Manuel Chaves reanima al socialismo andaluz
El ex presidente de la Junta se erige en el referente al que consultar para enderezar el rumbo de un partido ahora escaso de figuras con peso político
Sólo Málaga y Granada dan su apoyo expreso a Juan Espadas en el Comité Director
Chaves: "La sentencia del Constitucional es el fin del ciclo del Gobierno del PP en Andalucía"
La escena de este jueves en las escaleras de la sede regional de los socialistas andaluces fue muy significativa. El estado anímico que atraviesa el partido que lidera Juan Espadas es otro gracias a las noticias que llegan desde el Tribunal Constitucional. Manuel Chaves compareció "algo nervioso" y visiblemente contento a la rueda de prensa convocada para explicar las últimas decisiones del TC en el caso de los ERE escoltado por el presidente del PSOE-A, Manuel Pezzi, y por el propio secretario general. El informe caritas ha cambiado. La sonrisa ha vuelto a su casa.
Que Manuel Chaves regrese públicamente a la calle San Vicente no es un hecho baladí. El PSOE-A atraviesa por uno de sus peores momentos tras la mayoría absoluta conseguida hace dos años por el PP de Juanma Moreno y no anda muy sobrado de referentes. El ex presidente puede a ser a partir de ahora la brújula a la que consultar para enderezar el rumbo, un buen referente. Es el único que por ahora puede asumir ese necesario papel dentro de cualquier organización política, ya que ni Griñán ni Díaz pueden ocupar ese puesto. El primero está enfermo y muy afectado aún por el proceso judicial, y las intervenciones públicas de la ex presidenta dejan claro que no está en sintonía con la actual dirección.
En cambio, Chaves ha manifestado su decidida intención de volver al partido para pedir el alta en los próximos días y se ha ofrecido a la actual dirección "para lo que necesite". El ex presidente ha dado ha reconocido que "Juan (Espadas) tiene una tarea difícil" por delante. No es para menos. En Andalucía, el PSOE no gobierna en ninguna capital de provincia y sólo conserva dos diputaciones provinciales: Sevilla y Jaén.
La situación no es fácil. Espadas, tras completar un ciclo electoral con pleno de derrotas, ha oído voces cada vez más fuertes que han reclamado un giro en el partido y que han puesto en cuestión en su liderazgo. Le acusan de no haber acertado con su "gobierno en la sombra" y haber creado un laberinto en la dirección. Sin embargo, el actual líder recibió ayer un espaldarazo con el ofrecimiento de Manuel Chaves. El objetivo es claro: recuperar la Junta.
Chaves ha sido históricamente un hombre de consenso dentro del PSOE, del que ha sido presidente. Su figura fue esencial tras la derrota de Joaquín Almunia en las elecciones generales, allá por el año 2000. El partido quedó roto y fue quien pilotó la gestora que acabó en el cónclave que coronó a Zapatero como líder del partido, tras una victoria sorprendente sobre Bono por nueve votos.
Precisamente iba a ser Zapatero el que cambiara la vida de Chaves y la historia de Andalucía cuando el Domingo de Ramos de 2009, el 5 de abril concretamente, lo reclamó para su gabinete. Hasta hubo directores de periódicos que no se creyeron la noticia. Chaves abandonaba la Junta para regresar al Gobierno de España, donde ya había participado como ministro de Trabajo en 1986.
A partir de ahí, la historia del PSOE andaluz también da un giro de 180 grados. José Antonio Griñán se hace con las riendas de la Junta y del partido y elige a Susana Díaz, hasta entonces una mujer de partido criada en el aparato sevillano, como su sucesora. Con el estallido del caso de los ERE hace 13 años y las posteriores sentencias de la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo, tanto Chaves como Griñán son señalados e incluso Susana Díaz cede a las presiones de Ciudadanos para formar gobierno y ambos se ven obligados a asumir responsabilidades políticas y dar un paso al lado. ¿Quién no recuerda aquella frase de Griñán de "caiga quien caiga"? Pues cayeron.
Ahora la sentencia del TC los rehabilita políticamente, al menos así lo creen, y Chaves ha dejado claras sus intenciones de ponerse "a disposición" del partido. Los que lo conocen dicen que está en forma y el regreso a su casa así lo atestigua. "No parece que tenga 79 años", decían en San Vicente.
Él mismo ha descrito que en todos sus años de condena no ha recibido en la calle "ningún insulto" y que ha tenido "el calor" de sus compañeros. Incluso ha revelado la conversión que tuvo el miércoles con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: "Me llamó para felicitarme y darme la enhorabuena y que la transmitiera a los demás". El plácet de Ferraz ahora lo tiene, como lo recibió en la campaña de las europeas la ex ministra Magdalena Álvarez. Atrás queda más de una década de destierro.
Un comité director incómodo
El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, no tuvo ayer un Comité Director cómodo. A pesar de la alegría que han supuesto en San Vicente las sentencias del Constitucional, el líder de los socialistas andaluces sólo recibió el apoyo expreso de Málaga y Granada. Las demás provincias se mostraron muy parcas con la actual dirección.
Incluso, Javier Fernández, secretario general de los socialistas sevillanos, corrigió a Espadas cuando reivindicó que tratará como "presidentes" a quienes lo fueron del PSOE federal y de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. "Siempre lo han sido", apostilló Fernández. Las voces más críticas afirman en privado que el futuro de Espadas se verá cuando se aclare la situación en Cataluña. El PSOE ha aparcado los asuntos orgánicos hasta ver si Salvador Illa es investido. Si no lo es, habrá elecciones generales y el escenario será otro.
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