Diego Ramos presenta su homenaje sincero a la leyenda de Julio Iglesias

El Palacio de Congresos de Granada se vestirá de gala este próximo domingo para recibir a Diego Ramos, un artista salmantino que ha decidido rendir un emotivo tributo al icónico cantante Julio Iglesias. Bajo el título “La vida sigue igual”, Ramos nos transportará a los años dorados de uno de los artistas más prolíferos de España, con un espectáculo cargado de emoción, nostalgia y música en vivo. Para Diego, este proyecto no es una mera imitación, sino una interpretación personal y profunda que busca honrar al artista que siempre ha admirado.

Diego Ramos no es solo una figura que emula la apariencia de Julio Iglesias; su camino en la vida está lleno de curiosos paralelismos con el cantante. Nacido en 1977, Diego recuerda con admiración los años ochenta, la época dorada de Julio, y encuentra en ella una conexión única. “Soy del 77, y Julio de los años 40. Me gusta pensar que ahora tengo la edad que él tenía en sus años de mayor gloria. Ese Julio de los finales de los 70 y principios de los 80 es el que traigo al escenario, el que emocionaba a las masas y llenaba estadios”. Con estas palabras, Diego refleja su cariño por ese período en la carrera de Iglesias y la cercanía que siente con el hombre detrás de las canciones.

Desde niño, Diego mostró un innegable talento artístico. En su colegio en Salamanca, no faltaban las ocasiones en que sus compañeros le pedían que cantara, y muchas veces, lo hacía imitando al propio Julio Iglesias. Sin embargo, su primer sueño fue otro: “Con diez años, decidí que quería ser torero. De hecho, renuncié a mi puesto en un banco para luchar por ese sueño, y lo logré”. Ser torero, un camino lleno de riesgos y emociones, le permitió vivir una vida intensa y alcanzar metas que muchos solo imaginan. Diego llegó a torear en plazas tan emblemáticas como la de Madrid, un logro que recuerda con orgullo.

Pero la vida, como bien dijo Julio Iglesias, sigue su curso. A los 47 años, tras haber alcanzado éxito también como empresario, Diego decidió seguir otro sueño: revivir al Julio de los 80 sobre los escenarios. No fue un paso calculado, sino una consecuencia natural de la pasión que siempre sintió por la música del cantante. “En noviembre del año pasado, en el Hotel Wellington, me invitaron a una gala en homenaje a Julio Iglesias y Frank Sinatra. Canté ‘Me olvidé de vivir’ y ‘Hey’. Fue algo mágico”, relata. Esa actuación cambió su vida, ya que un promotor, Andrés Sanchís, quedó impresionado y le propuso una gira por los teatros de toda España.

Lo que comenzó como una actuación improvisada, hoy se ha convertido en un espectáculo musical sólido y cuidadosamente preparado. “Llevamos 14 músicos sobre el escenario, todo en vivo, sin pistas pregrabadas”, asegura Diego. El repertorio está cuidadosamente seleccionado, centrado en los grandes éxitos de Julio de finales de los 70 y principios de los 80, como “Soy un truhán, soy un señor”, “Me olvidé de vivir” y “La vida sigue igual”. “He decidido no incluir canciones posteriores a 1982, porque quiero que el público sienta esa conexión con el Julio que dominaba los escenarios antes de conquistar América”, explica.

Este espectáculo no es una caricatura ni una simple imitación. Diego ha trabajado arduamente para que la gente no vea a un imitador, sino a un artista que rinde homenaje desde el respeto y la autenticidad. “Siempre me han dicho que me parezco físicamente a Julio, que incluso tengo un perfil similar al suyo. Pero mi mayor parecido está en el carisma, en la pasión que ambos compartimos por lo que hacemos”. Esa conexión emocional con el personaje de Julio Iglesias es lo que hace especial este tributo.

No es fácil recrear la atmósfera de aquellos años dorados, y para ello Diego cuenta con la dirección musical de Domingo Díaz, un maestro que ha dedicado más de 50 años a la música. Juntos, han trabajado en la recreación de versiones que Julio Iglesias interpretó en sus conciertos, como la emblemática “Natalí” en el Santiago Bernabéu de 1983. “No tenemos las partituras originales, así que hemos tenido que escribirlas nosotros mismos, guiándonos por grabaciones en directo”, comenta Diego, destacando la dedicación y el trabajo detrás del proyecto.

Este domingo, los asistentes en Granada podrán disfrutar de un viaje musical acompañado por una orquesta de lujo. Violines, violas, vientos y cuerdas se unen en un escenario donde cada nota será un tributo a la magia de Iglesias. Diego está convencido de que el público saldrá emocionado: “La gente se va a encontrar con un espectáculo que emociona. Muchos terminan llorando de nostalgia y de alegría al recordar aquellos momentos que marcaron sus vidas”.

Granada tiene un lugar especial en el corazón de Diego. Su hermana y su cuñado viven allí, y su sobrino Hugo también ha hecho de la ciudad andaluza su hogar. “Tengo familia en Granada, y aunque no vengo mucho, siempre que lo hago me siento como en casa”, comparte. Presentarse en una ciudad con tanta historia y tradición musical supone un reto y un honor para él. “Es una ciudad espectacular, con una tradición musical importantísima. Hacer aquí un tributo a Julio Iglesias es una osadía, como me dijo un amigo. Julio hay uno solo, pero yo quiero rendirle el mejor homenaje posible”.

A pesar de su humildad, Diego no esconde que su sueño es llevar este espectáculo por todo el mundo. Ya existen negociaciones para presentarse en lugares tan emblemáticos como Miami, México, Quito y París, donde Julio Iglesias dejó su huella en los años 70. “Mi mayor sueño es que este homenaje llegue a tantos lugares como sea posible. Quiero que la gente recuerde a ese Julio que conquistaba corazones y que, por unos momentos, olvide sus problemas y se sumerja en la música”.

El fin de semana, el Palacio de Congresos de Granada será testigo de una velada inolvidable. Diego Ramos, con su carisma, su respeto y su pasión, está listo para hacer que, al menos por una noche, la vida siga igual. Un tributo sincero que promete llenar de emoción y recuerdos a todos los que asistan.