La Universidad de Granada prevé contar con "aulas verdes" para impartir clase al aire libre y eliminará el césped artificial
Se estudia esta iniciativa para el campus de Cartuja y el complejo de la Azucarera de San Isidro
La institución analizará el estado de la grifería y sanitarios de todos sus edificios para ahorrar agua
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Aulas verdes, al aire libre, para recibir clases en la Universidad. Eliminación del césped artificial. Impulsar el uso de bicicletas eléctricas o el "apoyo al trabajo en remoto". Son algunas de las iniciativas que recoge la Universidad de Granada (UGR) en el que todavía es su borrador de Plan de Sostenibilidad Ambiental para la Adaptación y Migitación al Cambio Climático. Las propuestas, de realizarse, se llevaría a cabo, según el contenido de documento que ha estado expuesto a consulta pública durante el mes de julio, en los próximos años de forma progresiva.
"Las Universidades públicas españolas tienen un papel relevante ya que son uno de los pilares fundamentales para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo", señala el texto que se ha expuesto para la consulta pública. Las bazas de los centros del conocimiento que son las universidades son la investigación, la educación y sensibilización y también la puesta en marcha de medidas en las instalaciones. El objetivo sería reducir la huella de carbono y promover la eficiencia energética, entre otros objetivos.
El Rectorado cuenta en su actual equipo de gobierno con un Vicerrectorado de Infraestructuras y Sostenibilidad, además de un Secretariado de Campus Sostenible. Con la base del Plan Estratégico 2031 elaborado por la institución granadina con el horizonte puesto en la celebración de sus primeros quinientos años, se desarrolla ahora este Plan de Sostenibilidad Ambiental que señala medidas que ya están en marcha y otras que serán innovadoras.
Entre las que ya están en vigor se puede señalar la instalación de paneles fotovoltaicos en los edificios e instalaciones de la Universidad de Granada. Esto comenzó en el anterior mandato, con la rectora Pilar Aranda al frente del Hospital Real. Además, se trabaja en instalar sistemas de calefacción que no empleen combustibles fósiles. Estas decisiones, y otras, han propiciado que en los últimos años la UGR haya rebajado su huella de carbono. Según los datos recogidos en el borrador del Plan, en 2019 este indicador estaba en 10,7 toneladas. En 2020, por la pandemia, se redujo hasta 3 toneladas y en 2022, último del que se ofrece dato, la estimación es de 4 toneladas. Esto supone una disminución de la huella de carbono de un 62% gracias fundamentalmente al empleo de fuentes renovables en los edificios de los campus de Granada.
Esta es una de las batallas, pero no la única. Se prevé rebajar el consumo de agua, un reto para la 'población' de unas 60.000 personas que conforman la comunidad universitaria. La UGR cuenta con más de 230.000 metros cuadrados de superficie verde, un centenar de laboratorios, además de aulas y despachos repartidos en 78 edificios. En 2023 se consumieron en la UGR 227.768 metros cúbicos de agua, un valor similar al de años anteriores, salvo en 2020 por la pandemia. ¿Qué propone el borrador del Plan? La UGR prevé actuar en lo que denomina "puntos más críticos" para reducir el consumo de agua y reutilizar aquellas que son vertidas a la red. Se anuncia para ello un "diagnóstico" de la grifería y sanitarios de todos los edificios para cambiar aquellos sistemas más "consumidores" por otros más eficientes.
Se controlarán los vertidos con un programa de "limpieza periódica en los puntos que se detecten como conflictivos" para evitar, de paso, las sanciones que prevé el Ayuntamiento de Granada, y se formará específicamente sobre el uso eficiente del agua. En 2023 ya se llevó a cabo una campaña de sensibilización en este sentido. En cuanto a las zonas verdes, que prevé cambiar los sistemas de riego manuales por otros automáticos.
En cuanto a los comedores, se recoge como iniciativa poner en marcha sistemas de compostaje doméstico de los biorresiduos que se generen tanto en este servicio como en las cafeterías "para su aprovechamiento en jardinería". En estos lugares, los de restauración, se reducirá además el uso de plásticos.
En cuanto a las zonas verdes, se anuncia un plan para la gestión y mejora de estos enclaves. Se espera cambiar el césped, tanto el natural como el artificial, por otras especies que requieran menos agua "y sean naturales". En este mismo plan se anuncia la creación de aulas verdes, tanto en Cartuja como en el futuro campus de la Azucarera de San Isidro. Según se explica en el borrador el estudiantado "podrá recibir sus clases y prácticas en aulas naturales al aire libre". La iniciativa se apoyará en un catálogo sobre biodiversidad de estas aulas. Se pretende además promocionar el uso de esos espacios abiertos con actividades docentes, de extensión universitaria o de convivencia. Esta iniciativa se anuncia para 2026 según el cronograma que establece el borrador del Plan, mientras que la "renaturalización" de los campus se proyecta a partir de este mismo 2024. Un primer objetivo es conseguir que un 5% de los 230.000 metros cuadrados de superficie verde.
Otras iniciativas, como el fomento de vehículos compartidos entre miembros de la comunidad universitaria, se lanzarán previsiblemente en 2026 según el citado cronograma; otras como desarrollar medidas para reducir el consumo de agua están programadas para iniciarse en este mismo año.
Una vez que el Plan se apruebe, se pondrá en marcha y se realizará un seguimiento que permitirá su evaluación con el fin de tomar nuevas decisiones. El avance de este proyecto se recogerá en un informe anual que se redactará en el primer semestre de cada año y se presentará al consejo de gobierno. Este informe, entre otros aspectos, recogerá el coste de las medidas.
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