El parqué
Jaime Sicilia
Incertidumbre
Un plato bien despachado de arroz, con tomate y huevo frito, otro con ensalada y un filete de cerdo, dos peras, pan y agua. Es el bodegón que se pinta en la mayoría de las bandejas que decenas de estudiantes degustan en el comedor de Fuentenueva. Para los que han optado por la opción ovolacteovegetariana en lugar de filete se sirven dos crujientes rollitos de primavera.
Apenas pasan unos minutos de la una y media y la cola es más que considerable a las puertas del comedor de Fuentenueva. Nada más entrar dos trabajadoras atienden en un pequeño mostrador la zona de cobro. Este año, por primera vez, únicamente se puede pagar con tarjeta. Hasta enero de 2024 en los comedores de la Universidad de Granada (UGR) únicamente se podía abonar la comida con dinero en efectivo. Desde ese mes, se incorporó el dinero de plástico. Desde este martes 17 de septiembre, sólo se puede pagar mediante datáfono.
El director del área del Servicio de Comedores de la UGR, Jorge Sevilla, es tajante. "Aquí no se va a quedar nadie sin comer". El pasado domingo la Universidad lanzó un comunicado en el que explicaba el motivo del cambio, las causas por las que no se aceptan monedas y se respondía a las críticas lanzadas con anterioridad por la Organización de Consumidores y Usuarios. En resumen, el pago con tarjeta bancaria responde a una directriz de Gerencia de la propia UGR y a la recomendación del Tribunal de Cuentas de que todas las administraciones públicas cobren mediante este sistema.
La experiencia del pasado año ya reflejaba que el pago con monedas quedó de forma residual tras la llegada de los datáfonos. Además, se agilizaba el servicio. "Tenemos que adecuarnos a lo que se señala en los presupuestos de la Universidad de Granada", razona Sevilla, que destaca que la gran novedad para este curso es precisamente el cambio en el sistema de cobro.
¿Y si alguien no puede pagar con tarjeta o no tiene? Sevilla recuerda que la UGR tiene convenio con el Banco Santander, que puede proveer a cualquier estudiante de este sistema de pago. "Incluso si a alguien viene y no le funciona, que no se preocupe, que venga aquí y se dará una solución", añade en referencia al área de administración del servicio. El despacho está en los comedores de Fuentenueva y cuenta con una plantilla de cinco personas que solventarán, indica el responsable del servicio, cualquier incidencia.
Cambia el modo de pago y poco más. El precio del menú in situ para el estudiantado seguirá un curso más en 3,5 euros tras la subida a 5 euros aprobada para profesorado y personal técnico de gestión, administración y servicios. Este precio, 5 euros, también se aplica al alumnado del Aula Permanente. Un centenar de personas preparan las raciones que se despachan en los comedores de Aynadamar, Fuentenueva, PTS y Cartuja. Cada día, de media, se sirven 2.500 comidas entre todos los campus, destaca Sevilla. Además hay servicio para llevar. Éste comienza el próximo día 24 de septiembre con un precio de 4,5 para estudiantes y 6 para el resto de colectivos de la comunidad universitaria.
Si la jornada inaugural estuvo dedicada a un plato tan del gusto estudiantil como el arroz con tomate, el miércoles toca pasta, pollo asado o tortilla de berenjenas y de postre plátano. Carlos García, de segundo de Ingeniería Electrónica, destaca lo equilibrado de los menús, su precio y la variedad de las preparaciones como motivos para ir a los comedores, además de que está a un paso de la Facultad. El no tenerse que poner delante de la hornilla también es un motivo de peso, confiesa. Hace cola con un grupo de amigos. "Es muy conveniente", destaca sobre este servicio. Sobre el método de pago, Carlos apunta a que es un modo de pago habitual y que "siempre la llevamos encima".
También en la cola aguardan su momento para comer Lucía Cano, malagueña, y Marina Fernández, sevillana. Las dos están en quinto de Farmacia y Fuentenueva les "pilla más cerca" de su piso. Según el horario de clases comen en Cartuja o abajo. "Me renta más comer aquí" que en su piso, resume Marina, que destaca la comodidad de los comedores. Sobre el pago con tarjeta, las dos destacan que está bien, "todo el mundo dispone de una". Lucía, además, es becaria de este servicio, una ayuda que se ofrece desde el Vicerrectorado de Estudiantes y Vida Universitaria.
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