La Esquinita de Javi, diez años ofreciendo el mejor pescaíto de Granada

Contenido ofrecido por la Esquinita de Javi

El restaurante de mariscos y pescado granadino se ha ganado un lugar en la famosa Plaza Mariana Pineda gracias a su servicio de calidad y su oferta de platos mediterráneos 

Luis Javier García, mejor conocido como ‘Javi’ ha sabido posicionar al restaurante en una década. / Antonio L. Juárez/PHOTOGRAPHERSSPORTS
Rodrigo Vázquez

15 de noviembre 2024 - 06:01

En pleno corazón de Granada, en un rincón emblemático de la ciudad, se ha forjado una historia de tradición, sabor y perseverancia: la de La Esquinita de Javi. Un restaurante que, desde sus modestos inicios en 2014, ha alcanzado el reconocimiento de propios y extraños por su inigualable propuesta de mariscos, frituras y especialidades granadinas. Luis Javier García Mateos, su fundador y alma de este proyecto, comparte su recorrido y los secretos de este referente culinario.

Desde el primer día, Javi tenía una meta clara: no solo quería traer el sabor del mar al centro de Granada, sino hacerlo con la calidad y el cuidado que él mismo había aprendido trabajando durante años en el famoso restaurante Los Diamantes. Ahí se formó desde abajo, empapándose del conocimiento que brinda la experiencia y descubriendo la importancia de la atención al detalle y de la búsqueda constante de un producto de primera. La idea de abrir un restaurante propio comenzó a tomar forma en su mente cuando vio la oportunidad de hacer algo más: “Yo veía, no los fallos, sino las cosas que se podían mejorar. Vi una demanda en el público por ciertos productos, más opciones de marisco, pescados a la plancha, a la sal. Quería ofrecer algo que la gente buscaba, y así nació La Esquinita de Javi”.

Diez años de crecimiento y de esfuerzo

El 4 de febrero de 2014, Luis Javier inauguró su primer local en la Cuesta de Progreso. Aquel pequeño espacio fue el comienzo de una historia que hoy se extiende a tres locales más, todos situados estratégicamente en el centro de la ciudad, permitiéndole a Javi supervisarlos y mantener ese toque cercano que tanto lo caracteriza. “Me dicen que estoy loco por tener los locales tan cerca, pero para mí tiene sentido, tengo mucha demanda de clientela y puedo controlar la calidad personalmente”, explica. Esa cercanía también ha permitido que los granadinos vean a La Esquinita de Javi como un lugar familiar, en el que cada visita tiene el calor de una bienvenida genuina.

Con los años, el restaurante ha sabido ganarse el corazón de locales y turistas gracias a su carta diversa, que va desde las clásicas frituras hasta el pescado al horno o la parrilla, siempre con un toque innovador y un compromiso incuestionable con la frescura del producto. “Compramos el mejor pescado y marisco de las costas de Granada, y lo preparamos con un cuidado especial para que el cliente lo disfrute al máximo”, comenta Javi, resaltando el cuidado que pone en cada plato y la importancia de mantener ese sello de calidad en cada rincón del restaurante.

La calidad y el servicio como pilares del éxito

Los platos de la Esquinita de Javi están elaborados con los mejores ingredientes. / Granada Hoy

Para Javi, la calidad del producto es esencial, pero sabe que no lo es todo. La atención al cliente es igualmente fundamental, y por eso se ha enfocado en formar a su personal y en estar siempre presente, liderando con el ejemplo. “El personal hay que mimarlo, hay que estar encima y darle su lugar, porque de ellos depende gran parte de la experiencia que ofrecemos. Es importante que el cliente se sienta bien atendido y que encuentre un servicio profesional y cercano”.

Esa filosofía de servicio no solo se traduce en el trato amable, sino también en una tradición granadina muy arraigada: la tapa. Aunque Javi admite no ser el mayor defensor de esta costumbre, entiende que para sus clientes es fundamental. En La Esquinita de Javi, cada consumición viene acompañada de una tapa, generalmente de mariscos o algún pescado de temporada, que se prepara al momento. “La tapa es una excelente oportunidad para que el cliente pruebe cómo freímos el pescado y se anime a pedir una ración completa. Además, nos permite demostrar la frescura y calidad de nuestro producto desde el primer bocado”, asegura.

Reinventarse sin perder la esencia de los principios

El paso del tiempo ha traído consigo desafíos para el sector de la hostelería, como la pandemia y el aumento de los precios, que han afectado tanto a empresarios como a consumidores. Javi reconoce que la situación no es la misma que antes de la crisis sanitaria, cuando “la gente salía a cenar con otra alegría y el consumo era mayor”. Sin embargo, ha sabido adaptarse y mantener los precios lo más accesibles posible, sin sacrificar la calidad. “Nosotros no hemos subido los precios de manera significativa. Prefiero mantener un margen justo y seguir recibiendo a mis clientes habituales, aquellos que nos han apoyado desde el principio”, explica.

Su filosofía es clara: ofrecer un servicio de calidad a un precio razonable. Esto le ha permitido crear una clientela fiel, que sigue eligiendo La Esquinita de Javi como un lugar donde disfrutar de buena comida en un ambiente acogedor y familiar. “Aquí la gente viene a comer bien sin pagar una fortuna. Un matrimonio puede comer por 20 o 25 euros y salir satisfecho. Eso, en estos tiempos, la gente lo agradece”.

En Granada, La Esquinita de Javi ya es un referente. Más allá de ser un restaurante, es un rincón de la ciudad que los locales reconocen como suyo. Situado en la Plaza Mariana Pineda, cerca de otros lugares icónicos como el Café Fútbol, Javi está orgulloso de haber contribuido al renombre de esta zona. “Antes, la gente solo conocía este lugar por el Café Fútbol, pero ahora se dice La Esquinita de Javi y saben perfectamente dónde estamos”.

La identidad del restaurante se refleja en cada detalle: en la decoración, en la cubertería y en los colores que Javi ha elegido para todos sus locales. Mantiene una coherencia estética que, junto con la calidez del trato, hace sentir a los clientes como en casa. Esto, sumado a una carta variada que incluye desde huevos rotos hasta carnes, pasando por la famosa fritura de pescado, le da a cada visita un toque especial.

A lo largo de estos diez años, La Esquinita de Javi ha crecido manteniendo siempre la misma esencia: excelencia en el servicio, calidad en los productos y precios accesibles. Para el futuro, Javi no planea abrir franquicias ni expandirse a otras provincias, ya que prefiere llevar personalmente el control de sus locales y seguir estando cerca de sus clientes. Su compromiso con Granada y con su clientela es tal que asegura: “Si me ofrecen otro local aquí en la misma plaza, lo tomaría sin pensarlo”.

Cuando se le pide que defina La Esquinita de Javi en tres palabras, Javi responde sin dudarlo: “Servicio, calidad y precio”. Estas tres cualidades, cultivadas con esfuerzo y dedicación, han hecho de este restaurante un símbolo de la gastronomía granadina y un ejemplo de cómo el amor por la cocina y el respeto por el cliente pueden convertir un sueño en una referencia en la ciudad. Para los que aún no lo conocen, La Esquinita de Javi es mucho más que un lugar para comer pescaíto; es un lugar donde, en cada plato, se saborea la pasión de un hombre por su oficio y el orgullo de una ciudad que lo reconoce como suyo.

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