábrica había implantado un plan de autocontrol. Este cambio supuso una mayor amplitud en los periodos de control oficial, por lo que la frecuencia aproximada de inspección pasaba a 18 meses.

Fuentes municipales inciden en que el sistema de autocontrol implantado en 2017 fue “determinante”, pues desde ese momento Magrudis asumió “la responsabilidad en el seguimiento y captación de datos de acuerdo con la normativa vigente ”. Además, aclaran que desde Consumo se realizan “inspecciones periódicas y aleatorias” siguiendo el plan de peligros biológicos establecido por la Junta, que atiende a las fábricas de mayor volumen o que presentan “situaciones de riesgo”. “No era el caso de Magrudis, al tener un producto al horno con elevadas temperaturas, un plan de autocontrol, sin ningún antecedente y por su volumen de distribución”. Añadieron que en lo que va de año se han realizado 335 análisis de alimentos en relación a la listeriosis. Todos dieron negativo.

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