CRENS F4, del empeño de Sebastián García a la súper factoría de piensos a medida en Utrera
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Lo que empezó en la posguerra con un pequeño almacén para guardar el grano de los agricultores ha acabado en una empresa de piensos compuestos a medida
Junto a la ciudad sevillana de Utrera se levanta CRENS F4, una torre-factoría de 35 metros que produce 8 millones de kilos de alimento animal al mes
En el escudo oficial de Utrera, ciudad sevillana que supera los 50.000 habitantes, hay un olivo y una vid. Un castillo y un rey. Un caballo blanco y un toro negro. Un pino y una gavilla de trigo. Y una inscripción exterior: “Rica en vacas, ovejas, caballos; generosa en granos; en aceite, fértil; en vino, fecunda…”. Solo faltaría una referencia al flamenco para completar el dibujo de esta localidad del Bajo Guadalquivir, donde la agricultura y la ganadería siempre fueron dos puntales.
A las afueras, en la carretera que va hacia Los Palacios se levanta una torre metálica de color amarillo con más de 35 metros de altura. Y una marca que se ve de lejos: CRENS F4. Esta fábrica de piensos compuestos de calidad –y su éxito– solo puede explicarse por el empeño de una persona, Sebastián García Rodríguez, de su familia y de sus personas de confianza. Entre ellas destaca un hombre elegante e ilustrado. Tiene 90 años y se llama Antonio Galván Delgado. “En la posguerra, Utrera vivía unas condiciones económicas terribles, había mucha pobreza, hambre y piojos. El capital se marchó y hubo un señor que no tuvo miedo para echar una mano a los agricultores que estaban pasando fatigas para colocar su grano. Era un chico joven y con ilusiones, su nombre era Sebastián García Rodríguez”, comenta Antonio, que conoció al fundador de CRENS F4 cuando eran chiquillos, estudiaban en el colegio de los salesianos y correteaban por las calles utreranas.
Aquel Sebastián empezó a trabajar en una fábrica de harinas y poco después montó en la antigua calle Santa Clara un almacén y un molino donde los pequeños agricultores de esos años duros almacenaban el grano de cereal y los ganaderos acudían a comprar alimento para sus animales. A principios de los años sesenta aparece por primera vez la marca Crens F4.
En 2023, la empresa de piensos, creada hace más de cincuenta años, facturó 45 millones de euros
Antes de entrar en cuestiones de negocio, ¿qué significa Crens F4? “Mucha gente ha querido darle un significado. Un día le pregunté a mi padre y me explicó que en aquella época había una multinacional de piensos llamada Hens que quiso ficharlo como gerente de la fábrica, así que buscó un nombre que sonase parecido”, asegura Sebastián García Vela, hijo del creador de la compañía y actual director general. Pero no acaba aquí la historia del nombre. “CRENS podía ser Compuestos Racionados Equilibrados Nacionales Sebastián”. ¿Y lo de F4? “Me dijo que eso era un bar de Chipiona”. Las risas cómplices brotan. Y las bromas. Estamos en Utrera.
Poner de acuerdo a los agricultores
Vayamos al grano. Sebastián padre –“serio, agradable y siempre cediendo un poco para que la otra parte se fuera contenta”, recuerda Antonio– se dio cuenta de que el Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA), un organismo montado por el franquismo para ordenar la producción y distribución del grano y para regular sus precios. Todo se hacía en unos enormes silos repartidos por toda la geografía española. “La mayoría de agricultores no tenían dónde almacenarlo y dependían del SENPA, donde había muchos chanchullos, era una sangría para ellos”, rememora Antonio. Así que Sebastián puso en marcha una cooperativa. “Puso de acuerdo a 60 agricultores y construyó un silo a modo de colmena donde en cada celda se almacenaba el grano de cada productor, había labradores muy fuertes y pequeños agricultores”.
Sebastián fue muy listo y, a menos de cien metros de la cooperativa, puso a funcionar una fábrica mecánica y manual para producir pienso para sus gallinas y también de venta libre. El negocio creció, de vender pollitos –incluso de colores– y alimento para aves a ubicar nuevos silos y líneas de producción. Antes de comenzar el siglo XXI, Sebastián hijo se hace cargo de CRENS F4 y hoy hablamos de otras cifras. La compañía vende al mes en toda España más de 8 millones de kilos de pienso para perdices, pollos, gallinas, cabras, ciervos, caballos y vacas. En 2023, facturó 45 millones de euros.
Unos 21 silos para piensos multiespecie
En el interior de la torre de CRENS F4 funciona una batería de 21 silos para almacenar 21 materias primas distintas. De 4.000 en 4.000 kilos se hace una mezcla de materias primas (trigo, maíz, harina de soja, etc.), dependiendo del tipo de pienso, y de correctores (minerales y vitaminas). Esa mezcla se eleva hasta la zona media de la fábrica, una maquinaria en forma de cascada, donde se muele. “La molienda es distinta para cada animal, las gallinas ponedoras, por ejemplo, necesitan que la mezcla se triture menos porque les gusta ver el grano. Si estuviese totalmente molido, no lo querrían”, comenta el actual director general. Una mezcladora homogeniza ese pienso molido en menos de 4 minutos. “Todo va automatizado y cuantificado por ordenador, y de ahí sale en pienso con forma de harina o granulado en pelets: “por ejemplo, de 2 mm para perdices, de 3,5 mm para pollos, de 5 mm para caballos y así hasta llegar a unos tacos de 15 mm para las vacas. Tienen que ser más duros y grandes para que no se desmoronen en el suelo”, explica Sebastián García.
“Trabajamos para pequeños ganaderos pero también para proveedores de productos de las más importantes cadenas de alimentación”
“Nuestros piensos de calidad son multiespecie. En su día creamos con otras empresas una sociedad en Madrid para fabricar los correctores, sustancias que corrigen las deficiencias de la mezcla de cereales. Se dosifica para que cada pienso salga equilibrado en minerales y vitaminas. Hay que tener en cuenta que hoy en día la normativa de la Unión Europea y el etiquetado de la alimentación animal son tan exigentes como la humana”, asegura el responsable CRENS F4. Y es que los fabricantes de piensos ahora cuentan en sus equipos con veterinarios y expertos en laboratorio y nutrición animal.
En el top, las gallinas y los pollos
La alimentación avícola (pollo y gallina) suponen el principal montante del negocio de esta compañía sevillana, casi un 60 % de la facturación. Y el resto se divide entre pienso para caballos, rumiantes y otros. “Nos hemos especializado en piensos a medida del cliente y del animal. Trabajamos para pequeños ganaderos pero también para proveedores de productos de las más importantes cadenas de alimentación. Nuestro próximo desafío ahora es crecer en producto envasado, y no solo a granel, para tiendas y semillerías”, admite Sebastián. Además, mantienen una instalación anexa con más de 300.000 gallinas para diversificar el negocio.
“Los animales comen ahora mucho mejor que antes. Igual que la normativa de bienestar animal, la alimentación está a un nivel muy avanzado”
La fábrica, con doce empleados, trabaja en estos momentos 24 horas al día, con una gran parte de las tareas ya automatizadas. Los camiones no paran de entrar –15 vehículos al día descargan la materia prima– y de salir (con pienso a granel o en sacos). Esa flota de camiones no pertenece a CRENS F4, “son puestos de trabajo indirectos, igual que algunos proveedores de servicios”, comenta Sebastián.
“Los animales comen ahora mucho mejor que antes. Igual que la normativa de bienestar animal, la alimentación está a un nivel muy avanzado. Cada materia prima que entra en CRENS F4 es analizada, existe un exhaustivo control de vitaminas, proteínas”, afirma el director general. “Además, los animales son unos chivatos, cuando algo no les gusta o no les conviene, avisan. Tenemos que ser conscientes de que los animales siempre comen lo mismo, son como un robot”, completa Antonio.
Sebastían García Vela todavía echa de menos los consejos de su padre –fallecido en 2017–, pero también sabe que la empresa familiar que sacó adelante tiene recambio. “Ya tengo dos hijos trabajando en la empresa. Me gustaría que siguiese adelante”.
¿Te acerco?, un proyecto de Sabadell
Más allá de las grandes ciudades existen relatos de empresas que valen la pena conocer. Empresas que tienen un vínculo especial con los pueblos y los territorios donde han edificado su particular manera de dirigirse a sus clientes. Son negocios que, al igual que Banco Sabadell, han contribuido al desarrollo socioeconómico de esos lugares donde, un día, quisieron abrir las puertas y mantener el compromiso con sus gentes. Conoce su historia de primera mano en este proyecto.
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