"Mi vida es la de un luchador"
Luis Salvador
Candidato de Ciudadanos a la alcaldía de la capital
NACIÓ en la calle de la Colcha y entre sus recuerdos de infancia menciona con cariño ir al vecino Convento de las Carmelitas a comprar huevos y leche. "Eran de clausura. A través del torno siempre me daban alguna chuchería, sobre todo caramelos". Esta zona de Granada le resulta especialmente entrañable, por eso la ha elegido para la foto de esta entrevista. "¿Ves? Todavía venden jabones y dulces", dice señalando un cartel pegado en la puerta.
La niñez de Luis Salvador en Granada fue breve. A los cuatro años se marchó a Madrid con su madre Mari Fé en busca de una vida mejor. "Idolatro a mi madre, es una mujer increíble, ha tenido una vida épica". Muy pronto tuvo que arrimar el hombro contribuyendo a la economía familiar, sin descuidar aspectos que le importaban tanto como los estudios. "Ayudé a mi madre a sacar cinco hermanos adelante. No era el mayor pero como si lo hubiera sido, siempre he hecho varias cosas a la vez. Tuve que estudiar de manera discontinua hasta que me licencié en Ciencias Políticas. Mi vida es la de un luchador, mucho más complicada de lo que la gente piensa".
Vivir en Madrid hasta los 18 años ha sido para él una experiencia enriquecedora, de la que ha aprendido mucho. "A saber desenvolverme en una ciudad grande, a tener un ritmo de trabajo muy intenso, a darle un diez de confianza a las personas que acabo de conocer y, si es necesario, ir bajando pero no al contrario. No confiar de entrada, jamás lo hago".
Su vuelta a Granada trajo aparejada su entrada en política. Inició su andadura en el PSOE con Rafael Estrella y Javier Torres Vela. "Quería que las cosas se parecieran a lo que yo pensaba. Para conseguir eso hay que implicarse. Ya a los 19 años había gente que me decía que tenía que ser algún día alcalde de Granada".
Esa ocasión le llega ahora, con 51 años, liderando Ciudadanos, un grupo político diferente al de sus inicios. "Conocí a Albert Rivera en el programa de televisión El Gato al agua, donde éramos tertulianos. Me di cuenta de que sus ideas concordaban con las mías, incluso muchos tuiteros del programa nos sugerían que fundásemos un partido juntos. Fue así como me pasé a Ciudadanos. Es el partido que entiende la vida como la entiendo yo. En lo que respecta a Granada, opino que un turista que venga a vernos no puede marcharse con tres multas de tráfico bajo el brazo; quiero decirle a la Junta que igual que argumentan que la Alhambra pertenece al mundo, no a los granadinos, no se comporten como si ellos fueran los dueños del monumento. Pienso que es necesario un centro de recepción de visitantes a la Alhambra, pero no de las dimensiones del Atrio; los autobuses además no pueden aparcar allí, sino en una zona que permita a los turistas recorrer algo de Granada. Es necesario acercar la Alhambra a la ciudad. Quiero también una Granada con más zonas verdes, donde se pueda utilizar la bicicleta".
El día a día de Luis Salvador comienza con un café. "Soy cafetero y caen varios a lo largo de la jornada". Luego su mujer Lola -es enfermera- y él van hacia la parada del bus para acudir cada uno a su respectivo trabajo. "No creo que haya que terminar con el LAC. Ya que está hecho y en marcha sería una temeridad, pero sí mejorar los problemas que tiene".
Hace tan solo un mes se ha estrenado como escritor con una novela, Jaque al rey, editada por Última Línea, que está cosechando buenas críticas. "Me he sentido muy arropado por los lectores, por eso estoy preparando dos más, será una trilogía". Su obra gira en torno a la yihad, el narcotráfico, el terrorismo, temas candentes, de actualidad, problemáticas que le apasionan desde que leyó Odessa de Frederick Forsyth, una historia que comienza el día que asesinaron a Kennedy y cuenta la lucha de un joven reportero alemán contra la organización de ex nazis Odessa. "Ver cómo los personajes crecen, y escuchar a los lectores decir que los engancha y que la novela les atrapa es muy satisfactorio". Parientes "literatos" no le faltan. Son familiares suyos el poeta Álvaro Salvador y el prestigioso filólogo y crítico literario Gregorio Salvador, que ostenta el sillón "q" de la Real Academia Española. "Mi tío le dio la alternativa en la RAE a Arturo Pérez Reverte".
A modo de anécdota, asegura que su nombre se lo pusieron los compañeros de su abuelo, Luis García Planelles, jefe de fotograbado del periódico de Granada y dibujante. "Publicaron una nota sobre mi nacimiento donde decían que me llamaría como mi abuelo. Mi madre estaba encantada, mis padres estaban separados y por circunstancias yo no tuve contacto con mi padre hasta que era adolescente". Luis Salvador sí que ha vivido intensamente la tarea de ser padre. A sus hijos Luis y Natalia, de 22 y 20 años, respectivamente, los adora. "Cuando los miro me siento un privilegiado".
Le ocurre igual con su mujer, Lola Vellido. Se conocieron a las puertas del colegio Regina Mundi cuando ella tenía 16 y él rondaba los 18. Fue amor a primera vista. "Tú eres la famosa Lola Vellido, le dije, y así hasta ahora". Amante de los viajes, sus ciudades favoritas son San Francisco, Venezia y Praga. "Ciudades con alma que transmiten algo más". Una de sus citas favoritas es del maestro Séneca: "Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. Concordar las palabras con la mente".
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